Presenza-Opinión / Latinoamérica
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Venezuela: Socialismo y Partido Único Por Roberto Mansilla (Noticias Obreras, 2ª quincena abril/2007) |
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Citando a Marx, Lenin y Jesucristo, el presidente Chávez concretó que el principal objetivo de este segundo período presidencial 2007-2013 es la definitiva conformación de una “sociedad socialista” en Venezuela, dentro de su propuesta denominada “socialismo del siglo XXI”. Chávez establece plazos temporales, aunque constitucionalmente sólo estaría facultado para gobernar hasta el 2013. De allí su propuesta de promulgar, para los próximos meses, una nueva constituyente que reforme la actual Constitución de 1999, a fin de adaptar estos plazos a sus objetivos políticos. Entre estas reformas estaría un nuevo cambio de nombre oficial del país, que pasaría a llamarse “República Socialista Boliviariana de Venezuela”; la convocatoria de un referendo popular, previsto para el 2010, que consagre la “reelección presidencial indefinida”; y una reforma total de la administración pública, a fin de adaptarla a las metas del “poder popular”, mediante la supresión de las alcaldías, gobernaciones y distritos electorales por “consejos comunales” que representen la “democracia participativa y protagónica”. Uno de los elementos primordiales de esta nueva “fase revolucionaria socialista” es la creación de un “Partido Único” que reúna a todos los movimientos políticos y sociales que conforman el “chavismo”, a fin de dotarles de un marco político e ideológico unificado. Su nombre es el “Partido Socialista Unido de Venezuela”, PUSV. El PSUV tuvo su “bautizo” el pasado mes de diciembre, pocos días después de la contundente reelección presidencial de Chávez, cuando pidió a las decenas de partidos y movimientos políticos y sociales que conformaban el Movimiento V República (MVR), la “unificación de mando político” en torno al PUSV, como elemento esencial para el impulso del “socialismo bolivariano”. El llamamiento presidencial tuvo un fuerte impacto pero en diversas direcciones. Tras oficializarse la disolución del MVR, comenzaron las negociaciones y discusiones entre estos partidos y movimientos para disolverse e integrarse dentro del “Partido Único”. En principio, la petición de Chávez tuvo un irrestricto apoyo por parte de los pequeños movimientos de extrema izquierda Unión Popular Venezolana, UPV, y el Movimiento Revolucionario Tupamaro, MRT, conocido en los barrios populares de Caracas por constituir una especie de “milicia armada” de alto contenido ideológico, al servicio de la revolución. No obstante, el proceso político para llegar al PSUV está provocando algunas fisuras en el “chavismo”, condicionando de alguna manera la apelación a la “unidad de mando” pedida por el presidente Chávez a sus aliados políticos. El pasado mes de marzo fue el catalizador de estas fisuras internas, lo que evidencia que la construcción del PSUV no parece ser una tarea fácil para Chávez. Tres grandes partidos miembros del desaparecido MVR picaron adelante en cuanto a las críticas y las disensiones acerca de la viabilidad del “Partido Único”. Los partidos “rebeldes” son Patria Para Todos, PPT; Partido por la Democracia Social, PODEMOS; y el Partido Comunista de Venezuela, PCV. PODEMOS es una división del Movimiento al Socialismo, MAS, que a su vez surgió del Partido Comunista en 1971. Por su parte, el PPT salió de una división del movimiento sindicalista La Causa R. Todos ellos se unieron a la fórmula electoral del Polo Patriótico, dominada entonces por el MVR, para las elecciones presidenciales de 1998. PODEMOS, PPT y PCV suman una treintena de diputados de los 167 que conforman la Asamblea Nacional, totalmente en manos de los partidos del gobierno tras el boicot electoral de la oposición en las elecciones legislativas de 2005, por considerar que no existían garantías electorales suficientes. La disensión en PODEMOS la afirmó su líder, Ismael García, quien consideró que su partido apoyará un “proceso democrático para la construcción del socialismo en Venezuela” y no un proceso político “siguiendo el modelo soviético”. García anunció que su partido no se disolverá automáticamente para formar parte del PSUV sino que decidirá su futuro en una asamblea nacional con las bases del partido, prevista para el 10 de abril. Las palabras de García fueron retomadas por su compañero político y ex diputado Rafael Simón Jiménez y el secretario general del PPT, José Albornoz. Ambos mostraron su preocupación porque esta nueva fase política revolucionaria evidencie “la desaparición de los espacios democráticos de representación popular”. Por su parte, el PCV realizó una cerrada asamblea interna, con fuertes enfrentamientos en la dirigencia y las bases entre los que apoyan la disolución del histórico partido en el PSUV y los que se oponen a ingresar en el mismo. En términos de cuotas políticas, PODEMOS cuenta con 18 diputados, tres gobernaciones y 48 alcaldes. En cuanto al PPT, es un partido con una decisiva presencia política en los ocho años de gobierno de Chávez. El PPT cuenta con dos ministros de origen gallego: María Cristina Iglesias, ex ministra del Trabajo y actualmente en Industrias Ligeras y Comercio; y Francisco “Farruco” Sesto en el ministerio de Cultura. Del mismo modo, cuenta con 28 alcaldes, dos gobernadores y 10 diputados. Por su parte, el PCV cuenta con 7 parlamentarios. La fortaleza del PPT es notoria, ya que le otorgó al gobierno de Chávez varias figuras claves: Alí Rodríguez, ex presidente de la poderosa estatal petrolera PDVSA, ex ministerio de Relaciones Exteriores y ahora embajador en Cuba; Bernardo Álvarez, actual embajador en Washington; y Aristóbulo Istúriz, ex ministro de Educación y una de las figuras políticas más populares del “chavismo”. Entre los cálculos y negociaciones que se están llevando a cabo, podría presentarse una nueva división en PODEMOS y el PPT, entre los que desean unirse al PSUV y los que se niegan a disolverse. Para limar asperezas con el gobierno, a finales de marzo, una reunión entre Ismael García y José Albornoz mostraron su aprobación a la “reelección indefinida” para todos los cargos de elección popular, propuesta por el presidente Chávez. No obstante, en diversos medios políticos e informativos se conjetura que detrás de estas disensiones podría estar la mano del ex vicepresidente José Vicente Rangel, sustituido en enero pasado y actualmente de regreso al mundo del periodismo en televisión. Rangel, veterano dirigente de izquierda, ex diputado, senador, candidato presidencial y, durante el gobierno de Chávez, ministro de Relaciones Exteriores, ministro de Defensa y Vicepresidente de la República, realizó a mediados de marzo una publicitada reunión para relanzar su espacio de opinión televisivo, donde fue notoria la masiva presencia de miembros de PODEMOS y el PPT y la significativa ausencia de miembros del gobierno. Con Rangel podrían estar manejando los hilos otros dos veteranos políticos de izquierda, también ex miembros del gobierno de Chávez entre 1999 y 2002: Luis Miquilena y Manuel Quijada. Es por ello que en diversos sectores se considera que estas disensiones “chavistas” podrían configurar una nueva oposición política a Chávez, fortalecida ante el desconcierto y la inamovilidad de la tradicional oposición política. En todo caso, la correlación de fuerzas favorecería al presidente Chávez. En las elecciones de diciembre de 2006, el MVR de Chávez obtuvo 4,8 millones de votos, mientras sus aliados del PODEMOS alcanzaron 760.000, el PPT unos 600.000 y el PCV unos 340.000 votos. Las disensiones del PPT, PODEMOS y el PCV obligaron a una contundente respuesta por parte del mandatario nacional. “Si quieren irse, que se vayan”, les respondió Chávez en su programa radial y televisivo, asegurando que ahora tenía el “terreno libre” para la constitución definitiva del partido “que siempre soñé, revolucionario, socialista, bolivariano y con unidad de mando”. Estas declaraciones las reafirmó posteriormente, durante un acto de presentación de 2.400 voluntarios para a creación do PUSV, que Chávez espera concretar definitivamente durante una asamblea nacional prevista para el próximo 15 de agosto. Para asegurar la construcción del PSUV, Chávez organizó un estratégico enroque político, nombrando una “comisión técnica” constituida por el vicepresidente Jorge Rodríguez, su hermano Adán Chávez, el general Alberto Müller Rojas, la dirigente popular de la UPV, Lina Ron, el gobernador Diosdado Cabello, la ministra Érika Farías y el parlamentario comunista Roberto Hernández. Así como sucediera con la asunción del nuevo gabinete presidencial en enero pasado, los miembros directivos del PSUV son calificados por los medios informativos y los partidos de la oposición como miembros del “chavismo duro” o, en todo caso, colaboradores fieles a las directrices de Chávez. No obstante, y más allá de divisiones y posibles presiones políticas, la discusión sobre la constitución del PSUV se está realizando en un amplio y abierto debate democrático en los partidos, dentro de un proceso de negociación que avizora un pulso por preservar los espacios plurales de discusión y participación política. Pero tanto la “construcción del socialismo del siglo XXI” como la creación del PUSV dependerán de hasta qué punto la “unidad de mando” pedida por Chávez se moverá en el delicado péndulo que transita entre el consenso y la ruptura total. |
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