Presenza-Opinión / Outros
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Los BRIC apuntan alto Xulio Ríos (Safe Democracy, 30/06/2009) |
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Dos son las ideas centrales que han planeado en la cumbre de Ekaterimburgo de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), celebrada el pasado 16 de junio. En primer lugar, la percepción de que existe una oportunidad histórica para incidir de forma efectiva en la configuración del orden internacional. Segundo, la voluntad política de los participantes de poner sobre el tapete los intereses generales de los países en desarrollo, incluyendo propuestas que pueden no ser coincidentes con las defendidas por Europa o EEUU, confrontándose en escenarios como el G-20 o el G-8 y demás foros multilaterales. Después de varios tanteos previos, la cumbre de Ekaterimburgo de los BRIC formaliza una clara voluntad de cooperación entre los cuatro países con ambiciones de proyección global. El deseo de fortalecer la confianza política mutua, la cooperación económica (aprovechando las respectivas complementariedades), la colaboración científica, etc., plasman una vocación modernizadora autónoma junto a una demanda de respeto a las singularidades de sus procesos de transición, en más de un caso cuestionados por la visión hegemónica occidental. El aumento de la significación de su papel en el crecimiento de la economía global y en la estabilización de la situación económica mundial en el contexto de la crisis financiera internacional, se suma a otros datos no menos empíricos y bien conocidos: representan el 42% de la población, el 60% del crecimiento de la economía mundial, el 14,6% del PIB global, el 12% del comercio internacional, etc. En dicho grupo, la relación China-Rusia constituye un eje esencial. Es constatable un entendimiento creciente entre ambos en numerosos temas de la agenda internacional, compartiendo la defensa de un orden multipolar y contestando la hegemonía estadounidense. La asociación estratégica rubricada en 1996 y el tratado de amistad de 2001 enmarcan unas relaciones que han ido a más. La colaboración en energía o defensa es especialmente intensa, más que los intercambios propiamente comerciales (50 mil millones de dólares en 2008), por debajo de sus potencialidades. Cierto que existen ámbitos de tensión (desde el control de los recursos energéticos de Asia Central a la inmigración china en Siberia) pero sin duda no pueden opacar el mutuo valor que ambos conceden hoy día a la cooperación. Los reajustes planteados por los BRIC en las actuales instituciones internacionales tratarán de no derivar en una tabla reivindicativa al uso, pero, sin duda, EEUU, la UE y Japón deberán tomar buena nota de las nuevas realidades globales y obrar en consecuencia. |
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