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El EPL de China en el sexagésimo aniversario de la República Popular: Análisis de su evolución doctrinaria
Jorge E. Malena1 (OPCh, 15/12/2009)

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El liderazgo chino ha contado con tres elementos mágicos2 para establecer la República Popular China: el Partido Comunista, el Ejército Rojo y el Pueblo Chino
Mao Zedong

Introducción

Una vez puesta en marcha la política de reforma y apertura económica (en adelante PRAE), Deng Xiaoping recordó que la modernización de la defensa nacional era una parte constitutiva de las “Cuatro Modernizaciones”, iniciativa que la dirigencia reformista identificaba como piedra angular de la antedicha política. En una reunión ampliada de la Comisión Militar Central (CMC) del Partido Comunista de China (PCCh) de junio de 1985, el promotor de la PRAE aseveró:

“Las Cuatro Modernizaciones incluyen la modernización de la defensa. Sin esa modernización sólo desarrollaremos la agricultura, la industria y la ciencia y la tecnología. Las Cuatro Modernizaciones deben alcanzarse siguiendo un orden de prioridades. Sólo cuando tengamos una buena base económica será posible modernizar el elemento militar. Por ello, debemos esperar pacientemente unos pocos años. Tengo la certeza de que hacia finales de siglo sobrepasaremos el objetivo de cuadruplicar el PBI. En ese momento, en el cual seremos fuertes económicamente, podremos gastar más fondos en actualizar el equipamiento militar... Si la economía se desarrolla, podremos lograr cualquier cosa. Lo que tenemos que hacer ahora es esforzarnos en desarrollar la economía”.3

No obstante, las fuerzas armadas de la República Popular China (RPCh), denominadas oficialmente “Ejército Popular de Liberación de China” (EPL), no tuvieron que esperar demasiado. Los motivos fueron, además de cumplir el objetivo previsto por Deng antes de tiempo (mediados de la década de 1990), (a) la oportunidad que se presentó de adquirir armamento con divisas duras tras el colapso de la Unión Soviética y (b) la crisis con Taiwán en 1995-19964.

Según el Instituto Internacional de Estocolmo para Investigaciones sobre la Paz (habitualmente conocido como “el SIPRI” por su sigla en inglés), a partir de mediados de la década de 1990 y hasta el año 2007 inclusive, la RPCh gastó un promedio de 2.500 millones de dólares estadounidenses (US$) por año para adquirir armas convencionales de avanzada (principalmente cazas y fragatas rusos)5.

Asimismo, cabe destacar que el incremento en el gasto de defensa, además de haber sido originados por los tres motivos descriptos, fue incitado también por un subproducto de uno de ellos: la crisis de Taiwán no sólo evidenció la probabilidad de provocar un enfrentamiento entre las entidades políticas ubicadas a ambas márgenes del Estrecho de Taiwán, sino que también la intervención de los EE.UU. a favor de la isla demostró la posibilidad  de producirse un choque entre las dos grandes potencias6.

Otros acontecimientos a posteriori como la campaña aérea en Kosovo, la acción punitiva contra el régimen Talibán y la invasión al Irak de Saddam Hussein, confirmaron la necesidad de continuar la modernización del EPL7.

Este proceso de reforma de las FF.AA. de China, se ha traducido, por su parte, en la actualización de su misión y de su doctrina, tal como se las conoce en la terminología militar de Occidente. Por la primera, en China se entiende la “línea militar” (junshi luxian), la cual emana de la cúspide de poder del PCCh8 y consiste en el propósito de las FF.AA. en una determinada etapa histórica. Por la segunda, se concibe la “doctrina militar” (junshi xueshuo), que es definida por la autoridad partidaria que conduce las FF.AA.9 y se refiere a los fundamentos del punto de vista militar según los cuales se hará la guerra10.

Tanto la misión (en cuanto identificadora de fines) como la doctrina (en tanto identificadora de medios) son componentes de la estrategia militar (disciplina destinada a vincular fines con medios). La estrategia militar, por su parte, en China se encuentra subordinada a la a la “línea política” (zhengzhi luxian), que a partir de la era de Deng Xiaoping se ha traducido (manteniendo su actualidad a la fecha) en las “Tres Grandes Tareas” (sanda renwu) o “misiones” (shiming) que debe asumir el PCCh: la modernización de China, la reunificación de la patria, y el mantenimiento de la paz mundial11.

El análisis de la evolución de tanto la misión como la doctrina militar de China en los últimos treinta años, es en la práctica inexistente en las publicaciones académicas del mundo hispano parlante12. Dicha temática, que indudablemente es un elemento constitutivo de la modernización de las FF.AA. chinas, ha sido por sobre todo objeto de estudio en el ámbito castrense, fruto el interés de las escuelas de guerra y centros de estudios estratégicos de América Latina y España por conocer la concepción estratégica de la RPCh.

Habida cuenta el creciente poderío económico y protagonismo internacional de la RPCh, el conocimiento y análisis de la concepción estratégica militar de este país, no pueden ser soslayados como en los ámbitos académicos dedicados a las RR.II. y la Sinología de nuestro subcontinente. El presente trabajo aspira a presentar este fenómeno en nuestro medio académico, con la esperanza de contribuir con su más extensivo estudio. Al mismo tiempo, atento a que este análisis es parte de una obra dedicada al tratamiento de la situación de la RPCh en el sexagésimo aniversario de su proclamación, intentaré desarrollar el sustento doctrinario a partir del cual se han construido y construyen las FF.AA. de la nueva China.

De “hacer la revolución” a “evitar que el enemigo irrumpa en profundidad”

Desde su establecimiento como brazo armado del PCCh, bajo la denominación de “Ejército Rojo de los Obreros y Campesinos de China13 hasta la proclamación de la RPCh14, esta fuerza tuvo como misión primordial la revolución. Conformemente, la doctrina militar fue la de “guerra de guerrillas”, tal como fue dictado por Mao Zedong.

Una vez en el poder el PCCh, la misión del EPL15 se orientó a la reconstrucción y defensa nacionales, cuya vigencia se mantuvo hasta fines de la década de 197016. En esta etapa, la doctrina fue la de “guerra popular”, caracterizada por la confianza de Mao en valerse de la enorme población de China, sin recabar en las pérdidas humanas, para “ahogar al enemigo en un mar de gente”17.

En Febrero de 1979, apenas un par de meses después del lanzamiento de la PRAE, la RPCh tomó la decisión de llevar a cabo una “acción punitiva” contra la República Socialista de Vietnam, como resultado de su intervención en Camboya18. Esta operación del EPL resultó un fracaso, en virtud del rechazo que sufrieron las fuerzas invasoras en manos de las FF. AA. vietnamitas. El principal motivo de esa derrota fue que las luchas intra-partidarias a lo largo de más de una década –que incluyó al EPL como uno de los medios para dirimirlas19-, privaron a los militares chinos de que su dirigencia les brindara la actualización doctrinaria acorde con las circunstancias.

A fines de ese año 1979, el “Cuerpo Expedicionario Soviético” ingresaba a Afganistán, para “imponer el orden” ante la violencia reinante por el enfrentamiento entre las dos facciones del Partido Comunista Afgano. Esta acción militar aprobada por el Kremlin fue percibida desde Beijing como una muestra del interés soviético de reforzar la construcción de un cerco alrededor de la RPCh –contando para ello con un serie de aliados20-, del cual ya era parte la URSS (que se extendía a lo largo de las fronteras nor-occidental, norte y nor-oriental de China), Corea del Norte (sobre el flanco nor-oriental chino), Vietnam (sobre la banda sud-oriental china) y la India (sobre la frontera sud-occidental).

Fruto principalmente de los dos acontecimientos antedichos, la dirigencia china se abocó a concebir y forjar una transformación doctrinaria que permitiera al EPL estar en condiciones para hacer frente a la guerra moderna21. De estas disquisiciones emanó una línea militar consistente en “evitar que enemigo irrumpa en la profundidad del territorio chino”. Su resultante doctrina militar fue definida como “defensa activa bajo condiciones tecnológicas modernas”. En los analistas y decisores chinos en materia militar, existió unanimidad sobre que la principal amenaza a la defensa nacional lo constituía una Unión Soviética poseedora de la superioridad militar, dado el grado la movilidad de sus fuerzas y la mayor letalidad de sus armas22. Esas nuevas línea y doctrina militares significaron un cambio diametral con respecto a aquellas delineadas por Mao y que habían tenido vigencia desde la proclamación de la RPCh.

El año 1985 fue testigo del inicio de la implementación de la anunciada modernización: las operaciones conjuntas (es decir empleando simultáneamente componentes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada) marcaron el tempo en la reestructuración de las tres fuerzas23 y el desarrollo de las maniobras militares. También se puso en marcha (a) la reducción de un millón de efectivos, lo que permitiría que los fondos ahorrados se dirigieran a mejorar el adiestramiento del personal24 y adquirir armas de avanzada25, (b) la disminución de las regiones militares del país de once a siete –medida que incluyó una reforma administrativa destinada a evitar la superposición de funciones y la burocratización-, (c) el acortamiento de la edad de jubilación -a los 65 años-, y (d) la exigencia a los oficiales superiores de contar con educación secundaria completa26.

Un poco más de un año después, la percepción de amenazas en boga fue actualizada: ya no se percibía que un eventual ataque de la URSS provocaría una guerra “por sorpresa, a gran escala y nuclear”, sino que “la guerra” -no se identificaba a la Unión Soviética como su principal agente- sería “localizada -geográficamente hablando-, limitada -en lo referido al empleo de armas de destrucción masiva- e intensa -en lo atinente a su extensión en el tiempo-”. Esta innovación trajo aparejada otra modificación en la estructura de fuerzas: los “Grupos de Ejército” debieron incluir en su seno “fuerzas de reacción rápida”, que pudieran ser movilizadas, transportadas y desplegadas en un corto espacio de tiempo27.

Seguramente, la asunción a la Secretaría General del Partido Comunista de la URSS de Mikhail Gorbachev y sus iniciativas destinadas a finalizar el cisma sino-soviético, jugaron un papel primordial en la flamante enunciación de las amenazas. Asimismo, cabe destacar que -paradójicamente- las renovadas FF.AA. chinas entraron en acción con un propósito ofensivo: la ocupación, en marzo de 1988, de islotes y atolones del archipiélago Spratly28 (Mar del Sur de la China). Por último, es dable mencionar que la antedicha orientación doctrinaria tuvo vigencia hasta principios de la década de 1990, período en que nuevas circunstancias en el ambiente internacional y los asuntos militares, generaron otro cambio en las línea y doctrina militares de China.

“Evitar que la inestabilidad externa afecte el orden interno”

La normalización de las relaciones entre China y la URSS en 1989, la guerra del Golfo de 1990-1991, el colapso soviético en 1992 y la percepción china de la preeminencia de EE.UU. en el escenario de la post-Guerra Fría, impusieron un segundo giro en nuestro objeto bajo análisis. Sin embargo, la reforma doctrinaria no se cristalizó inmediatamente en la dotación de medios adecuados al EPL, dado que -por el embargo impuesto tras la matanza en la plaza Tian’anmen- las ventas de armamento provenientes de Occidente fueron rescindidas. A su vez, esta circunstancia incidió en que, en pocos años, la RPCh se convirtiera en el principal comprador de armas de la Comunidad de Estados Independientes29.

La nueva línea militar consistió en “evitar que la inestabilidad externa afecte el orden interno”, cuya traducción en la doctrina militar consistió en “defensa de la periferia por medio de la proyección avanzada de fuerzas”. La causal de esta evolución fue la percepción de que los conflictos en esa nueva etapa estarían caracterizados por (a) el accionar de fuerzas transnacionales (que intentarían por ej. la secesión territorial), (b) la implosión de Estados nacionales (que profundizaría enfrentamientos internos o generaría intervención extranjera), y (c) los golpes de mano de Estados (que procurarían redimir una causa del pasado o expandir su poderío)30.

Frente a esta circunstancia, el EPL debía readaptar el entrenamiento y equipamiento de sus tropas, incrementar la movilidad terrestre y aérea, incorporar armas inteligentes y de proyección de poder naval y aéreo, emplear más intensamente medios de guerra electrónica, y -del punto de vista estratégico/operacional- desarrollar operaciones que lograran infligir el máximo daño, evitando quedar aferrado a un enfrentamiento que se prolongara en el tiempo31.

La transformación requerida tuvo una contrapartida en materia tanto de incorporación de armamento y equipamiento, como de adecuación en el ámbito operativo. En lo referido al presupuesto militar en esta etapa (mediados de la década de 1990), si bien se mantuvo el promedio histórico32 del 17-21% de utilización del gasto público para el área de la defensa, como los egresos del Estado central fueron in crescendo -apoyándose en el crecimiento del PBI a tasas del 15%33-,  logró plena vigencia lo predicado por Deng Xiaoping diez años atrás34.

Párrafo aparte merece, si bien la política internacional del Asia Meridional y Oriental no es objeto del presente trabajo, las reacciones de los países vecinos de la RPCh ante esta construcción de un EPL capaz de efectuar una “proyección avanzada” de sus fuerzas. Existe desconfianza (y en algunos casos preocupación) en EE.UU., Japón, Taiwán, la mayoría de los Estados de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, e India sobre los verdaderos fines de la doctrina militar abrazada por China. Para algunos observadores, dicha doctrina obedece a otra línea militar, más afín con reeditar el predominio regional que el otrora “Reino del Centro” ostentara hace más de doscientos años35.

Como aporte personal, puede ser afirmado que en virtud de que la RPCh no enfrentaba desde mediados de la década de 1980 una identificable amenaza a su seguridad nacional proveniente de un Estado nacional, la mencionada modernización de sus FF.AA. no habría apuntado a intimidar a un Estado específico, sino a (a) cumplir con la tradicional función de disuasión de sus vecinos y (b) contar con los medios para oponerse al tipo de amenazas que alcanzaron un crecimiento exponencial en el sistema internacional de la post-Guerra Fría36.

El corolario “constituirse en sólido defensor de la ventana de oportunidad  estratégica que se presenta para el desarrollo nacional”

El desarrollo económico chino ha traído aparejado, desde fines de la década de 1990, implicancias del punto de vista global. Ello se evidencia en la presencia comercial, financiera y tecnológica de la RPCh en áreas tan distantes como África y América Latina. Una de las resultantes en materia de seguridad de esta nueva circunstancia ha sido la necesidad de que China proteja (a) sus intereses más allá de sus fronteras y (b) las líneas de abastecimiento de recursos y venta de productos37.

En Diciembre del año 2004, fue precisada una addenda de la doctrina militar, la cual si bien no se alejó de la misión establecida a principios de la década de 1990, constituyó un nuevo elemento para el accionar del EPL. La misma, fue incorporada al Libro Blanco de la Defensa Nacional de China del año 2006, reafirmada en la Constitución del PCCh en el año 2007 y ratificada en el Libro Blanco de la Defensa Nacional de China del año 2008. Según la antedicha publicación del año 2006, el EPL debe -además de sus deberes tradicionales:

constituirse en un sólido defensor de la ventana de oportunidad  estratégica que se presenta para el desarrollo nacional, y erigirse en un pilar de la salvaguardia de los intereses nacionales al asumir el papel trascendental de mantener la paz mundial38.

La expansión de los intereses nacionales de China más allá de sus fronteras, guarda relación con la encrucijada que a esta potencia le presenta (a) un escenario internacional percibido como de transición, inestabilidad y competencia39, y (b) un escenario doméstico caracterizado por el imperium de evitar que se desacelere el crecimiento económico (donde el acceso a mercados que abastezcan de insumos y adquieran manufacturas pasan a ser cruciales)40. Por lo tanto, la RPCh deberá emplear a sus FF.AA. para impedir que factores externos amenacen la “oportunidad estratégica” que brinda el escenario internacional41, sobre la base de su concepción del fenómeno “crisis”, el cual se entiende como “peligro y oportunidad”.

Debido a que uno de los aspectos del escenario internacional descrito es la multiplicación de conflictos inter e infra-estaduales, los mismos –sean cercanos o alejados de las fronteras chinas- pueden afectar las fuentes de comercio internacional del país. Un medio para contribuir en el aplacamiento esos conflictos, es la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la cual puede resultar el despliegue de una operación para el mantenimiento de la paz (OMP). Esta solución ha sido apoyada por la RPCh de manera creciente, registrándose un aumento del número de tropas chinas proporcionadas a tales fines en un 2000% en los últimos diez años.

Por tal motivo, China es en la actualidad el duodécimo contribuyente de efectivos en OMP-ONU y el segundo aportante de fuerzas policiales destinadas al apoyo de OMP. Es dable destacar que el 75% de todo el personal militar y policial chino se encuentra desplegado en el continente africano, y que estos efectivos no son exclusivamente elementos terrestres (prueba de ello es el envío, en Abril de 2009, de unidades navales al Cuerno de África, como parte del esfuerzo internacional para poner fin al accionar de la piratería marítima)42.

Desde ya, al observador agudo no se le podrá escapar la idea de que en el cumplimento de su nueva directiva, el EPL sea también empleado para efectuar ataques preventivos que nieguen la afectación de la mencionada “oportunidad estratégica”. Esta evolución, de producirse, podría implicar un cambio doctrinario, consistente en “contraatacar -o atacar primero- con el objeto de la auto-defensa”43. Sobre este tema en particular, sólo puede citarse como garantía de que ello no sucedería el pronunciamiento del actual hombre fuerte de la RPCh, Hu Jintao, en Abril del año 2002: “China hace tiempo que se ha comprometido a no buscar la hegemonía, no incorporarse a bloque militar alguno y a no procurarse una esfera de influencia44. Seguramente, la evolución del acontecer internacional y de las condiciones internas de China brindará interesantes indicios para el ulterior análisis de aquella alternativa.

Reflexiones finales

El crecimiento económico de China ha hecho posible una modernización militar que ha abarcado aspectos armamentísticos, doctrinarios y de entrenamiento del personal. Esta modernización es, para algunos, inevitable, habida cuenta la evolución del sistema internacional y del arte de la guerra; mientras que, para otros, constituye motivo de preocupación, en virtud de la falta de amenazas directas a la seguridad de la RPCh y la existencia de algunos pronunciamientos de índole irredentista en ciertos cuadros del PCCh.

Más allá de que tales motivaciones obedezcan principalmente a razones económicas o guarden mayor vinculación con objetivos de política exterior, de este análisis se desprende que el EPL ha experimentado en estos últimos sesenta años un gran salto adelante en materia de desarrollo de su doctrina militar.

Cabe asimismo destacar que esta evolución doctrinaria no habría tenido una suficiente contrapartida en el ámbito de la producción y compra de armamento, lo cual posicionaría a las FF.AA. de China en un puesto rezagado vis-à-vis las ocho principales potencias políticas y económicas mundiales45. Para parte considerable de los especialistas en este tema, el EPL sólo puede contentarse en la actualidad con presentar un mínimo de disuasión creíble a sus vecinos del Sur y Este de Asia46.

El desarrollo del poderío militar de China, su relación con el crecimiento económico, su traducción en incorporación de equipamiento y armas, su reflejo en el entrenamiento y profesionalización de sus efectivos, su traslación al campo de la doctrina militar, y su funcionalidad con la política exterior del país, son temas de notable actualidad. Por ese motivo, cada uno de ellos amerita un mayor tratamiento en el ámbito académico hispano parlante. Si bien la naturaleza confidencial de los asuntos militares en China dificulta al académico la labor de investigación a la hora de acceder a fuentes primarias, ello no debería desalentar la labor en un campo que se presenta tan vasto y fecundo. A la luz de este objetivo, se aspira a que la presente contribución académica constituya una herramienta de utilidad.

 

1 Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Católica Argentina, Magíster en Relaciones Internacionales de Asia por la Universidad de Londres y Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Católica Argentina. Profesor Titular Extraordinario de la Escuela de Estudios Orientales “Rev. Padre Ismael Quiles S. J.” de la Universidad del Salvador y Coordinador Académico de la carrera “Estudios sobre China Contemporáneo” de la Universidad del Salvador. Miembro de Número de la Academia Argentina de Estudios de Asia y África, y Miembro Consultivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales.

2 “Tres elementos mágicos” traducidos al español del término en chino mandarín “sanda fabao”.

3 Deng Xiaoping, “Speech at an Enlarged Meeting of the Military Commission of the Central Committee of the Communist Party, June 4 1985” en Selected Works of Deng Xiaoping Vol. III (1982-1992) (Beijing: Chinese People’s Printing Press, 1994).

4 Generada porque las elecciones presidenciales en la ínsula contaban con un nativo de Taiwán, Li Denghui, como candidato por el Partido Nacionalista o Guomindang –GMD-, quien era considerado por las autoridades de Pekín un “independentista”. El EPL efectuó maniobras militares en fecha anterior a los comicios para amedrentar al electorado (consistentes en una masiva operación de desembarco anfibio), lo cual provocó que EE.UU. despachara unidades navales en dirección del Estrecho de Taiwán.

5 Anuarios del SIPRI, años 1995-2008.

6 Cuando los EE.UU. reconoció al gobierno de la RPCh en 1979, el Congreso estadounidense aprobó el “Acta para las Relaciones con Taiwán”, según la cual “la paz y la estabilidad del Pacífico Occidental es un interés vital de los EE.UU., por lo que cualquier empleo de la fuerza para modificar el status de Taiwán producirá una grave preocupación en los EE.UU., en consecuencia los EE.UU. mantendrá la capacidad de resistir cualquier recurso a la fuerza u otras formas de coerción que pongan en peligro la seguridad o el sistema social y económico del pueblo de Taiwán”.

7 Son recomendables los siguientes trabajos para conocer mejor sobre la modernización del EPL en términos de reestructuración de fuerzas, adquisición de medios y gastos comprometidos: Kamphausen, Roy y Andrew Scobell (eds.) Right-Sizing the People’s Liberation Army: Exploring the Contours of China’s Military (Carlisle, PA: Strategic Studies Institute – US Army War College, 2007), y Shambaugh, David Modernizing China’s Military: Progress, Problems and Prospects (Berkeley, CA: University of California Press, 2004).

8 El Comité Permanente del Buró Político del Comité Central.

9 En la actualidad, el Presidente de la Comisión Militar Central del PCCh.

10 Zhang Aiping, “Guanyu Woguo Guofangde Xiandaihua” (Con respecto a la Modernización de nuestra Defensa Nacional) en Hongqi (Bandera Roja) No. 5 (01 de Marzo 1983), p. 2.

11 Deng Xiaoping, “Remarks at the Opening Session of the CCP 12th National Congress”, 01 de Septiembre de 1982, en Selected Works of Deng Xiaoping Vol. III (1982-1992) (Beijing: Chinese People’s Printing Press, 1993).

12 Esta aseveración resulta de la búsqueda efectuada en abril 2009 en Internet a través de sus principales buscadores en idioma castellano, colocando como palabras clave “misión”, “doctrina militar”, “EPL” y “China”.

13 Luego del levantamiento de Nanchang del 01 de Agosto de 1927.

14 El 01 de Octubre de 1949.

15 Denominación que se remonta a 1946, una vez concluida la “guerra de resistencia contra el Japón” y reiniciada la guerra civil.

16 Etapa durante la cual el EPL contribuyó a terminar con los restos del antiguo régimen y a consolidar al PCCh en el poder (años 1949-1954), combatió contra los EE.UU. en la Guerra de Corea (aunque fuera bajo la forma de “voluntarios”) entre 1950-1953, intentó recuperar Taiwán en 1954 y 1958, se enfrentó a la India en 1962, chocó con la URSS en 1969 y peleó contra la R. S. de Vietnam en 1979.

17 Mao Zedong “On People’s War” en Selected Military Writings of Mao Tse-tung (Beijing: Foreign Languages Press, 1972), pp, 46-52.

18 Estado que oficialmente se denominaba “Kampuchea Democrática”, debido a los tantos cambios que la dirigencia del Khmer Rouge había implementado desde su ascenso al poder en 1975.

19 No olvidemos su participación en la Revolución Cultural (1965-1977), en un principio junto a la facción radical del PCCh, como luego de la muerte de Mao apoyando a la facción reformista.

20 Los cuales a su vez se diferenciaban entre sí por el dispar tipo de alineamiento vis-à-vis Moscú.

21 Deng Xiaoping “The Task of Consolidating the Army” en Selected Works of Deng Xiaoping 1975-1982 (Beijing: Foreign Languages Press, 1984), pp. 33-34.

22 Editorial del Jiefangjun Bao (Diario del EPL), 4 de Marzo de 1983.

23 Se establecieron “Ejércitos Compuestos” (en chino “jituan jun”), los que posteriormente fueron denominados “Grupos de Ejército”.

24 A tales fines, fue creada la Universidad de la Defensa Nacional.

25 Las mismas, principalmente, provinieron de fábricas locales (el conglomerado estatal conocido como “Norinco” –North Industries Corp.-) y el complejo industrial-militar occidental (para EE.UU. y Europa Occidental, la RPCh había alineado su política exterior detrás de Washington, no sólo por la amenaza soviética sino también por el lanzamiento de la reforma y apertura económica).

26 Li Wei, “China Makes Remarkable Progress in Army Modernization Work” en China Information Agency, 26 de Diciembre de 1985, p. 4.

27 Zhang Qinsheng et. al., “A Study of Local War Theory” en Liaowang -edición internacional- (Hong Kong), no. 37, 15 de Septiembre de 1986.

28 Reconocido por la cartografía china como Nansha Qundao.

29 Según cifras presentadas en las ediciones 1993-2007 del The Military Balance (London: International Institute for Strategic Studies).

30 Zhao Suisheng, “Beijing Perception of the International System and Foreign Policy Adjustment in the Post Cold-War World” en Journal of Northeast Asian Studies (Otoño 1992), pp. 70-83.

31 “China Adapts Arms to Fit Local Wars” en Jane’s Defense Weekly (edición de mitad de Enero de 1994), p. 6.

32 Si se considera el período 1949-1994. Fuente: Oficina de Compilación Estadística de China Contemporánea Dangdai Zhongguo Junduide Houqin Gongzuo (La Labor Logística del Ejército de China Contemporánea) (Beijing: Zhongguo Shehui Kexue Chubanshe –Editorial China de Ciencias Sociales-, 1995).

33 A modo de ejemplo, el gasto de defensa entre 1988 y 1994 se duplicó (pasando de 22 mil millones de yuanes a 53 mil millones de yuanes). Ante una inflación del 50% en todo ese período, la mitad del incremento fue en términos reales.

34 Ver pie de página nro. 3.

35 Entre otros, ver: Freedman, Lawrence “China as a Global Strategic Actor” en Barry Buzan y Rosemary Foot (eds.) Does China Matter? A Reassessment (London: Rutledge, 2004); Shambaugh, David “The Insecurity of Security; The PLA’s Evolving Doctrine and Threat Perceptions Towards 2000” en Journal of Northeast Asian Studies (primavera de 1994), pp. 3-25; y Shambaugh, David “Growing Strong: China’s Challenge to Asian Security” en Survival vol. 36, no. 2 (verano de 1994), pp. 43-59; y Sutter, Robert Chinese Policy Priorities and Their Implications for the United States (Lanham, MD: Rowman and Littlefield, 2000).

36 El análisis de la política exterior de la RPCh a partir de mediados de la década de 1990 y su proyección de cara al mediano plazo (2015), fue desarrollada en mi tesis doctoral presentada en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Católica Argentina en el año 2006.

37 Yan Xuetong “Zhongguo Lengzhanhoude Anquan Zhanlue” (La Estrategia de Seguridad de China en la Post-Guerra Fría) en Yan Xuetong et al. (eds.) Zhongguo yu Yatai Anquan (China y la Seguridad del Asia Pacífico), (Beijing: Shishi Chubanshe –Ed. de Conocimientos Mundiales-, 1999), pp. 12-14.

38 State Council of the PRC, National Defense White Paper – 2006.

39 Yan Xuetong, op. cit. pp. 16-18.

40 Lo cual guarda directa relación con el fin ulterior de mantener la estabilidad interna.

41 Para oponerse a aquellos factores internos que ponen en riesgo el orden doméstico fue creada en 1993 la Policía Armada Popular.

42 Gill, Bates y Ching-hao huang “China’s Expanding Presence in UN Peacekeeping Operations and its Implications for the US” en Kamphausen Roy, David Lai y Andrew Scobell (eds.), Beyond the Strait: PLA Missions Other than Taiwan (Carlisle, PA: Strategic Studies Institute – US Army War College, 2009), pp. 102-103.

43 El propio Deng Xiaoping reconoció, según lo reflejan sus escritos militares, que “una defensa activa no es defensiva per se, sino que incluye acciones ofensivas con propósito defensivo”.

44 Hu Jintao, “Speech at the Asian Strategy and Leadership Institute” (Kuala Lumpur: Malasia), 24 de Abril de 2002.

45 Editorial, “On the PLA’s Historical Mission in the New Stage of the New Century” en PLA Pictorial (9 de enero de 2006), p. 1.

46 Entre otros, cabe recomendar: Al-Rodhan, Khalid R. “A Critique of the China Threat Theory: A Systematic Analysis” en Asian Perspective, vol. 31, nro. 3 (2007); Kamphausen, Roy y Andrew Scobell (eds.) Right-Sizing the People’s Liberation Army: Exploring the Contours of China’s Military (Carlisle, PA: Strategic Studies Institute – US Army War College, 2007); Li Rex, “Security Challenge of an Ascendant China” en Zhao Suisheng (ed.) Chinese Foreign Policy: Pragmatism and Strategic Behavior (Armonk, NY: M. E. Sharp, 2004); Scobell Andrew, China’s Use of Military Force: Beyond the Great Wall and the Long March (Cambridge, UK: Cambridge University Press, 2003); y Wang Jisi “U.S. Hegemony and China’s Rise” en Foreign Affairs, nro. 10 (octubre 2005).

 


 

 

Dr. Jorge E. Malena

 
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