China e o mundo chinésVolver a TitularesVolver a China e o mundo chinés
Las relaciones políticas y comerciales España-China
Xulio Ríos (Economía Exterior, primavera/2011)

Versión para imprimir

 

Las virtudes y taras de las relaciones España-China son bien conocidas: especialmente buenas en lo político, pero claramente insuficientes en lo económico y comercial. Algunos indicios recientes invitan al optimismo, pero se requiere un compromiso mancomunado de agentes públicos y privados para lograr transformar las reconocidas potencialidades en este ámbito en sólidas y acreditadas tendencias con la ayuda de adecuadas dosis de perseverancia y creatividad.

España goza de buena prédica entre los líderes políticos chinos. Ello es fruto de las conjunción de diversas variables, entre las que cabe destacar la reconocida simpatía respecto a figuras como Juan Antonio Samaranch (elegido como uno de los diez extranjeros más amigos de China en el último siglo) pero, sobre todo, se debe a una actitud diplomática que elude a conciencia involucrarse en cualquier asunto que pueda hacer fruncir el ceño a Beijing, ya nos refiramos a derechos humanos, problemas nacionales o el asunto de Taiwán, todos ellos especialmente sensibles y señalados por China como de especial significación en sus relaciones con los estados extranjeros.

España restableció sus relaciones diplomáticas con la República Popular China en 1973 y desde entonces el entendimiento ha sido la nota dominante, llegando a ser calificada por Beijing como uno de sus socios más fiables en el viejo continente. Durante el semestre de presidencia de la Unión Europea (UE) en 2010, el anuncio de que Madrid promovería con especial intensidad tanto el reconocimiento de China como una economía de mercado como el levantamiento del embargo de armas, en vigor desde 1989, a raíz de los sucesos de Tiananmen, reforzaron en China esa positiva imagen de país “amigo”.

La creación del Foro España-China (2003) ayudó a enmarcar las relaciones bilaterales, si bien sería aconsejable dotarlo de mayores contenidos y abrirlo a más participación de los diversos actores interesados en profundizar las relaciones sinoespañolas, convirtiéndolo en un auténtico espacio para el fomento de iniciativas de interés común.

Las visitas del presidente Hu Jintao (2005) o del primer ministro Wen Jiabao (2009), completada con la de otros altos dirigentes (He Guoqiang, miembro del Comité Permanente del Buró Político del Partido Comunista, en 2009 y la escala de Xi Jinping, probable sucesor de Hu Jintao, en noviembre de 2010) y la más reciente del vice primer ministro Li Keqiang, rubrican el buen estado de las relaciones bilaterales. Por parte española, las visitas de miembros de la Casa Real, jefe del gobierno y de numerosas delegaciones ministeriales (la del titular de Industria, Miguel Sebastián, en diciembre de 2010, fue la última) o de Comunidades Autónomas, dan cuenta de dicha fluidez.

En 2005, durante el viaje de Hu Jintao a España, ambos países se convirtieron en socios estratégicos situando a España a un nivel similar a Reino Unido, Francia o Alemania. En el marco del Plan de Acción para Asia-Pacífico aprobado en 2005 se elaboró el Plan Integral de Desarrollo del Mercado (PIDM) chino 2005-2007, dotado con más de 700 millones de euros, posteriormente prorrogado hasta 2009, lanzándose en 2010 el nuevo PIDM Plan China+ 2008-2010, con un presupuesto de 745 millones de euros. En el Plan Asia Pacífico 3 (2008-20012) también se abordan medidas diversas en relación a este país. No obstante, seguimos careciendo de un Plan China Integral que contextualice más ampliamente, complemente, proyecte y active sinergias entre los diferentes actores y políticas (desde las actividades promocionales a los foros especializados y misiones empresariales o las reuniones de las comisiones que examinan las relaciones comerciales entre ambos países) lo que ayudaría a tejer una tupida red de convergencias y multiplicar su nivel de eficiencia.

En dicha cronología, especialmente importante ha sido la visita de Li Keqiang en enero de 2011, en plena crisis de la deuda y con la confianza en la economía española en entredicho, al ratificar su respaldo a los esfuerzos del gobierno y de la sociedad en aras de superar el delicado momento presente. Dichas palabras, como bien hemos constatado, no fueron un brindis al sol sino que se han visto correspondidas con acciones y compromisos concretos.

Promover la intensificación de las relaciones económicas y comerciales

China es nuestro décimo quinto mercado global (el principal en Asia, por delante de Japón) y cuarto suministrador exterior (casi a la altura de Italia en 2009) además del primer responsable de nuestro déficit comercial. En 2009, las exportaciones ascendieron a 1.989 millones de euros, frente a unas importaciones por valor de 14.454 millones. El desequilibrio de la balanza comercial podría superar en 2010 la cifra de 16.000 mil millones de euros. La cuota de mercado frente a nuestros principales competidores se cifraba en el 0,43 en 2009.

Los problemas que aquejan nuestras relaciones comerciales son fáciles de resumir: escasa significación, desequilibrio, reducida diversificación y poca imagen de España en el gigante oriental. La progresiva adquisición de deuda española en cuantías significativas o la compra en el pasado octubre de 2010 del 40% de la filial del grupo petrolero Repsol en Brasil por parte de Sinopec (5.400 millones de euros), pudieran marcar un rumbo de mayor intensidad en las relaciones bilaterales. Durante la citada visita de Li Keqiang a España se acordó la creación de dos grupos de trabajo (sobre energía y promoción de inversiones) que pueden detallar una agenda explicita de oportunidades. La creación de un Centro de Mercancías Españolas en Beijing puede contribuir a una mejor difusión y presencia de productos en áreas como la moda, el vino, calzado o marroquinería.

La evolución del comercio bilateral con China ofrece una perspectiva de claro crecimiento en la primera década de 2000, si bien con estancamiento y disminución de las exportaciones españolas, coincidiendo con la crisis, en 2008 y 2009 (la caída en 2009 fue del 7,6% pero creciendo en los demás indicadores de exportación). La mayoría de nuestras exportaciones a China son insumos para su industria. En el ejercicio 2009, las importaciones de China se vieron reducidas de media un 29,47%, mostrando en 2010 claros signos de una paulatina recuperación. Nuestra tasa de cobertura del déficit subió en 2009 al 13,76% (en la UE asciende al 42,8%). Por otra parte, cabe señalar que cinco Comunidades Autónomas (Cataluña, Madrid, País Vasco, Andalucía y Comunidad Valenciana) acumulan cerca del 75% de las exportaciones a China, concentradas básicamente en el eje Beijing-Tianjin y las áreas de Cantón y de Shanghai.

Así pues, pese a las limitaciones, algunos datos parecen invitar al optimismo (como el aumento de la presencia empresarial en China de un 70 por ciento en solo tres años), demostrándose las potencialidades de esta relación y la necesidad de abordarla desde una perspectiva integral y sostenida. El número de socios de la Cámara de Comercio de España en el gigante oriental ha pasado de 36 en 2001 a más de cuatrocientos en la actualidad (entre ellas, firmas como Zara, Mango, Adolfo Domínguez, Roca, etc.). La presencia empresarial española, que ronda las 600 empresas, se centra en sociedades de servicios y oficinas de representación. Solo el 40 por ciento, aproximadamente, están involucradas en actividades directamente productivas.

Las posibilidades de cooperación en el sector financiero tienen como principal protagonista al Banco Santander (el único banco iberoamericano con presencia operativa en China continental) y el BBVA (que ha abierto delegaciones recientemente en Beijing y Shanghai, además de una filial en Hong Kong).

El turismo tiene buenas perspectivas. Durante la visita de Li Keqiang, España dio a conocer un plan para pasar de los 90.000 chinos que visitaron nuestro país en 2009 a 300.000 en 2012 y un millón en 2020. La mejora de las conexiones aéreas y de la gestión administrativa en materia de visados son medidas inaplazables. Conviene tener presente que en 2010 China desplazó a España como tercer destino turístico en el mundo con 56 millones de llegadas internacionales durante dicho ejercicio, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Las mismas fuentes de la OMT resaltan que España recibe 100 turistas por cada 100 habitantes, mientras que China 4 por cada 100, resultado de su situación demográfica.

La apertura de una representación del ICBC (Industrial and Commercial Bank of China, la entidad bancaria más grande del mundo) o los anuncios de plena disposición para suscribir deuda española (China es ya nuestro segundo acreedor), pueden contribuir a atraer inversiones chinas a España y servir de aliciente para que las pymes españolas dispongan de más facilidades y menos temores a la hora de acercarse a China.

Un débil flujo inversor

Pese a la presencia en nuestro territorio de empresas como Huawei, COSCO, Air China, etc., y a una pujante comunidad empresarial china, la presencia inversora es muy discreta (la mayor operación es la posesión del 0,9% de China Unicom en el capital de Telefónica). En 2007, la cifra total ascendió a poco más de 1,15 millones de euros, mientras que en 2008 se redujo hasta los 1,05 millones de euros. En 2009, fueron 2,64 millones de euros.

España reclama más inversión china para compensar el desfase en la balanza comercial, pero las autoridades chinas se quejan de la inexistencia de proyectos suficientemente atractivos. La mejora de la estructura comercial señala sectores prioritarios (alta tecnología, energías renovables, fármacos, industria aeroespacial, logística, telecomunicaciones, construcción de infraestructuras, automoción, etc.).

La inversión española en China, por otra parte, ha sido escasa, aunque con una tendencia al alza. En 2009 se redujo considerablemente (un 33% con respecto al ejercicio anterior) y según los datos que refleja el Registro de Inversiones Exteriores, no alcanza los 65 millones de euros en dicho año, si bien cabe tener en cuenta que muchas operaciones en China se gestionan a través de Hong Kong, por lo que dicha cifra podría ser sensiblemente superior.

Las posiciones empresariales españolas más destacadas en China tienen nombre y apellidos. Telefónica es un importante inversor en China Unicom (2.300 millones de euros). También BBVA cuenta con un acuerdo de colaboración estratégica con el grupo bancario chino CITIC Group siendo titular de participaciones en China Citic Bank (15%) y de acciones de Citic International Financial Holdings de Hong Kong (35%). En total, unos 3.000 millones de euros. También La Caixa posee el 15% del Bank of East Asia, entidad financiera de Hong Kong con presencia en China continental (1.500 millones de euros). Una de las inversiones más destacadas es la correspondiente al grupo Villar Mir, por valor de 860 millones de euros, en el sector de presas y centrales hidroeléctricas y fábricas de silicio.

Las reservas de divisas de China superan los 2,45 billones, el 31 por ciento del total mundial. La cuota de deuda adquirida en la eurozona no deja de crecer y las instrucciones respecto a España son claras, por lo que sería aconsejable un especial esfuerzo para configurar una agenda de proyectos atractivos.

Mejorar la imagen de España

Según reflejan diferentes estudios y corrobora nuestra representación diplomática en Beijing, el conocimiento que los chinos tienen de España es plano, figurando en quinta posición respecto a otros estados europeos (Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia). Además, se basa en los estereotipos tradicionales (toros y fútbol). Tiene por ello especial trascendencia la promoción de iniciativas que ayuden a modernizar y completar dicha imagen, especialmente en aquellos aspectos que incidan en las habilidades productivas y ventajas comparativas.

Lamentablemente, el Año de España en China (2007), muy condicionado por sus limitaciones presupuestarias, no señaló un punto de inflexión claro en este sentido, si bien pudo contribuir en algunos medios urbanos a mejorar nuestra imagen. Se ha desaprovechado así una oportunidad cualitativa muy importante ya que es muy reducido el grupo de países con los que China organiza estos años duales. La presencia en la Expo Shanghai 2010 ha puesto también su grano de arena en el largo y duro camino que nos aguarda para corregir tal déficit, de importancia capital para mejorar las expectativas del tejido empresarial español.

China tiene en España cuatro medios acreditados (Xinhua, Renmin Ribao, Titan Sports y la Televisión Central, CCTV). La Radio Internacional de China (CRI, siglas en inglés) tiene previsto abrir una delegación propia. Ello permitirá aumentar en China la información sobre España. Es especialmente importante habilitar políticas estables a través del establecimiento de diferentes acuerdos con vistas a promover una imagen que promocione los intereses económicos y comerciales de España en dicho país.

La triangulación con América Latina

Desde la aprobación del Plan Marco Asia-Pacífico 2000-2002, la política exterior española ha incorporado como concepto y estrategia la triangulación Asia Pacífico- América Latina-España, siguiendo con especial énfasis la evolución e intensificación de las relaciones diplomáticas, comerciales y culturales entre América Latina y China con la perspectiva de identificar oportunidades que permitan un afianzamiento de los lazos respectivos, incluyendo un aumento de la presencia y significación en ambos espacios geopolíticos.

La triangulación significa apostar por América Latina como trampolín para las empresas españolas interesadas en alargar su presencia a los países de Asia-Pacífico, China en concreto, así como potenciar el papel de España como referente para aquellas empresas chinas interesadas en multiplicar su presencia en América Latina y también en España aprovechando su implantación en la región latinoamericana.

No obstante, en la práctica, como ha señalado Pablo Bustelo, no hay, por el momento, muchos ejemplos de aprovechamiento de dichas posibilidades. Repsol, Telefónica, y poco más constituyen por el momento un selecto grupo que ya triangulaba antes de promoverse el concepto. La raíz del problema radica en que la mayor parte de las empresas, ya sean españolas, latinoamericanas o chinas, optan por la relación directa y no buscan, ni parecen precisar, intermediario alguno para desarrollar sus operaciones. Eso hace difícil que las empresas españolas piensen en dar el salto a China desde América Latina donde, en algunos países, algunas compañías (Telefónica, Endesa, Repsol, BBVA o Campofrío, por citar solo algunas) han logrado auparse a posiciones de primer nivel. Pero conviene tener presente que nos estamos refiriendo a un reducido y selecto grupo (de empresas y actividades), que ni siquiera llega a desmentir el estancamiento general del comercio bilateral entre España y América Latina.

Por otra parte, la significación de España es profundamente asimétrica ya que mientras en relación a América Latina el protagonismo parece indiscutible, la debilidad de las relaciones con China, muy especialmente en el orden inversor y comercial, nos sitúan en una posición escasamente robusta para erigirse como interlocutor solvente.

Una apuesta realmente seria y decidida por la triangulación exige delimitar con mayor nitidez espacios de atención, actores y contenidos, con una agenda compacta y clara que permita definir avances concretos que retroalimenten el proceso, complementando la indispensable voluntad política de los respectivos gobiernos con un dinamismo real lo suficientemente intenso para llamar la atención y ganarse la complicidad de los hipotéticos beneficiarios de la estrategia.

Conclusiones

Es verdad que existen obstáculos y contenciosos por resolver que actúan como barreras de acceso que disuaden a ciertas empresas a aventurarse en este mercado (desde las lagunas legales a los requisitos administrativos en relación a productos concretos o restricciones derivadas de trabas regulatorias que responden a consideraciones de naturaleza política), pero lo es igualmente que las posibilidades de incremento de la cooperación económica y comercial bilateral pueden elevarse en forma sustancial.

El papel político-institucional en relación a China es de una gran trascendencia, lo cual sugiere que, en tanto no se modifique el actual modelo de relaciones, nos hallamos en una situación particularmente óptima de la que convendría tirar mayor provecho para estimular las inversiones y la proyección empresarial en dicho país. La coordinación e integración de los impulsos específicamente comerciales e institucionales con los sociales, educativos, culturales, etc., tanto a nivel central como autonómico, a través de un Plan Integral que garantice el estímulo de las necesarias sinergias entre las diferentes acciones, podría contribuir de modo efectivo a mejorar el impacto de nuestra presencia.

Pese al buen nivel de las relaciones bilaterales, China se conducirá siempre con absoluto realismo y, por lo tanto, no cabe esperar magnanimidades extemporáneas. Por el contrario, espera de España gestos concretos que identifiquen oportunidades de negocio que puedan beneficiar a ambas partes. La pelota está en nuestro tejado y bien haríamos en jugarla con la rapidez debida, con ambición estratégica y altura de miras.

España, por otra parte, debiera tener muy presentes las transformaciones que se están produciendo en el mundo chino, especialmente desde 2008 en las relaciones Beijing- Taipei, para incorporarlas a su estrategia en la región de Asia-Pacífico, atisbando la posibilidad de triangular las relaciones con China continental y Taiwán, abandonando viejos enfoques y prestando atención, sin complejos, a las nuevas corrientes, siguiendo de cerca y aprovechando esos históricos cambios de tendencia de difícil vuelta atrás, registros que no debieran pasarnos desapercibidos y, por el contrario, servir de referencia para situarnos en la cresta de la ola, dejando a un lado las tradicionales inercias.


 
 

Xulio Ríos,
director del
Observatorio de la Política China (Casa Asia-IGADI)

Xulio Ríos, clic para aumentar
 
Volver a TitularesVolver a China e o mundo chinés



Ir á páxina de inicio
Instituto Galego de Análise e
Documentación Internacional
www.igadi.org

ÚLTIMA REVISIÓN: 18/04/2011


Subir

 

Subscríbete á lista de correo do Igadi e recibe notificación das novas
informacións, artigos, documentos, convenios, publicacións, etc, que ofrece
o Igadi na súa páxina web Igadi na Rede.


Para comprender o Mundo desde aquí ...
... para proxectar a Galicia no contexto internacional.

   

Apúntate en: http://www.elistas.net/lista/igadi/alta