20080527 yokohama paul kagame yasuo fukuda

África en la órbita japonesa


 Paul Kagame y Yasuo Fukuda; clic para aumentar
En la conferencia entre Fukuda (derecha) y el presidente de Rwanda, Paul Kagame, no se hizo referencia a la contribución humana de las Fuerzas Armadas de Autodefensa de Japón (FAA) enviadas en 1994 para ayudar a los refugiados de Rwanda. Actualmente, China envía 1.300 efectivos a seis misiones de las Fuerzas de Paz de la ONU en África, pero Japón no envía ningún contingente.
 

Del 28 al 30 de mayo se celebró en la ciudad japonesa de Yokohama la IV Conferencia Internacional sobre Desarrollo en África. Desde 1993, esta conferencia se venía celebrando cada cinco años en Tokio pero este año decidió organizarse en Yokohama, la segunda ciudad más grande de Japón, debido al 150 aniversario de la apertura de su puerto, así como por diversos problemas logísticos con la capita nipona.

La cumbre contó con la presencia de 45 presidentes africanos. El primer ministro de Japón, Yasuo Fukuda, empezó informalmente la cumbre un día antes, el 27 de mayo, con una reunión personal con cada presidente africano. En la anterior cumbre, celebrada en 2003, el ex primer ministro japonés Junichiro Koizumi se reunió personalmente con los 23 presidentes africanos que asistieron. A tenor de sus 71 años, la “maratoniana” reunión de Fukuda con los presidentes africanos hizo temer a muchos japoneses por su salud, al tener que soportar una agenda tan apretada. Tras esta cumbre, Fukuda deberá realizar una gira por Alemania, Reino Unido e Italia.

No obstante, esta cumbre generó algunos sucesos inesperados en cuanto a la asistencia de los jefes de Estado y de gobierno africanos. El presidente de Guinea canceló la visita a Japón por problemas políticos internos mientras el presidente de São Tome y Príncipe tampoco pudo asistir por estar sometido a una moción de censura en su país. Los presidentes de Camerún, Chad y Guinea Ecuatorial igualmente cancelaron su asistencia. Todo esto repercutió de alguna manera en la evolución de la cumbre e, incluso, en ciertos aspectos de la Declaración final de Yokohama.

En la conferencia entre Fukuda y el presidente de Rwanda, Paul Kagame, no se hizo referencia a la contribución humana de las Fuerzas Armadas de Autodefensa de Japón (FAA) enviadas en 1994 para ayudar a los refugiados de Rwanda. Actualmente, China envía 1.300 efectivos a seis misiones de las Fuerzas de Paz de la ONU en África, pero Japón no envía ningún contingente.

En la inauguración del encuentro, Fukuda declaró su intención de doblar la Ayuda Oficial al Desarrollo, Cooperación Financiera Gratuita y Cooperación Tecnológica hasta 2012, con un máximo de 4.000 millones de dólares a créditos en yenes. Del mismo modo, Fukuda recomendó la inversión privada como modelo de desarrollo para África, fortaleciendo la infraestructura, especialmente vial. Así, aseguró que Japón va a cooperar en la construcción de redes viarias y en el arreglo de puertos, estableciendo un “Fondo de Ayuda para doblar la Inversión a África” a través del Banco de Cooperación Internacional de Japón, por valor de 2.500 millones de dólares. Paralelamente, Japón introducirá la tecnología agrícola para duplicar la producción total de arroz en África hasta 2018.

Al día siguiente de la inauguración de la cumbre, muchos países pequeños de África dijeron que había dificultades y diferencias entre los países a la hora de facilitar el financiamiento. El representante de Cabo Verde dijo que “nuestro país es denominado “micro-país” y no tiene acceso al mercado mundial”. Por su parte, el presidente de Burundi dijo que “aunque nuestro país es pobre, la infraestructura es una base del desarrollo, por lo que les pido tomar en consideración la provisión financiera necesaria”. Fue muy común la crítica realizada por diversos presidentes africanos hacia los países desarrollados y los organismos internacionales, que tienen tendencia a financiar a los países grandes.

A través de estas cumbres puede intuirse el creciente interés japonés por África, tanto a nivel gubernamental como del sector privado, especialmente por sus perspectivas económicas y de mercado. Por ejemplo, Mitsubishi ya tiene un proyecto para refinar aluminio en Mozambique. La empresa Sumitomo tiene un proyecto para producir níquel en Madagascar. Por su parte, Mitsui y Marubeni tienen proyectos de gas natural líquido en Guinea Ecuatorial. Sojitz tiene derechos e intereses en el vanadio de Sudáfrica. Un consorcio de Taisei, Kajima e Itochu está construyendo una autopista de 1.200 km en Argelia. Toyota decidió aumentar la capacidad de producción de coches en la fábrica de Sudáfrica, país donde NEC va a establecer una base tecnológica para la instalación de equipos de transmisión. Toshiba colabora con una empresa de Egipto y ocupa más del 50% del mercado de venta de televisores. Sony ya tiene una empresa en Sudáfrica para la venta de tecnología en telecomunicaciones.

No obstante, y en comparación con China, Japón lleva retraso en sus inversiones en África. Por eso, la cumbre representó una oportunidad para establecer una buena relación con los países africanos. En África hay muchos recursos muy importantes para un abastecimiento estable a la producción japonesa. En anteriores cumbre, China se ha reunido con muchos presidentes africanos, pero en esta cumbre nipona, Fukuda habló con más de 40 mandatarios de ese continente, lo cual permite analizar el interés japonés por alcanzar a China en su presencia en el continente africano.