Este trabajo realiza un análisis de la interdependencia en el comercio exterior sino-argentino en la última década. El gran incremento de las relaciones comerciales entre ambos países fue el resultado de decisiones políticas, como las negociaciones bilaterales para apoyar la entrada de la Republica Popular China (RPCH) a la OMC y el Memorando de Entendimiento del año 2004. Sin embargo, la escasa apertura china a la diversificación de las exportaciones argentinas y las medidas antidumping aplicadas por Argentina llevaron a una situación de fragilidad en la relaciones comerciales, hecho que coincidió con la crisis financiera mundial del año 2008. La RPCH, si bien ha incrementado sustancialmente su producción de agroalimentos, para hacer frente a las mejoras en las condiciones de vida y cambio en los patrones de consumo, requiere para ello mejorar su productividad agropecuaria y lograr de esta forma la seguridad alimentaria. Argentina, por su parte, muestra una gran capacidad de producción de granos y una incipiente mejora del procesamiento industrial de estos commodities. Frente al conflicto con la RPCH a principios de 2010 por el aceite de soja, las alternativas de producción de biodiesel y el redireccionamiento de las exportaciones de aceite, hacen que Argentina no se muestre vulnerable en esta relación comercial, en el corto/mediano plazo. Independientemente de las negociaciones tomadas al más alto nivel, el patrón de intercambio comercial de la RPCH con Argentina no es ajeno al utilizado con el resto de los países latinoamericanos, logrando generar una interdependencia asimétrica, que utiliza como herramienta de poder en las
negociaciones bilaterales.