20080216 cotonou george bush e thomas yayi boni

Bush por África


 George W. Bush y Thomas Yayi Boni; clic para aumentar
Bush, que recientemente ha creado el cargo de embajador especial para asuntos energéticos cuya misión clave será neutralizar a potencias rivales en los intentos de controlar el suministro de petróleo y gas en todo el mundo, quiere presentar en este viaje la cara más solidaria de su Administración, su empeño en la lucha contra la enfermedad, la pobreza y la inseguridad, pero visita, sobre todo, los más estables (Benín, Tanzania, Ghana). (Foto: George W. Bush y el presidente de Benín, Thomas Yayi Boni, en Cotonú el 16 de febreiro de 2008).
 

Según la Casa Blanca, en la gira africana iniciada el día 15 de febrero por Bush y que le llevará por Ghana, Liberia, Benín, Tanzania y Ruanda, los objetivos principales consisten en promover la reforma democrática, los derechos humanos, el libre comercio, la liberalización de las inversiones y las oportunidades económicas. En esta su segunda visita (la anterior se realizó en 2003), Bush también procurará avances en materia de lucha contra el SIDA, la malaria y otras enfermedades. El presidente estadounidense quiere ofrecer en África un balance distinto al de Medio Oriente, poniendo el acento en su contribución a las mejoras en salud y en desarrollo. Pero no sólo viaja con estos objetivos. En realidad, deberíamos hablar también de petróleo y planes militares para África con un telón de fondo: la competencia abierta con China por la influencia en el continente.

En 2007, más del 90% de las exportaciones del África subsahariana hacia Estados Unidos han sido productos petroleros. El interés de Washington por África guarda estrecha relación con el objetivo de lograr que en 2015 el 25% del petróleo que consume provenga de aquí, esencialmente del golfo de Guinea. Hoy supone, aproximadamente, el 10%, También el petróleo puede explicar el empeño de trasladar a suelo africano el comando militar AFRICOM, actualmente instalado en Alemania. Países como Nigeria, que temen su efecto sobre el delta del Níger, región petrolera del octavo exportador mundial y quinto de Estados Unidos, ya lo han rechazado abiertamente. Sudáfrica, al igual que Argelia también. Y ninguno de los tres facilitará bases permanentes para las tropas estadounidenses. Esa negativa ha ralentizado sus planes, pero Liberia, país incluido en la gira y que inicia timidamente la senda de la normalización después de superar sus conflictos internos, se ha ofrecido a acogerlo.

Bush, que recientemente ha creado el cargo de embajador especial para asuntos energéticos cuya misión clave será neutralizar a potencias rivales en los intentos de controlar el suministro de petróleo y gas en todo el mundo, quiere presentar en este viaje la cara más solidaria de su Administración, su empeño en la lucha contra la enfermedad, la pobreza y la inseguridad, pero visita, sobre todo, los más estables (Benín, Tanzania, Ghana). A Kenia envia a su secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Por otra parte, aprovechará para reivindicar su responsabilidad a la hora de invertir o adquirir recursos en África, frente a otros (leáse China) que supuestamente actúan como auténticos predadores.

En realidad, Bush trata de defender sus crecientes intereses en África, que incluyen el aumento de su presencia militar, por el momento modesta (1.700 efectivos en Yibuti). Desde que en febrero de 2007 se anunció la intención de establecer AFRICOM en suelo africano, poco se ha avanzado al respecto. Cuando en diciembre último, Rice visitó Etiopía, sostuvo también encuentros con los jefes de estado de Uganda, Ruanda, Burundi, y la República Democrática del Congo, sin que se hayan logrado avances en la solución del conflicto que asola la región centroafricana de los Grandes Lagos. La presencia militar velará por la defensa de sus intereses estratégicos a largo plazo y no por la estabilidad del continente.