Los primeros ministros Wen Jiabao y Manmohan Singh, se reunieron hace unos días en Nueva Delhi. Representan los intereses de dos colosos donde habitan más de una tercera parte de la humanidad. China e India son dos grandes y antiguas civilizaciones que protagonizarán el siglo XXI. Existen varios conflictos, incluso disputas territoriales, que enturbian las relaciones políticas. Se rigen por dos sistemas políticos distintos. En China, el Partido Comunista mantiene un régimen autoritario y centralizado. India es, en cambio, la mayor democracia del mundo con un sistema federal, parlamentario y multipartidista que asegura la alternancia en el poder político. India es un mosaico de pueblos, culturas, lenguas, religiones y castas. China es mas uniforme con un predominio de la mayoría étnica “han”. Son dos países vecinos pero distantes. Persisten barreras culturales y de mala imagen mutua, tan altas como el Himalaya.
Pero, en la última década, se aceleró la interdependencia económica. China ya es el primer socio comercial de India, desplazando a Occidente. El comercio bilateral crece espectacularmente: desde 2.900 millones $ en 2000 hasta 60.000 millones $ en 2010. Llegará a 100.00 millones en 2015. Sin embargo, Nueva Delhi se queja del alto y creciente déficit comercial, con una balanza favorable a Pekín: 19.200 millones $ en 2010. Además esta cualitativamente desquilibrado: los chinos exportan manufacturas, los indios principalmente recursos naturales.
Los empresarios indios temen ver su mercado inundado por todo tipo de productos chinos. Se sienten inquietos ante la gran potencial comercial e inversor chino en toda Asia. Crecerá aún más tras entrar en vigor el Acuerdo de Libre Comercio China-ASEAN que crea un grandioso mercado de 1.900 millones de personas. El crecimiento chino ha priorizado su sector exportador, el indio el consumo interno. Sin embargo, India esta cambiando su estrategia para abrirse al exterior. En 2009, firmó acuerdos de libre comercio con ASEAN y Corea del Sur y esta negociando otro con la UE. Impulsa, compitiendo con China, una diplomacia económica y también energética pues importa el 76 % de los recursos energéticos que consume.
Pekín pretende mitigar la apuesta política y económica de EEUU, la UE, Japón y Corea del Sur por una relación especial con Nueva Delhi. En Noviembre, Barack Obama visitó India acompañado de 215 empresarios y firmó 20 acuerdos comerciales por un valor de 10.000 millones $. Pero, después llegó Wen Jiabao con una delegación de 400 empresarios chinos y firmó 50 contratos por un valor de 16.000 millones $. China se pasea con una buena bolsa cargada de divisas y es recibida en todas partes con una gran alfombra roja.
Es innegable que el desarrollo chino es hoy muy superior al indio. Un sistema autoritario como el chino puede, a corto y medio plazo, movilizar grandes recursos para hacer crecer rápidamente el país. Sin embargo, si faltan unos contrapesos o controles democráticos, también se pueden cometer grandes y graves errores políticos y económicos. India es hoy, tras China, el segundo motor de la economía mundial. Será, en dos décadas, el país más poblado del mundo. En 2010, su economía crecerá casi un 9%. Muchos apuestan que también acabará superando económicamente a China.