En la última reunión de Davos se trató sobre la crisis del capitalismo en Occidente. Los chinos no asistieron. No están para grandes debates. Su modelo de capitalismo público ya les va bien. Prosiguen, de forma gradual y sutil su crecimiento económico. Según el FMI, la zona euro decrecerá un 0,5% en 2012. Incluso Alemania casi se estanca con solo un 0,3%. China seguirá creciendo un 8,2%.
Angela Merkel y Wen Jiabao se reunieron en Pekín para tratar sobre la crisis financiera de la zona euro. Enviaron un mensaje de confianza a unos mercados internacionales, cada vez más inquietos por el estancamiento europeo. China desea una pronta recuperación de su primer socio comercial.
La zona euro precisa una urgente inyección financiera para evitar el colapso financiero de algunos países infestados por el virus de la deuda pública y privada. Wen Jiabao confirmó la contribución china al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) pero no concretó el cuando y el cuanto. Prefiere hacerlo a través del FMI. Es justo reconocer que China ya ha invertido unos 550.000 millones $ en bonos de varios países enfermos del sur europeo, como Grecia, Portugal y España. Pero para seguir comprando deuda, Pekín exige contrapartidas políticas. Espera que Bruselas le reconozca el status de economía de mercado. También más cuota de poder en un renovado FMI donde la UE dispones de más de un tercio de los derechos de voto.
Pero China no ansía coleccionar más bonos. Prefiere invertir en activos europeos para hacerse, si puede, con su “know how” tecnológico y de gestión empresarial. Wen Jiabao reiteró que China no tiene la intención ni las capacidades para “comprar Europa”. Pero las empresas chinas ganan cuota comercial en el mercado europeo e invierten en sectores estratégicos. A diferencia de EEUU, son bien recibidas en la UE. En diciembre, la empresa eléctrica china Three Gorges invirtió 2.690 millones de euros en la compra del 21,3% de las acciones de Energías de Portugal (EDP). Pero es Gran Bretaña el primer destino de las inversiones chinas, también en el sector de infraestructuras. Incluso ya compran empresas alemanas. En enero, la china Sany invirtió 500 millones de euros en la adquisición de Putzmeister, fabricante de maquinaria idustrial de precisión. En cambio, Angela Merkel se quejó ante Wen Jiabao en Pekín por las crecientes medidas discriminatorias contra las empresas europeas que invierten y operan en China. “Doing business” allí es cada vez más complejo. El Gobierno favorece la expansión interior y exterior de las grandes empresas públicas chinas.