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Constituyentes andinas

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 Chávez, Correa y Evo, clic para aumentar
En realidad, la región andina vive momentos de elevada tensión. En Bogotá consideran que el "eje izquierdista" plasmado en Venezuela, Ecuador y Bolivia, prácticamente supone una tenaza a Colombia, el único país de la región con un gobierno de derecha, aliado de Washington y propiciador de la ampliación del Plan Colombia a una vertiente andina. (En la foto, de izquierda a derecha, al presidente venezolano Hugo Chávez, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales, durante un acto indigenista en la toma de posesión presidencial de Correa en enero pasado. Los tres mandatarios van ataviados con el tradicional "poncho" indígena).
 

Ecuador, Bolivia y Venezuela están cohesionando un nuevo eje de transformación política en la región andina, pero la clave de estos cambios no está en la configuración de una tradicional "toma revolucionaria de poder" sino en la convocatoria popular de asambleas constituyentes que reformen la totalidad de los poderes públicos.

La modalidad de convocar asambleas constituyentes la instituyó Hugo Chávez en 1999, con una serie de referendos populares que reformaron la Constitución Nacional y los poderes públicos, manifestando también con ello una fuerte concentración de poder legitimada en las urnas.

Ecuador y Bolivia pueden seguir el ejemplo de Chávez, pero estos tres casos presentan diferencias entre sí. Las propuestas de sus respectivos presidentes Rafael Correa y Evo Morales han generado fuertes tensiones parlamentarias, con los partidos políticos, asociaciones civiles y hasta la Iglesia católica.

A finales de enero, en Quito, una masa popular asaltó el Parlamento por negarse a aprobar la propuesta constituyente de Correa. Por su parte, el presidente ecuatoriano advirtió de "más violencia" si el poder legislativo pierde esta "última oportunidad para lograr los cambios pacíficos".

La puja entre los poderes ejecutivo y legislativo dio paso a la aprobación del Congreso para realizar un referendo a mediados de abril, que someta a consulta popular la propuesta presidencial constituyente para la cual Correa pidió "plenos poderes".

En Bolivia, la presidencia de Morales ha estado en permanente tensión un año después del histórico cambio de gobierno. Finalmente, se logró un acuerdo parlamentario entre el gobierno y la oposición para que comience a funcionar la Asamblea Constituyente formalmente institucionalizada en agosto pasado. Los temas de debate en que no exista consenso se someterán a referendo popular.

Morales también se ha visto presionado por diversos sectores económicos y de las fuerzas armadas ante la convocatoria, el próximo mes de agosto, de un referendo secesionista en la provincia de Santa Cruz, rica en gas natural. Pero a pesar de las fuertes tensiones internas, tanto Correa como Morales han venido contando con un considerable apoyo popular de diversos sectores, siendo muy significativo el respaldo de las organizaciones indigenistas.

Por su parte, la nueva propuesta constituyente del presidente venezolano Hugo Chávez marcha absolutamente sin obstáculos, con una Asamblea Nacional totalmente "chavista", que acaba de delegar sus funciones para que pueda gobernar por decreto durante 18 meses y así se logre la reforma radical de los poderes públicos para adaptarlos al "socialismo del siglo XXI". El objetivo es eliminar las alcaldías y gobernaciones, que serán sustituidas por los "consejos comunales populares".

Para ampliar el panorama, en Colombia, el presidente Álvaro Uribe Vélez dejó entrever la posibilidad de pedir "poderes especiales", una polémica propuesta que ha generado una fuerte oposición política desde diversos sectores e, incluso, algún que otro enfado presidencial.

En consecuencia, la región andina vive momentos de elevada tensión. En Bogotá consideran que el "eje izquierdista" plasmado en Venezuela, Ecuador y Bolivia, prácticamente supone una tenaza a Colombia, el único país de la región con un gobierno de derechas, aliado de Washington y propiciador de la ampliación del Plan Colombia a una vertiente andina.

En las últimas semanas, han sido notorias las tensiones diplomáticas entre Ecuador y Colombia por la fumigación de los cultivos de droga en la frontera entre ambos países. El presidente Correa, opuesto al Plan Colombia, advirtió a Bogotá de que no dudaría en derribar los aviones que violaran la soberanía aérea ecuatoriana.

La coyuntura es delicada por la renovación hasta el 2010 del apoyo de Washington al plan antidrogas en la región andina, que coloca a Uribe como la piedra angular de un Plan Andino que cobra cada vez más un carácter político. De ahí que el reforzamiento del eje Chávez-Correa-Morales opuesto a este plan se agilice con el paso de los meses, incluso ampliando esas tensiones dentro de organismos regionales como la Comunidad Andina y el MERCOSUR.

En el 2008 se celebrarán elecciones en Paraguay, un país donde uno de sus candidatos, el obispo Fernando Lugo, admirador de Chávez, avanza en la preferencia popular. Paraguay se convirtió en 2005 en un referente estratégico para Washington con la creación de una base militar "antiterrorista". Otra evidencia de que la puja de poderes geopolíticos en los Andes se está expandiendo cada vez más por el área suramericana.