Asia-Pacífico es el principal campo de juego de los intereses geoestratégicos y económicos de las grandes potencias. China desde el centro del continente asiático se expande económica y comercialmente por doquier. Japón debilitado políticamente sigue presa de la incertidumbre. India, cortejada por todos, será una patencia regional por las grandes dimensiones, demográfica y del mercado interior.
Asia-Pacífico es el principal campo de juego de los intereses geoestratégicos y económicos de las grandes potencias. China desde el centro del continente asiático se expande económica y comercialmente por doquier. Japón debilitado políticamente sigue presa de la incertidumbre. India, cortejada por todos, será una patencia regional por las grandes dimensiones, demográfica y del mercado interior. EEUU acaba de mover ficha para reafirmar que es y continuará siendo una potencia del Pacífico. Y Rusia pretende recuperar su zona de influencia en Asia central, dando la espalda a la UE, casi ausente en el tablero asiático.
EEUU hasta ahora centrado política y militarmente en Oriente Próximo y medio, quiere penetrar económicamente en la vasta área que enlaza Asia con la fachada este del continente americano. Ante el fracaso de las negociaciones multilaterales de la ronda Doha de la OMC está cambiando su estrategia comercial exterior. El Congreso estdounidense ratificó el 12 de octubre tres acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Colombia y Panamá. A Barcak Obama le urge corregir los elevados déficits comercial y fiscal y crear más empleo cuando se acerca 2012, año electoral en EEUU.
Obama impulsó los días 13 de noviembre desde su Honolulu natal, una ambiciosa iniciativa: el “Trans-Pacific Partnership” (TPP), una zona de libre comercio abierta a los miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Lanzada en 2005 por Chile, Nueva Zelanda, Singapur y Brunei, el TPP propone constituir una gran área de libre comercio, compatible con las reglas de la OMC y abierta a los miembros de APEC. Otros países se sumaron a las negociaciones: Australia, Malasia, Vietnam y Perú. Pero el TPP podría alcanzar una gran relevancia económica si, tras contar con el apoyo de EEUU, acaba atrayendo a Japón, Canadá y Méjico.
Obama no invitó expresamente a China a integrarse en las negociaciones del TPP. Se muestra molesto ante la firme resistencia china a corregir la baja cotización del yuan. También se queja que los chinos juegan con las reglas del comercio internacional como ocurre con la insuficiente protección de los Derechos de la Propiedad industrial e intelectual. Cabe recordar que China ya movió sus piezas al concluir en 2010 sendos acuerdos de libre comercio con los diez países de ASEAN y con Taiwán, ya vigentes. China es el primer socio comercial de muchos países de ambos lados del Pacífico, entre ellos Brasil, la sexta economía mundial, tras superar a Gran Bretaña.
Corea del Sur ya reaccionó con rapidez hace tiempo. Tiene vigentes acuerdos comerciales con India, Singapur, ASEAN, Perú, Chile y la UE. Y a principios de 2012, entrará en vigor el Acuerdo de Libre Comercio con EEUU, ratificado el 22 de noviembre por la Asamblea Nacional surcoreana.
También Rusia gira hacia Asia. Vladimir Putín firmó el 12 de octubre en Pekín varios acuerdos económicos y comerciales con China, su primer socio comercial. Los intercambios comerciales que alcanzaron los 59.000 millones $ en 2010, superarán los 70.000 millones en 2011. A pesar de los recelos existentes, ambos países se necesitan: Moscú es el primer productor mundial de petróleo y el segundo de gas natural, Pekín es el primer consumidor energético tras superar a EEUU en 2010.
Rusia y China cooperan en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai, junto a Kazakhstán, Kirghiszistán, Tayikistán y Uzbekistán. Pero Pekín aprovechó hábilmente la inercia rusa para invertir y diversificar sus aprovisionamientos en unos países ricos en recursos energéticos que ofrecen a precios más competitivos una alternativa al petróleo y gas ruso. Hoy, Rusia y China compiten en Asia central. Putín apuesta por resucitar la influencia rusa en la región. Sueña con reestablecer una vasta área de libre comercio entre Rusia y las repúblicas centroeuropeas y asiáticas que en su día formaron parte de la exURSS. El anterior intento, la Comunidad de Estados Independientes, no acabó de asentarse. Ahora, Putín relanza otro ambicioso proyecto: “La Unión Euroasiática”, apoyado por Bielorrusia y Kazakhstan. Pero otros países exsoviéticos con una fuerte presencia de ciudadanos rusos desconfían ante una restauración de “la gran Rusia”.
La UE también está reaccionando. El 1 de julio de 2011 entró en vigor el Acuerdo de Libre Comercio entre la UE y Corea del Sur. Es el primero y el más ambicioso acuerdo comercial firmado con un país asiático. Bruselas está negociando acuerdos similares con India, Singapur y Malasia se plantea hacerlo con Japón, Vietnam e Indonesia. El acuerdo con Corea del Sur puede servir de modelo para otros acuerdos de la UE en la región. Las negociaciones con Singapur y Malasia están avanzadas. En cambio, las iniciadas con India en 2007 siguen en una fase crítica, debido a la fuerte presión de los lobbies indios reticentes al Acuerdo. La apuesta de la UEpor Asia-Pacífico debe ser firme e irreversible. Allí se juega el futuro económico mundial.