El partido Demócrata

El partido Demócrata, surgido en 1829 con la elección de Andrew Jackson, precedió en varias décadas a la creación del partido Republicano. Aunque nacía como un partido de masas que buscaba oponerse al elitismo que caracterizaba a la política estadounidense, pronto pasará a ser controlado por las elites agrarias del Sur. En tanto tal se hará portavoz de la defensa de la esclavitud. Entre 1829 y 1861 resultará el partido hegemónico de esa nación, situación que cambiará con la elección de Abraham Lincoln como primer Presidente Republicano en esa última fecha. La misma desencadenará la secesión del Sur y la subsiguiente guerra civil.  A partir del fin de dicha contienda y por un largo período el partido Demócrata se verá opacado por su contraparte. Ante la fuerza de un partido Republicano que encarnaba la expansión industrial, financiera e inmigratoria del país, los Demócratas se presentarán como la expresión resentida del Sur blanco y agrario.

Apartados xeográficos Estados Unidos
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El partido Demócrata, surgido en 1829 con la elección de Andrew Jackson, precedió en varias décadas a la creación del partido Republicano. Aunque nacía como un partido de masas que buscaba oponerse al elitismo que caracterizaba a la política estadounidense, pronto pasará a ser controlado por las elites agrarias del Sur. En tanto tal se hará portavoz de la defensa de la esclavitud. Entre 1829 y 1861 resultará el partido hegemónico de esa nación, situación que cambiará con la elección de Abraham Lincoln como primer Presidente Republicano en esa última fecha. La misma desencadenará la secesión del Sur y la subsiguiente guerra civil.  A partir del fin de dicha contienda y por un largo período el partido Demócrata se verá opacado por su contraparte. Ante la fuerza de un partido Republicano que encarnaba la expansión industrial, financiera e inmigratoria del país, los Demócratas se presentarán como la expresión resentida del Sur blanco y agrario.

En las siete décadas comprendidas entre 1861 y 1932 los Demócratas sólo lograrán colocar dos inquilinos en la Casa Blanca: Grover Cleveland y Woodrow Wilson. Ambos llegarán por accidente y repetirán gracias a su buena gestión. Mientras el primero ganaba su primera elección por un margen mínimo de votos, el segundo lo lograba gracias a una división coyuntural del partido Republicano. El triunfo de Franklin Delano Roosevelt en 1932 representará un punto de inflexión para los Demócratas. Impulsado al poder por la depresión económica, su llegada determinará un relanzamiento del partido Demócrata que habrá de transformarlo en fuerza política predominante por varias décadas. El “New Deal” de Roosevelt desencadenará una dinámica de ambiciosas políticas progresistas en materia económica y social. El llamado “Estado del bienestar” estadounidense, iniciado durante ese periodo, podrá en marcha iniciativas tales como la pensión de jubilación, la seguridad social y el salario mínimo. Ello logrará atraer al seno de este partido a las masas obreras del Norte y a los sectores minoritarios del país, comenzando por la población negra que hasta ese momento había sido coto cautivo de los Republicanos. Aunque dichas políticas traerán no pocos problemas en relación a los blancos del Sur, base tradicional del partido, éstos no desertarán de sus filas. Ello hará de los Demócratas una potente aunque disímil coalición.

La política de los derechos civiles iniciada por Kennedy y coronada por Johnson y la guerra contra la pobreza desarrollada por este último, consolidarán a los Demócratas como partido progresista. Un progresismo que en 1972 girará marcadamente hacia la izquierda. Todo ello alienará a los blancos del Sur, lanzándolos a los brazos de los Republicanos. Si bien esto depurará a los Demócratas del extremismo evangélico y del populismo que aquellos representaban, brindará un fuerte impulso político a los Republicanos. Desde hace varios años Republicanos y Demócratas polarizan a los Estados Unidos en parcelas poblacionales equivalentes. La llegada de Obama al poder pareció representar, sin embargo, la oportunidad de repetir la hazaña de Roosevelt, relanzando al partido Demócratas y rompiendo el virtual empate existente entre ambas toldas políticas. Ello no resultó así ante una presidencia que no satisfizo las altas expectativas que generó y hoy Obama confronta una reñida campaña de reelección. No obstante, lo que Obama no consiguió bien podría alcanzarse por vía del conservadurismo social y económico y la política anti inmigratoria de los Republicanos. Ello ha alejado a estos últimos de un porcentaje mayoritario de mujeres, homosexuales, hispanos y negros. Aunque en esta oportunidad la balanza puede todavía inclinarse a favor de Romney, a futuro las tendencias demográficas y sociales apuntan claramente a favor de los Demócratas