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El rompecabezas iberoamericano

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En diciembre de 2005, habrá elecciones generales en Bolivia y Chile. Previamente, Honduras elegirá nuevo presidente un mes antes. En el país andino, tras las continuas convulsiones que han llevado a tres presidentes en los dos últimos años, el líder indígena y cocalero Evo Morales (na foto) marcha adelante en las encuestas. Morales es visto como un aliado estrecho de Chávez y Fidel Castro, hecho que crea suspicacias y temores en diversos sectores dentro y fuera del país.
 

El próximo XV Foro Iberoamericano de Salamanca, a celebrarse entre el 14 y 15 de octubre, puede ser el último para algunos mandatarios latinoamericanos. La razón se debe a la apretada agenda de elecciones presidenciales y legislativas previstas para el período 2005-06.

He aquí una radiografía del rompecabezas iberoamericano. Entre noviembre de 2005 y diciembre de 2006 se celebrarán en América Latina, de manera consecutiva, once elecciones, 10 presidenciales y unas legislativas, a celebrarse en Argentina. Será precisamente en este país donde comenzará, en noviembre próximo, el rosario de procesos electorales. El presidente Néstor Kirchner tiene ante sí un test importante, con la posibilidad de renovación del Congreso y barajar sus opciones presidenciales para el 2007. En este sentido, sus cálculos pueden ser favorables.

Como complemento a las legislativas argentinas, Venezuela va en diciembre a unos decisivos comicios para renovar la Asamblea Nacional, en estos momentos con una precaria ventaja para el "chavismo". Una oposición política aún en fase de reconstrucción y una estable popularidad auguran un abrumador triunfo legislativo para Hugo Chávez.

El 2006 será políticamente activo en Venezuela, porque en diciembre se elegirá nuevo presidente y Chávez camina seguro hacia su reelección. Otra realidad corresponde al proceso de cambio que vive el país. La revolución bolivariana está mucho más enfocada en una activa agenda exterior de expansión ideológica y alianzas estratégicas, mientras el proclamado por Chávez "socialismo del siglo XXI" sigue generando crispación social y política interna.

La apuesta Evo Morales

En diciembre de 2005, habrá elecciones generales en Bolivia y Chile. Previamente, Honduras elegirá nuevo presidente un mes antes. En el país andino, tras las continuas convulsiones que han llevado a tres presidentes en los dos últimos años, el líder indígena y cocalero Evo Morales marcha adelante en las encuestas. Morales es visto como un aliado estrecho de Chávez y Fidel Castro, hecho que crea suspicacias y temores en diversos sectores dentro y fuera del país.

La importancia de las elecciones bolivianas estriba en la nueva configuración política que un posible triunfo de Morales puede ocasionar en la región andina, con el auge del indigenismo como actor político, y sus consecuencias desde el punto de vista del control de los recursos gasíferos y petroleros bolivianos.

Chile corresponde a otro escenario. El país más estable de la región observa con tranquilidad como el pragmático presidente socialista Ricardo Lagos agota constitucionalmente su mandato, posiblemente en favor de su candidata, la ex ministra de Defensa Michelle Bachelet. La particularidad del caso chileno es que estas elecciones presidenciales parecen augurar la definitiva y necesaria etapa post-Pinochet. La caída en desgracia de la figura del ex dictador y su herencia social y política ya no domina el debate electoral.

El 2006 comenzará con unas elecciones presidenciales en Portugal, donde dos veteranos de la política como el socialista, Mario Soares, y el conservador, Aníbal Cavaco da Silva, se disputan el poder. A esta confrontación se une la candidatura independiente del socialista Manuel Alegre y otros más. Por su parte, en febrero se elegirá presidente en Costa Rica, con la posible victoria de otro ex mandatario y Premio Nobel de la Paz, el socialdemócrata Oscar Arias.

En abril y mayo, dos países andinos, Perú y Colombia, tendrán nuevo presidente. La situación del presidente peruano Alejandro Toledo es sumamente delicada, con bajos índices de popularidad, y ahora se asoma desde Japón el "fantasma" de Alberto Fujimori, quien anunció su candidatura, a pesar de tener orden de captura y extradición desde su país y numerosos procesos judiciales en su contra. Pero en Lima, las encuestas las lidera el centrista y ex presidente transitorio, Valentín Paniagua, y otro "fantasma del pasado", el ex presidente populista Alan García.

En Colombia, el presidente Álvaro Uribe Vélez está a la espera de una decisión del Tribunal Constitucional de aprobar su petición de reelección. Pero Uribe se encuentra tan seguro de esta medida que ya trabaja en su proyecto electoral. Además de ser el único aliado estrecho de EEUU en la región, Uribe conserva una alta popularidad y una gestión considerada como eficaz, aunque no exenta de controversias. En la actualidad lleva a cabo un polémico proceso de desarme de los paramilitares mientras impulsa la expansión andina del Plan Colombia, a través de la versión del Plan Patriota.

Entre Lula y López Obrador

Pero donde mayor batalla política se espera es en las dos principales economías latinoamericanas, Brasil y México. A pesar del pragmatismo económico y la gestión social del gobierno de Lula da Silva, la crisis política provocada por los escándalos de corrupción está ocasionando una grave fractura interna en el Partido de los Trabajadores y en la figura presidencial. Sus opciones de reelección para octubre de 2006 se ven reducidas y ni siquiera es segura la presencia electoral de Lula. En diversas fuentes, especialmente en organismos financieros internacionales, se apuesta por la posible victoria del social-demócrata PSDB de José Serra.

México presenta un panorama complicado para el mandatario liberal-centrista Vicente Fox, quien no podrá someterse a la reelección popular. La izquierda representada en Manuel López Obrador del Partido de la Revolución Democrática, encabeza con firmeza las encuestas, mientras el opositor y otrora hegemónico PRI intenta recuperar el espacio político perdido. Sus opciones parecen concentrarse en el ex candidato Roberto Madrazo.

Riesgo en la estabilidad

Para finalizar, dos escenarios: Ecuador y Nicaragua. Como en el caso boliviano, Ecuador ha vivido en los últimos ocho años diversas convulsiones políticas, rupturas institucionales, golpes de estado, rebeliones sociales y diferentes presidentes. En abril pasado, y tras consecutivas protestas callejeras, el Congreso obligó al ex presidente Lucio Gutiérrez a renunciar, mientras nombraba a Alfredo Palacio como sucesor.

Los ecuatorianos deberán elegir presidente en diciembre de 2006 y no se atisban aún candidaturas seguras. Regresa a Quito el ex presidente Abdalá Bucaram, ahora revestido de un mensaje "bolivariano", ligado a la revolución de Chávez. El mismo mensaje se lo atribuyen diversos movimientos indígenas y populares, quienes ven al mandatario venezolano como una referencia.

Por último, en noviembre de 2006, Nicaragua podría observar el regreso del sandinismo al poder, de la mano de su histórico líder, Daniel Ortega. Actualmente, el país vive una situación de zozobra e incertidumbre ante los intentos de la oposición, encabezados por Ortega y los liberales del ex presidente Arnoldo Alemán, por desalojar del poder al presidente Enrique Bolaños por presuntos casos de corrupción electoral.

En Managua, el panorama es complejo porque aunque Ortega posee diversas opciones, también se confronta con la candidatura interna de Henry Lewites dentro de los sandinistas. Y no falta quien establezca vínculos políticos entre Ortega, Chávez y Fidel para promover una victoria sandinista, con la finalidad de contrarrestar la órbita pro-estadounidense de los anteriores gobiernos, trancar el ALCA y promover la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA, propuesta por Venezuela y Cuba.

Para resaltar la importancia de la actual coyuntura, un reciente informe presentado en septiembre en la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, reseñaba que las diez elecciones presidenciales a escenificarse en América Latina crean "incertidumbre" y una "fuente de riesgo" sobre el "curso de la política a medio plazo", ante el auge de diversas "opciones populistas".

Sin embargo, estos organismos ven con buenas perspectivas el desarrollo macroeconómico regional para el próximo año, con un crecimiento estimado en el 4,1%. Argumentan que se presenta en la actualidad "incertidumbre política en medio de estabilidad macroeconómica". Lo que sí parece seguro es que la próxima cumbre iberoamericana de Uruguay en 2006, tendrá nuevas realidades y nuevos socios.