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La nueva “guerra fría”

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 Corea do Norte nuclear, clic para aumentar
En un momento en que la atención internacional estaba más enfocada en prevenir que Irán lograra poseer un arma nuclear, Corea del Norte realiza un ensayo que obliga a Occidente a replantearse su política hacia este país y, probablemente, retomar las negociaciones diplomáticas que lleven a un reequilibrio de la seguridad en el sureste asiático.
 

La prueba nuclear subterránea recientemente realizada por el régimen comunista de Corea del Norte ha sido calificada por las potencias occidentales, la ONU, la Unión Europea y la OTAN, como una "provocación" y un "desafío" a la seguridad internacional.

En este sentido, parece inminente la implementación de sanciones internacionales, vía Naciones Unidas, al régimen de Kim Il Jong. Por lo pronto, Japón y Corea del Sur ya adelantaron un persuasivo operativo de movilización militar.

Sin embargo, el test nuclear norcoreano supone un serio dilema para Occidente, China y los organismos internacionales de energía atómica, en cuanto a un tema tan capital para la seguridad internacional como lo es la proliferación nuclear.

Puede argumentarse que el régimen de Pyongyang realizó esta efectiva demostración de fuerza como un aviso e, incluso, una necesidad de ocultar la crisis económica y humanitaria que padece su sociedad. Pero, visto desde una perspectiva de la "realpolitik", sería necesario analizar cuatro factores que podrían haber influido en la repentina decisión del régimen de Kim Il Jong a utilizar el "arma nuclear" como efecto disuasivo en su puja con Occidente:

-En primer lugar, está la crisis de la proliferación nuclear y el dossier nuclear iraní. En un momento en que la atención internacional estaba más enfocada en prevenir que Irán lograra poseer un arma nuclear, Corea del Norte realiza un ensayo que obliga a Occidente a replantearse su política hacia este país y, probablemente, retomar las negociaciones diplomáticas que lleven a un reequilibrio de la seguridad en el sureste asiático.

Como efecto inmediato a este ensayo nuclear, el régimen iraní volvió a declarar que su programa nuclear es con fines pacíficos y que está dispuesto a seguir cumpliendo una normativa más sensata del Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968.

-Segundo: la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, a China, puede marcar una nueva etapa en las relaciones de poder regionales e internacionales. El japonés Abe, sucesor de Junichiro Koizumi, anunció recientemente una posible remilitarización japonesa que crea inquietud en China y Corea del Norte, dos aliados militares.

China respaldó hace semanas unas posibles sanciones de la ONU hacia Corea del Norte que pueden ser "papel mojado" si el reequilibrio regional comienza a decantarse a favor de Japón e, indirectamente, de su aliado estadounidense. En todo caso, la carta china es esencial y decisiva a la hora de solucionar el problema nuclear y de seguridad tanto en la península coreana como en el sureste asiático.

-Tercero, la designación del surcoreano Bam Ki-Moon como nuevo secretario general de la ONU, podría haber persuadido a Corea del Norte ha realizar una demostración real y simbólica de los nuevos desafíos que tendrá el nuevo secretario general de la ONU, un experto diplomático que encabezó la delegación de su país en las negociaciones con Corea del Norte.

-Cuarto: La prueba nuclear norcoreana es un también un aviso para George W. Bush, sumido en plena campaña electoral para las legislativas de noviembre. De este modo, Corea del Norte, un país miembro del particular "eje del mal" de Bush, acaba de estrenarse oficialmente como potencia nuclear mientras otro miembro de ese "eje", como lo es Irán, está en capacidad de serlo.

Dentro de las transformaciones geopolíticas del panorama internacional, el equilibrio nuclear global parece ser más importante que el tratado de No Proliferación firmado en 1968 y que hoy se encuentra casi en desuso. Bush podría verse así obligado a modificar sus cálculos y sus políticas hacia Corea del Norte, implicando aún más a China como factor de equilibrio.

Con EEUU, Rusia, Francia, Gran Bretaña, China, Pakistán, India, Israel, Suráfrica y ahora Corea del Norte, el club nuclear aumenta configurando una nueva relación de poder para los próximos años. Egipto anunció hace dos semanas su intención de desarrollar su programa nuclear. Y no hay que olvidar que Irán avanza a pasos agigantados por ese camino. Con todo esto, ¿quién dijo que terminó la "guerra fría"?