Vietnam se ha convertido el pasado 11 de enero en el miembro 150 de la Organización Mundial de Comercio (OMC). (Foto: Cartel de bienvenida a Vietnam en la sede de la OMC en Ginebra). | |
Después de casi dos décadas de liberalización acelerada y de aplicación de la doi moi (versión vietnamita de la reforma y apertura china), Vietnam se ha convertido el pasado 11 de enero en el miembro 150 de la Organización Mundial de Comercio (OMC). En la ceremonia de entrega del diploma que le acredita como nuevo país integrante del mayor bloque comercial del planeta, el embajador Ngo Quang Xuan destacó la gran importancia de la integración de la República Socialista de Vietnam en la economía internacional, confiando en que de ello se deriven más oportunidades para su desarrollo en forma de cooperación e inversiones con otros países y regiones del mundo.
Vietnam presentó la solicitud de ingreso en la OMC en enero de 1995. Durante 11 años, la delegación vietnamita celebró conversaciones bilaterales con 28 países de la OMC. La última ronda de conversaciones multilaterales quedó concluida en octubre de 2006. El pasado año, la economía vietnamita creció un 8,5% y las exportaciones ascendieron a 39,6 mil millones de dólares. Con una superficie de 331 mil Km. cuadrados, casi destruida por dos cruentas guerras durante el siglo pasado, la de independencia contra los franceses y la de liberación contra EEUU durante los 60 y 70, es hoy una nación en plena emergencia económica. Su fortaleza exportadora radica en el petróleo, arroz, textil y confección, café, caucho, zapatos, anacardos, cacahuetes, té y carbón. Sus exportaciones se dirigen hacia EEUU (21%), Japón (13,89%), Australia (6,86%), China (6,5%), Alemania (5,8%), Singapur (4,65%) y Reino Unido (4,4%). Dispone de una capacidad manufacturera en pleno período de expansión y es uno de los países con mayor potencial para promover el sector agrícola.
Con su continuado crecimiento, en pocos años, Vietnam podría convertirse en una de las economías más dinámicas del mundo en desarrollo. La renta per capita es del orden de los 600 dólares anuales y, si bien aún es baja, se ha triplicado en comparación con la registrada en la década de los noventa. La pobreza cayó de un 60% a un 20%, según cifras oficiales del año 2005.
Cuál será el costo de participar en el sistema mundial de comercio? Las principales dificultades afectarán a las 250.000 pequeñas y medianas empresas que operan en el país, que deberán afrontar una dura competencia. Aún sabiéndolo, el presidente de la Asociación de Textiles y Vestimenta de Vietnam, Le Quoc An, es optimista porque considera que ayudará a su país a generar nuevas oportunidades, en especial, fomentando la cooperación con socios extranjeros, aportando mano de obra cualificada y participando en ámbitos de su producción y distribución. Pero los colectivos de empleados temen un futuro que, pocos lo dudan, será difícil.
El descontento entre los trabajadores industriales va en aumento. En las zonas de Thu Duc, Bien Hoa y Song Than se han registrado huelgas en demanda de aumentos salariales y mejores condiciones de trabajo. Muchos temen que con el ingreso en la OMC y la aplicación a rajatabla de los principios de libre mercado, muchas empresas, en especial las cadenas de montaje de aparatos electrónicos no puedan sobrevivir y tengan que cerrar, abocando a sus trabajadores al desempleo.
El gobierno, mientras tanto, quiere mirar para otro lado, esforzándose por ofrecer la imagen de un país políticamente estable y atractivo para las empresas y las inversiones, rechazando, al mismo tiempo, las presiones occidentales que le conminan a emprender la senda de las reformas políticas.
Al entrar en la OMC, por primera vez en la historia de este país, todas las empresas, ya sean públicas o privadas, nacionales o extranjeras, deberán ser tratadas por igual. Además de numerosas reformas legales orientadas a perfeccionar el sistema impositivo y modernizar varios ámbitos de la administración, Vietnam deberá disminuir los derechos de aduana y apostar a fondo por la formación de sus cuadros empresariales para estar en condiciones de relacionarse adecuadamente con sus homónimos extranjeros. El Estado, por otra parte, deberá disminuir sus subvenciones y ayudas, lo que supondrá grandes dificultades para muchas pequeñas y frágiles empresas del sector textil que podrían cerrar si no articulan alianzas que le ayuden a sobrevivir en el nuevo contexto. La situación podría ser más dramática aún en numerosas firmas públicas que dependen por entero de las subvenciones.
China y EEUU compiten por Vietnam
China y EEUU son los dos gigantes que desempeñan un papel determinante en el desarrollo de Vietnam. En la cumbre de la APEC (foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico) celebrada en noviembre de 2006, el presidente chino, Hu Jintao, prometió elevar el comercio bilateral hasta alcanzar en 2010 los 15.000 millones de dólares. El comercio entre EEUU y Vietnam alcanzó en 2005 la cifra de casi 10.000 millones. No obstante, en dicha cumbre, Bush no pudo entregar a Vietnam la anhelada declaración de relaciones comerciales normales y permanentes bilaterales que constituye un prerrequisito para que las compañías estadounidenses se beneficien cabalmente del ingreso de Vietnam en la OMC.
China y EEUU rivalizan por influir en el país y en la región. El hecho de que EEUU considere a Vietnam como socio estratégico para contener a China quedó en evidencia en 2005, cuando Washington envió buques de guerra y altos oficiales de visita a este país, mientras discute con Hanoi la celebración de ejercicios militares conjuntos. Beijing no se queda atrás y ofrece, entre otros, créditos a muy bajo interés que Vietnam analiza con cuidado, al igual que otras propuestas dimanantes de su poderoso vecino, con quien la sintonía ideológica ha podido endulzar cierto entendimiento pero nunca desactivar del todo contenciosos y desconfianzas largamente instaladas en su mentalidad. Para Hanoi, China es, ante todo, un fuerte competidor por las inversiones directas extranjeras, mientras que para China, la preocupación por las consecuencias de la entrada de Vietnam en la OMC para su sector textil va en aumento.
EEUU se frota las manos. Vietnam es un mercado muy prometedor y espera como agua de mayo las inversiones extranjeras. En 2004 recibió inversiones por valor de 1.610 millones de dólares y su PIB actual supera los 52.000 millones de dólares. El consumo ha aumentado en 2006 un 20%. La consultora A.T. Kearney considera que la economía vietnamita es menos susceptible de verse afectada por las tensiones diplomáticas que, por ejemplo, enturbian con relativa frecuencia las relaciones entre China y EEUU. Su tasa de alfabetización es del 90% y el coste de la mano de obra es dos veces inferior a la china. El mercado de servicios en la banca, en telecomunicaciones y seguros presenta enormes oportunidades para las empresas norteamericanas. Más del 50% de los 84 millones de habitantes tienen menos de 30 años y son grandes fans de la cultura americana. Cierto que algunas voces en EEUU cuestionan tan “idílico” retrato y claman por la defensa de la industria textil estadounidense que teme el choque desigual que puede producirse con la liberalización de los intercambios con Vietnam. Pero el auge de los negocios bilaterales parece disponer de la fuerza suficiente para silenciar las protestas e incluso hacer borrón y cuenta de los duros enfrentamientos del pasado. El comercio, dicen algunos, hará la paz entre ambos.
Por su parte, China también ha dispuesto una estrategia de seducción de su vecino. En noviembre de 206, el presidente Hu Jintao visitó Vietnam con el propósito de dar un paso un más en la desactivación de las desconfianzas mutuas. La normalización de las relaciones bilaterales data del año 1991 y han mejorado considerablemente desde la solución del problema de la demarcación fronteriza en tierra y en el golfo Beibu, donde ahora se propone la creación de una zona de cooperación económica. En el diferendo sobre los islotes situados en el mar de China meridional, ambos países llevan a cabo prospecciones sísmicas conjuntas. Los avances son apreciables, pero Vietnam, en relación a China, nunca las tiene todas consigo.
Justificada preocupación
Para el ex vice primer ministro Vu Khoan, la entrada en la OMC solo será positiva si las empresas nacionales tienen éxito en su adaptación al nuevo contexto, teniendo en cuenta que su mercado de productos y servicios deberá abrirse a socios muy poderosos como EEUU, Japón, la UE o China.
La competencia que se avecina será feroz y afectará a la práctica totalidad de los sectores económicos y a la manera en que las empresas nacionales realizan sus negocios. Por eso, sugiere Vu, todos los actores, desde los públicos a los privados, deberían tomar conciencia de lo que se les viene encima y disponer los planes y alternativas necesarias para buscar y explotar las oportunidades que puedan presentarse. Las nuevas estrategias de competencia, asegura Ton Un Thi Ninh, vicepresidenta de la comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional, exigirán decisiones difíciles como el cierre de industrias que no resulten suficientemente competitivas. Ello puede significar que los beneficios y el mayor desarrollo que pueda experimentar Vietnam como consecuencia de su ingreso en la OMC no seduzcan tan fácilmente a ciertos colectivos, en tanto no se dispongan medidas paliativas que compensen los sacrificios exigidos por las autoridades.