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Chávez, el PSUV y la crisis

 Chávez en la asamblea del PSUV; clic para aumentar
El PSUV parece consolidado en torno a un "ala izquierdista" que seguramente será impulsada por Istúriz, Adán Chávez, Rodríguez Araque, Maduro y los periodistas Silva y Davies. El "ala militarista" de la llamada "derecha endógena", liderada por Diosdado Cabello y Ameliach, se presume será su principal foco de controversia. El pulso por el control del PSUV apenas acaba de comenzar, lo cual obligará a Chávez a nivelar y equilibrar la balanza. (Foto: Hugo Chávez durante un discurso realizado en un acto de instalación de la asamblea del PSUV en agosto de 2007).
 

La amplia consulta popular celebrada el pasado domingo 9 de marzo para elegir la conformación de la directiva nacional de Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) supone un claro punto de inflexión para el gobierno de Hugo Chávez, con la vista centrada a corto plazo en las próximas elecciones para alcaldes y gobernadores a celebrarse en noviembre.

Con Chávez como indudable presidente del partido, la conformación de los 15 integrantes de la directiva del PSUV se posiciona así como la prioridad de Chávez para acometer un nuevo proceso electoral en Venezuela, el duodécimo en más de nueve años de gobierno. Esta elección interna de la base chavista confirma el carácter democrático que Chávez espera otorgarle al PSUV.

El momento parece decisivo porque, tras la derrota electoral del chavismo en el referendo constitucional de diciembre pasado y el repentino ascenso de una plataforma unida de oposición, intenta recuperar la iniciativa en unos comicios que modificarán el mapa político venezolano.

En este sentido, los 87.467 votantes decidieron dar un golpe de atención al presidente, con el ascenso de liderazgos civiles más a la izquierda dentro del chavismo, castigando al hasta ahora inamovible entorno presidencial, en gran medida conformado por militares retirados, lo cual confirma perspectivas diversas y un nuevo estilo político a ser tomado en cuenta.

El PSUV que nace

El candidato más votado fue Aristóbulo Iztúriz, ex alcalde de Caracas, ex ministro de Educación de Chávez y uno de los líderes más populares y queridos dentro del chavismo. La labor política de Istúriz se ha desarrollado en el partido La Causa R y Patria Para Todos (PPT), que apoyó a Chávez en los últimos años.

En segundo lugar quedó Adán Chávez, hermano del presidente y actual ministro de Educación. En tercer lugar quedó el periodista Mario Silva, conductor del programa "La Hojilla" en la televisión estatal y acérrimo seguidor de la revolución socialista impulsada por Chávez. En esta directiva destaca también la presencia de la periodista Vanessa Davies, conductora de otro programa de opinión en la televisión estatal, y Alí Rodríguez Araque, ex guerrillero, ex ministro de Energía y Minas y ex dirigente de la OPEP.

Silva y Davies han sido prolíficos defensores del proyecto revolucionario tanto como feroces detractores del enriquecimiento de determinados altos cargos del chavismo, denunciando casos de corrupción existentes en el gobierno, muchos de ellos vinculados a la clase empresarial manejada por Diosdado Cabello y el empresario Wilmer Ruperti.

La corrupción y el elevado consumo de importaciones de lujo por parte de la calificada como "boliburguesía" han provocado fuertes roces entre la dirigencia y la base electoral chavista, tensiones que explotaron con la derrota electoral de diciembre pasado. De este modo, Chávez intentó moderar las posiciones dando paso a liderazgos populares para conformar el nuevo partido.

El enroque en el PSUV se completó con la presencia de dos fieles partidarios de Chávez: Nicolás Maduro, actual ministro de Relaciones Exteriores; Jorge Rodríguez, ex vicepresidente de la República, y Alberto Müller Rojas, militar retirado y una de las cabezas ideológicas de la nueva estrategia de defensa nacional en la Fuerza Armada venezolana.

Entre los inicialmente desplazados sobresale Diosdado Cabello, militar retirado, gobernador del estado de Miranda y considerado el artífice de la clase empresarial chavista. Cabello venía imponiéndose como el "hombre fuerte" del chavismo detrás del presidente, manejando un grupo de poder que incluye a otros ex militares como Francisco Ameliach, Freddy Bernal, Luis Reyes Reyes y Ramón Rodríguez Chacín, actual ministro de Relaciones Interiores. Algunos de ellos fueron relegados de las altas esferas del nuevo PSUV, siendo elegidos como miembros suplentes.

Por lo tanto, Diosdado Cabello aparece como el gran derrotado en la elección interna del PSUV, ya que la base chavista le consideraba como la figura insigne de lo que denominan la "derecha endógena" dentro del chavismo. Muchos sectores de la base chavista consideran a Cabello, Jorge Rodríguez y la denominada "boliburguesía" como los culpables de la derrota electoral de diciembre pasado.

Las peleas internas

No obstante, existe una fuerte presión desde altas esferas del poder, directamente orquestadas por Chávez, para que Diosdado Cabello forme parte de la directiva nacional del PSUV, lo cual puede dar paso a drásticas medidas y una fuerte lucha interna entre las distintas corrientes del chavismo. Entre diversos líderes y militantes existe preocupación porque se realicen designaciones a dedo.

La conformación del PSUV viene precedida de varios acontecimientos internos y externos que vuelven a colocar al gobierno de Chávez en el centro de la atención política. Fueron notorias las críticas del presidente y personajes de su entorno hacia líderes sociales como Lina Ron y el enérgico diputado Luis Tascón, por haber realizado críticas y denuncias de corrupción contra el entorno de Chávez, en un momento en que el gobierno esperaba implementar una nueva imagen, en consonancia con el lema expuesto en enero pasado: Revisar, Rectificar y Reimpulsar.

Tascón, tristemente célebre por la publicación de una lista discriminatoria de los ciudadanos que votaron en contra de Chávez durante el referendo revocatorio de 2004, fue expulsado del PSUV, lo cual generó una fuerte polémica interna al recibir apoyos de diputados chavistas más radicales con fuerte popularidad en la base, como es el caso de Iris Varela.

Así, el PSUV parece consolidado en torno a un "ala izquierdista" que seguramente será impulsada por Istúriz, Adán Chávez, Rodríguez Araque, Maduro y los periodistas Silva y Davies. El "ala militarista" de la llamada "derecha endógena", liderada por Diosdado Cabello y Ameliach, se presume será su principal foco de controversia. El pulso por el control del PSUV apenas acaba de comenzar, lo cual obligará a Chávez a nivelar y equilibrar la balanza.

Entre Venezuela y el mundo

Si la conformación definitiva del PSUV puede acarrear insospechadas luchas intestinas, otros problemas sociales están provocando determinadas reacciones populares y cierto desgaste gubernamental.

Así, el desabastecimiento de productos básicos, ciertos desajustes en el sistema sanitario y la creciente inseguridad ciudadana han provocado numerosas protestas por parte de la base chavista y los sectores opositores, quienes demandan al gobierno mayor atención a los problemas sociales internos.

Muchos ciudadanos critican el excesivo énfasis de Chávez en los asuntos internacionales, cuya coyuntura actual está fuertemente centrada en la reciente crisis andina entre Colombia, Ecuador y Venezuela, tras la muerte en territorio ecuatoriano del líder de las FARC, Raúl Reyes.

La cumbre del Grupo de Río la semana pasada en Santo Domingo apaciguó momentáneamente el clima de tensión existente entre los gobiernos de Uribe Vélez, Chávez y Rafael Correa, evitando una eventual activación de mecanismos bélicos. Aprovechando la crisis, el presidente estadounidense George W. Bush realizó una inédita referencia personal a Chávez, prácticamente incluyéndolo en un eje de apoyo a "movimientos terroristas" como las FARC.

Con un plano exterior signado por la complejidad, tomando en cuenta las fuertes presiones que recibe el gobierno de Chávez desde Washington, Bogotá o Europa y los polémicos apoyos del presidente venezolano, como es el caso de las FARC, la sociedad venezolana sigue mostrando un nivel de polarización, quizás menos acentuado con respecto a años anteriores, pero con capacidad de generar escenarios de mayores tensiones política.

El ascenso de la "boliburguesía" como factor de poder en la Venezuela de Chávez, amparada en los altos precios petroleros y condicionada por su elevado nivel de consumo de lujo, contrasta con la presión de muchos sectores populares para "afincar la revolución socialista" y de otros por mejorar las condiciones de vida, especialmente en materia de seguridad ciudadana, sanidad, servicios sociales y educación.

Pero el énfasis en lo político sigue determinando la evolución del gobierno de Chávez. La concreción del PSUV ya es una realidad, constituyendo probablemente el principal actor político venezolano para los próximos años. El horizonte a mediano plazo se sitúa en las elecciones legislativas de 2010 y en las presidenciales de 2012, a las cuales, constitucionalmente, Chávez está inhabilitado para postularse.

Esta realidad aumenta las especulaciones en torno a la posibilidad de que Chávez intente una nueva consulta popular antes de esa fecha, para permitir la "reelección indefinida", rechazada por los votantes en la fracasada reforma constitucional de diciembre pasado.