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China-Pacífico: del Sur al Centro

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En esta gira, Wen Jiabao, presidió el primer encuentro ministerial del Foro de Cooperación y Desarrollo Económico entre las islas del Pacífico y China, que se llevó a cabo en Nadi, islas Fidji, país visitado, además de Australia, Nueva Zelanda y Camboya. En el citado encuentro, participaron dirigentes de diez Estados de la región. Ante ellos, Wen Jiabao ha desplegado su oferta: préstamos a bajo interés, capacitación de funcionarios, exención de gravamen para las importaciones procedentes de sus países, etc. (Foto: Wen Jiabao en el “China-Pacific Island Countries Economic Development & Cooperation Forum” en Nadi, el 5 de abril de 2006).
 

La influencia de China en la región del Pacífico Sur ha experimentado un nuevo y singular avance. La reciente gira por la zona de su primer ministro, Wen Jiabao, iniciada el pasado 1 de abril, ha permitido calibrar cuanto de significación y cuanto de valor real hay en la reducción de la influencia anglosajona en esta parte del mundo y cuan visible es el incremento de la presencia china.

En efecto, en la víspera del viaje de Wen Jiabao, la Union Jack era arriada en Tonga, un “idílico” grupo de casi doscientas islas independientes y prototipo de paraíso para turistas. El Foreign Office ponía fin así a una presencia en Nuku`alofa, su capital, en la isla de Tongatapu, que se remonta a 1830 y a los viajes de James Cook, como señalaba recientemente el Daily Telegraph. En los últimos años, las autoridades británicas también han echado el cierre a las embajadas de Kiribati y de Vanuatu. Por lo que se refiere a Washington, ha clausurado la Agencia Americana de Información (USIA) y las oficinas regionales de la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID), reduciendo de forma significativa sus actividades humanitarias en la zona. Así pues, con este repliegue, parece que llegaron a su fin los tiempos en que EEUU, al igual que antes Europa, afirmaba, de modo incuestionable, el dominio estratégico de esta región.

El relevo no tiene duda. China dispone de nueve representaciones diplomáticas en el Pacífico Sur, más que ningún otro país, como recordaba el Asia Times. La tarjeta de presentación de Beijing es la economía, naturalmente. En esta gira, Wen Jiabao, presidió el primer encuentro ministerial del Foro de Cooperación y Desarrollo Económico entre las islas del Pacífico y China, que se llevó a cabo en Nadi, islas Fidji, país visitado, además de Australia, Nueva Zelanda y Camboya. En el citado encuentro, participaron dirigentes de diez Estados de la región. Ante ellos, Wen Jiabao ha desplegado su oferta: préstamos a bajo interés, capacitación de funcionarios, exención de gravamen para las importaciones procedentes de sus países, etc.

China tiene tres objetivos básicos en esta región. El primero, el acceso a las materias primas, en especial, la madera, el oro o el gas. En segundo, reducir la influencia de Australia, Nueva Zelanda y EEUU, países que han pugnado en los últimos años por ocupar el vacío dejado por la paulatina retirada británica. Y, por último, Taiwán, asunto clave. La rivalidad con Taipei adopta aquí la expresión del reconocimiento diplomático. Ocho de los catorce países miembros del Foro inaugurado por el primer ministro Wen Jiabao reconocen a China Popular y otros seis a Taiwán. La firmeza de esos reconocimientos resulta, en más de un caso, muy frágil y especialmente volátil, oscilando en función de las ventajas económicas ofrecidas por Taipei o Beijing. Inversiones en infraestructura, asistencia y la omnipresente corrupción, a menudo son los inevitables compañeros de viaje de esta rivalidad que tiene por escenario peculiar estas pequeñas y escasamente pobladas islas-nación.

En sus visitas a Nueva Zelanda, Australia y Camboya, Wen Jiabao, ha reafirmado también los vínculos de carácter económico y comercial con los dos primeros, con especial destaque para el acuerdo energético con Canberra y el impulso a las negociaciones de un TLC con Wellington, la primera capital en otorgar a China el status de economía de mercado. Además de la economía, la política ha estado presente en la visita a Phnom Penh, reafirmando las tradicionalmente buenas relaciones existentes entre los dos países.

En suma, esta gira puede marcar un punto de inflexión respecto a la influencia de China en la región y sentar las bases para afirmar su hegemonía, con posibilidad, a corto plazo, de ampliar su nivel de reconocimiento diplomático, en claro perjuicio de Taiwán.