China: resumen económico del primer semestre

Introducción

El desempeño económico, en el primer semestre de 2009, en China, no escapó  de las consecuencias adversas por las que navega la economía internacional. De manera directa no sufrió el impacto de la crisis, al no estar expuesto el sistema financiero del país a los activos tóxicos tragados por los bancos occidentales. Mientras, los ratios créditos/depósitos resultaron mucho más bajos. A lo que se sumó que los Bancos chinos han respondido, siguiendo una  política estatal, impulsando préstamos con tipos de interés y condiciones mucho más suaves, desde fines de 2008.

El comercio exterior recibió un duro golpe, pues, en lo fundamental, los sectores exportadores de productos con poco valor añadido, se vieron gravemente afectados originando el cierre de millares de productores nacionales, como de empresas foráneas que abandonaron el país.  En el primer trimestre, con respecto a 2008, las exportaciones descendieron en casi el 22% y las importaciones en un 25%.  En el mes de junio lo exportado cayó en un 21%; y las importaciones bajaron el 13%; aunque ambos índices resultaron un 26% y un 25% inferiores a lo alcanzado en mayo.  
 
Para hacer frente al impacto indirecto de la crisis, en noviembre de 2008, fue aprobado un paquete de medidas para los años 2009-2010, por valor de 586 mil millones de dólares dirigido al estímulo de varios sectores manufactureros, infraestructuras, protección del medio ambiente, etc., además de realizar grandes desembolsos en las áreas de  salud-educación, y en especial, incentivar el consumo interno. El despliegue del programa colocó a China a la cabeza del repunte para subvertir las secuelas de la crisis. Además de servir de acicate para coadyuvar al auge de la economía mundial. 

El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de China para el 2009 se fijó en el 8%. No obstante, organismos internacionales predijeron incrementos por debajo de ese guarismo. El Banco Mundial (BM) indicó cifras que variaron desde un 7,2%; 7,5% al 6,5% y que alcanzaría el 7,7% en 2010. El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) pronosticó un 7%; y la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCED) lo situó en el 7,7%, desde un  previo 6,3%. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en sus varios vaticinios anunció una perspectiva más positiva al elevar el estirón del PIB entre el 7,5%  y el 8,5%.

El Desarrollo de la Política Anticrisis

El comportamiento de la economía en el primer semestre evidencia que el fantasma de la crisis parece alejarse de China. La economía creció en un 7,9% en el segundo trimestre; y el aumento del PIB para la mitad del año fue del 7,1%, lo que sitúa a la nación en la senda para lograr, y superar, el objetivo previsto del 8% para el 2009, a pesar de la caída de las exportaciones en un 20%. El país debe crecer entre el 7%-8% para garantizar suficientes puestos de trabajo y mantener la estabilidad social. Se estima que entre 20-25 millones de personas quedaron sin empleo en las fábricas del sur y las zonas costeras, y se han visto obligadas a regresar a sus pueblos ante la caída de la actividad y el cierre de fábricas por la bajada de la demanda extranjera.

A su vez, la producción industrial, subió un 7% en el semestre; con índices parciales del 9,1% en el segundo trimestre, y un 10,7% en junio. La inversión en activos fijos, reflejo de la inversión gubernamental en infraestructuras, aumentó en casi un 34% (1,34 billones de dólares) entre enero-junio. Las ventas minoristas se incrementaron a cerca de un 15% en el semestre. De esta forma, el consumo contribuyó con 3,8 puntos al ascenso del PIB semestral y la inversión aportó un 6,2%, mientras que el declive del superávit comercial restó un 2,9%. Para el segundo semestre del año los cálculos de los analistas – Bank of America-Merrill Lynch, de Hong Kong – presagian un crecimiento del PIB cercano al 9% en el tercer trimestre y del 10% en el cuarto.

Las inversiones que registraron el mayor auge fueron la industria primaria (agricultura, pesca, selvicultura) que creció casi un 69%; en el sector industrial el incremento alcanzó el 29%; mientras en el sector terciario – comercio, finanzas, y servicios-, el aumento fue cercano al 37%. En obras de infraestructura – exceptuando el sector de la electricidad – aumentaron un 57%; en ferrocarriles subieron hasta el 127%; y las destinadas a carreteras lo hicieron en un 55% en los primeros seis meses, con respecto a 2008. La significativa ampliación de los gastos en activos fijos fue consecuencia directa del apoyo otorgado por el Gobierno Central, los Locales y el sector privado.

Por otro lado, como usuario neto de energía, China seguirá beneficiándose de los bajos precios del crudo, lo que tendrá favorable reflejo en la balanza por cuenta corriente del país; y contribuirá a fortalecer la flexibilidad fiscal y monetaria. Igualmente, el sistema bancario no ha sido afectado por la crisis crediticia; con 35-40% de tasa de ahorro nacional, – la más alta del mundo -, los bancos cuentan con abundante dinero en efectivo. Los ratios de  los préstamos sobre depósitos son bajos; y lo más importante, el Gobierno incrementa la fiscalización a los bancos para asegurar que los volúmenes de préstamo se dirijan a la economía real y no al sector inmobiliario o bursátil; evitando que se cree una burbuja financiera e inmobiliaria.

Mientras, en julio, el comercio exterior – el talón de Aquiles de la crisis en China-, mostró signos de recuperación con subidas del 5,2% y el 3,5% las exportaciones e importaciones con respecto al mes de junio. Las compras externas de crudos significaron un 42% superiores con respecto a 2008; También se registraron cifras récord en la materia prima de mineral de hierro que alimenta la producción siderúrgica en alza.

En tanto, junto con auge de las ventas minoristas, en particular, las de vehículos subieron un 64%, hasta el millón 100 mil unidades, impulsadas por las rebajas de impuestos e intereses laxos en las condiciones de créditos. El índice de precios al consumidor (IPC) bajó por sexto mes consecutivo en un 1,8% (en junio lo hizo en 1,7% y un 1,4% en mayo), alejando temores de que el plan de estímulo activado dispare la inflación. El fuerte gasto gubernamental, entre otros, en infraestructuras, permitió que las inversiones en activos fijos urbanos aumentaran en casi un 34% hasta julio respecto al año anterior.

La concesión de préstamos estatales-privados alcanzó la cifra de 727 mil millones de euros. Factor que parece resultará alentador en el incremento del PIB por encima del 8% en el segundo semestre del año. Asimismo, la demanda china ha mantenido, en buena parte, a flote los precios de las materias primas, aunque su impacto es modesto al ser China un exportador neto, mientras el consumo doméstico demanda de ajustes estructurales para influir directamente sobre el PIB; sin ignorar el papel que ejercen las economía industriales en el área exportadora de China.  

Por otra parte, la crisis económica internacional puso al descubierto, en China, que para que el crecimiento de la economía sea sostenible a largo plazo, es incuestionable reestructurar el modelo de desarrollo económico limitando su dependencia de las exportaciones, compensándolo con un mayor consumo interno. Cuestión esta última que exige, entre otros, dos elementos esenciales; que el sistema de seguridad social  incluya la protección universal en salud y educación; y que la reestructuración económica afecte a industrias prioritarias: automoción, siderurgia, naviera, petroquímica, aeronáutica, ligera, textil, metales no ferrosos, equipos, informática y logística.

Sin embargo, pasar a un “modelo” que dé prioridad al gasto interno, implica que los ahorros que la población retiene – estimados en dos billones 600 mil millones de dólares – para gastos en sanidad y enseñanza, queden, en su mayoría, liberados para el consumo. Indicador que en China  resulta algo más del 40% del ingreso en relación con el 60-70% en otros países. En los últimos años, el salario bruto de la nación fue aproximadamente del 12% del PIB, que contrasta con el 50-60% de los países desarrollados y el 40% a nivel mundial.
 
A la vez, la clave del aumento de la demanda interna pasa por lo que se ha dado en llamar la “creación de un nuevo agro”; proyecto lanzado en el 2006 que comprende implementar medidas integrales en el desarrollo económico-social de las zonas rurales, las que representan dos tercios de la población del país, unos 800 millones de personas. Esto precisa de medidas y recursos concretos para mejorar sus condiciones de vida.

Un primer paso consiste en una ambiciosa reforma del sistema sanitario que proporcionará servicios médicos seguros, efectivos, convenientes y asequibles al 100% de la población para 2020. En el 2009-2011 el programa  llegará al 30% de la población, con una inversión de 124 mil millones de dólares. El proyecto ofrecerá acceso universal al seguro de salud básico, introducción de un sistema esencial de medicamentos, mejores instalaciones de atención primaria y la reforma piloto de los hospitales estatales. Dará prioridad a las personas mayores, mujeres embarazadas, niños, minusválidos y quienes padezcan enfermedades crónicas.  

Por otro lado, si bien, una parte importante del paquete de estímulo va destinado a gastos sociales y de infraestructura en las zonas rurales, el Gobierno está destinando más de 3 mil millones de dólares para subsidiar en un 13% a los residentes en el campo para comprar televisiones, refrigeradores y otros efectos eléctricos. Los ingresos medios (2008) en el agro eran de unos 700 dólares, similares a los urbanos a mediados de 1990 cuando las ventas de aparatos electrónicos se elevaron en las ciudades. En el primer semestre del año las ventas superaron los 13 millones de electrodomésticos.

Además de la venta de efectos eléctricos en las zonas rurales fue lanzado un plan para renovar automóviles y electrodomésticos, mediante subsidios por algo más de mil millones de dólares, para reponer ciertos tipos de vehículos y cinco modelos de aparatos electrónicos en 9 ciudades económicamente desarrolladas del país. Se estimó que en el 2009 quedaran inservibles 2,7 millones de vehículos y 90 millones de aparatos electrodomésticos. De ser sustituidos por nuevos mediante la reposición dirigida significaría un sustancial aumento del consumo. Para ampliar los gastos de la población algunas ciudades de China emitieron cupones de compra. Esta medidas hicieron que en los primeros cinco meses las ventas al por menor subieran más de un 16%.  
 
Igualmente, para impulsar el consumo en las áreas agrícolas se desarrolla un programa tendente a establecer más cadenas de tiendas que faciliten los gastos rurales. Hay más de 200 programas para crear plataformas cooperadas  entre los productores agrícolas y supermercados para estabilizar los precios de los alimentos. Esta conexión, entre otros beneficios, mejorará la relación demanda-oferta y ayudará a equilibrar los ingresos en el campo. La cadena Wal-Mart aplica esta colaboración con resultados positivos no solo en la calidad, sino también en la reducción de los costes de circulación en un 20%. No obstante, sólo un 15-18% de los supermercados chinos funcionan con este modelo mientras que la proporción en la región de Asia-Pacífico es del 70%.  

Como complemento de los planes del Gobierno para elevar la demanda y condiciones de vida del campesinado, se está impulsando renovar tiendas y centros de distribución en las áreas rurales, y construir mercados pequeños y al por mayor de productos agrícolas. Esta vía creará entre 1,1 y 1,2 millones de puestos de trabajo en el campo chino, lo que facilitará reducir la presión por el desempleo, así como aumentar los ingresos de los residentes rurales.

El otro ámbito de la mejoría de los niveles de vida de los residentes en las áreas rurales comprende un vasto programa para la reconstrucción y erección de nuevas habitaciones en el campo. Entre los diversos proyectos en ejecución pueden destacarse, entre otros, la construcción de viviendas para personas de bajos ingresos (864 mil); la remodelación de 800 mil casas en mal estado en las áreas rurales. Más de 160 mil viviendas perdidas por derrumbes y otras calamidades han sido levantadas. La provincia de Shandong ejecuta un proyecto para renovar 800 mil hogares en mal estado, así como construir entre 750 mil y un millón de pisos al año en el campo en los tres años próximos.  Programa que generará un millón de empleos. 

Pero también otro sector que experimenta una gran atención es el relacionado con la Protección del Medio Ambiente. En este caso se han rechazado o aplazado la aprobación de proyectos con una inversión de 15 mil 200 millones de dólares, por no responder a las exigencias ambiéntales. Los sectores químico, petroquímica, acero, generación de energía con carbón y la  fabricación de papel, fueron los más afectados. Explícitamente, la prohibición  excluye industrias de alto consumo de energía y muy contaminantes, así como las que demandan altos gastos de recursos, y los que amenacen las fuentes de agua potable y dañen lugares naturales.

En la esfera del trabajo, especialmente, la que toca a los obreros procedentes del campo, fueron puestas en práctica medidas especiales en todo el país. Entre otras, reforzar los servicios pertinentes para que los obreros tengan acceso a la información sobre empleos; establecer programas de capacitación; implementar políticas que aligeren cargas de las empresas y promuevan  estabilizar la situación laboral; elaborar políticas de apoyo y alentar a los obreros a que regresen a sus pueblos y emprendan sus propios negocios, así como exigir se cumplan los derechos legítimos de los obreros.

Finalmente, según cálculos oficiales, en 2009 ingresarán al mercado laboral unos 6 millones 110 mil de nuevos profesionales, está en marcha un proyecto a varios niveles para asimilar parte importante de esos graduado. En todo el país serán contratados unos 50 mil profesionales para que ejerzan como docentes; el Gobierno otorgará préstamos académicos a los recién graduados que contrate la Armada, y los que estén en servicio y obtengan alguna distinción ingresaran en postgrado sin realizar examen de admisión. Hay subsidios y reducción de impuestos para las pequeñas y medianas empresas que contraten nuevos profesionales. Los gobiernos locales brindarán ayudas especiales a los recién egresados que laboren en las comunidades.

A Modo de Resumen

El comportamiento económico mostrado por China en el primer semestre del año, parece no dejar dudas que está en condiciones de alcanzar la metas propuestas para el 2009; la principal de todas, remontar la crisis que ha venido sacudiendo a la economía internacional. El país asiático tiene capacidad y margen para sostener el consumo interno en virtud de un déficit fiscal contenido y de la ausencia de tensiones significativas sobre los precios. La  eficacia de las medidas de estímulo tomadas para reorientarse hacia un  nuevo “modelo” de crecimiento basado en la reestructuración de: demanda interna, inversiones y exportaciones gana credibilidad.

Mientras, el país cuenta con otras ventajas como son mantener estable, sin dejarse forzar a la apreciación del valor del yuan, por más presiones que reciba de otros economías, dígase, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) o Japón. China, en junio, cuenta con las mayores reservas de divisas del mundo que totalizaron 2 billones 130 mil millones de dólares; lo que abre márgenes para alentar a sus empresas para invertir en el exterior, lo que, también contribuirán, a la venta de más productos en otros países. El PIB semestral alcanzó un valor estimado de 2 billones 330 mil millones de dólares; y los analistas predicen un superávit comercial no menor de los 220 mil millones de dólares.   

Por otra parte, la deuda del Gobierno solo alcanza cerca del 20% del PIB; indicador más que sólido si lo comparamos con el 190% de Japón, y casi el 100% de Estados Unidos; y el 60% como promedio de las economías de la UE. El gobierno chino planeó un déficit presupuestario de 139 mil millones de dólares para el 2009, lo que representa cerca de 2,8% del PIB, por debajo del límite internacionalmente aceptado del 3%.

En cuanto al comportamiento de la entrada de inversiones extranjeras directas (IDE), es de esperar que queden por debajo de las recibidas en 2008. Sin embargo, para amortiguar la caída, China anunció medidas que otorgan mayor  poder a las oficinas locales para aprobar proyectos con fondos foráneos. El establecimiento o cambio de compañías con fondos externos con capital registrado de 100 millones de dólares o menos, será aprobado por las autoridades comerciales provinciales donde esté registrada la empresa.

Sin embargo, el incremento de capital de más de 100 millones de dólares tiene que ser aprobado por el Ministerio de Comercio. Las autoridades locales de comercio, junto con los departamentos territoriales de impuestos y divisas, podrán revisar fusiones y adquisiciones, en las cuales el inversor extranjero compre una compañía nacional hasta los 100 ó 50 millones de dólares, en dependencia si se trata de las correspondientes a la categoría incentivada o limitada.

Las predicciones para el arribo de las IDE a China en el presente año oscilan entre los 70-80 mil millones de dólares. Mientras, los desembolsos de las empresas chinas en el exterior se sitúan alrededor de los 60 mil millones de dólares. Cifra que no incluye los créditos que el país está ofreciendo (Brasil, Venezuela, Kazajstán, Australia, etc.) a cambio del suministro estable de petróleo por periodos de 30 años.

Por otro lado, los síntomas que apuntan hacia el repunte de la recesión en otras economías asiáticas, como Japón, Hong Kong, India, Corea del Sur, Taiwán, Indonesia y Singapur; los augurios que, a pesar que la economía de Estados Unidos no está fuera de peligro, pero experimenta aumentos en el consumo privado, la producción industrial y el incremento de la productividad; la entrada de las economías de Alemania y Francia en números positivos, auguran un segundo semestre más alentador a nivel internacional que, indudablemente repercutirá en el sector exportador de China.

Hay razones suficientes para esperar que China se reafirme en el 2009 como el principal exportador mundial; los pronósticos que auguraban al país escalando a la segunda economía del orbe entre el 2012-2015, parece que se reducen hasta el 2010-2011, dejando atrás a Japón. China, parcialmente blindada por la intervención del Estado ha mostrado un gran potencial de resistencia; y sus capacidades para organizar un programa de recuperación, parece indicar que de la crisis económica internacional en marcha saldrá fortalecida.

El “modelo chino” brindó a las autoridades las herramientas para intervenir con rapidez con un paquete de rescate. A juzgar por lo acontecido en el primer semestre el plan de estabilización de $586 mil millones está cumpliendo sus objetivos.  Aunque no faltaron las críticas públicas sobre lo apresurado de su formulación. El superávit fiscal de China, sus crecientes reservas en moneda extranjera y sus altos índices de ahorro aseguraron los recursos financieros para mantener la inversión y un crecimiento lo suficientemente rápido

El nuevo paquete de estímulo se orientó principalmente a infraestructura, la renovación de equipos, la modernización de la industria, y al despliegue de un amplio programa para renovar en lo económico-social las áreas rurales.   
Además, la red de protección social del país no sólo incluye seguridad social y de salud-educación, sino también una ampliación de los subsidios para la  construcción, renovación y mejora de la vivienda, evitando el colapso del sector inmobiliario.

Como repercusión social la mayor inversión en las áreas rurales, contemplada en el plan de rescate del gobierno, contribuirá a aminorar la brecha entre las ricas ciudades y el campo pobre. De no menor importancia ha sido que las  Autoridades han utilizado sutilmente los medios de comunicación para mantener la confianza de los consumidores, al manejar las críticas públicas y ayudar así a sostener la confianza popular en el Partido, Gobierno y la solides económica.

Por último, la coincidencia de la crisis económica con los 30 años del inicio de la Reforma y Apertura, así como el arribo al LX Aniversario de la proclamación de la República Popular China, son un oportuno recordatorio para la gran mayoría del pueblo chino que cree firmemente en un país más abierto, libre, respetado en lo internacional y cada vez más integrado en la economía mundial.