China y Rusia sacan tajada de la crisis iraní

El embargo del petróleo penaliza sobretodo a los países asiáticos, el destino del 65% de la producción iraní. El principal cliente asiático de Irán es China (22%) seguido de Japón (14%), India (13%) y Corea del Sur (10%). Japón y Corea del Sur, aunque reticentes al principio, apoyan las sanciones internacionales. India se resiste pero también diversifica sus aprovisionamientos. Arabia Saudita, el peso pesado de la OPEP con 2,25 millones de barriles diarios de excedentes, se comprometió a incrementar rápidamente su producción para compensar las necesidades energéticas de los países consumidores.

China se mueve, como siempre, en función de sus intereses. No desea un Irán nuclear porque desataría una carrera armamentística en una zona vital para sus aprovisionamientos energéticos. Le asusta pensar en un posible bloqueo del estrecho de Ormuz. El secretario de Estado Timothy Geithner fue a Pekín el 11 de enero para entrevistarse con Wen Jiabao y recabó la cooperación china en el embargo a Irán. China respaldó las resoluciones del Consejo de Seguridad de las NNUU que pedían a Teherán frenar el enriquecimiento de uranio pero no apoya las sanciones internacionales impulsadas por EEUU y la UE. Se excusa, una vez más, en el sacrosanto principio de no inmiscuirse en los asuntos internos de los Estados. Pero Pekín tampoco puede jugarse su seguridad energética con el futuro del régimen de los ayatolás. En los últimos años, Pekín empezó a diversificar sus aprovisionamientos comprando en Arabia Saudita, Angola, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Venezuela. También ya tiene operativos los gaseoductos y oleoductos que, desde Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán, conducen el gas y el petróleo desde Asia central hacia las grandes capitales chinas. También cuenta con el flamante oleoducto siberiano ruso.

China aprovecha la crisis iraní para estrechar sus lazos económicos con las monarquías del Golfo. Wen Jiabao fue en enero a Arabia Saudita, los EAU y Qatar. La visita a Ryad era la primera de un primer ministro chino en 20 años. China ya es el primer cliente saudí y se firmaron nuevos contractos para ampliar las compras del petróleo arábigo. También un acuerdo de cooperación en el campo de la energía atómica para usos pacíficos. Es el cuarto de este tipo que Arabia Saudita tras los firmados con Francia, Argentina y Corea del Sur. Cabe recordar que Ryad decidió apostar en 2010 por la energía nuclear y proyecta destinar más de 100.000 millones $ para la construcción de 16 reactores nucleares antes de 2030. También los EAU acogían por primera vez un primer ministro chino, Se firmó acuerdos energéticos pero también un acuerdo “swap” por un valor de 35.000 millones de yuanes para impulsar la cooperación financiera. Cabe recordar que en Dubai viven 200.000 chinos. Y en Qatar, Wen Jiabao acordó más suministros de gas licuado. La gira de Wen Jiabao a tres países árabes, pero no a Irán, es una muestra del pragmatismo de la diplomacia energética china. Pekín se asegura una mayor cuota de suministros en el Golfo sin renuncia a seguir abasteciéndose en Irán y si cabe, aprovechará la coyuntura para comprárselos aún más barato.

Rusia también se opuso a las sanciones occidentales contra Irán e intentará sacar provecho de la crisis. Es el primer gran productor mundial de petróleo con diez millones de barriles diarios, siete de los cuales los vende a Europa y Asia. Cuando Teherán amenazó en febrero con cortar los suministros a seis países europeos, Moscú  se frotó las manos pensando en un consecuente incremento de sus ventas energéticas a la UE. También quiere vender más a Japón y Corea del Sur esté terminado este 2012 la construcción del oleoducto transiberiano que conducirá el petróleo ruso hasta a los puertos del extremo Oriente del Pacífico. Y si se cerrase o se restringiese el transporte marítimo por el estrecho de Ormuz, los precios energéticos se dispararían del todo y Rusia ingresaría aún más divisas.