Incertidumbres en Jordania

Viajar a Jordania es sumergirse en una tierra milenaria por donde han transitado civilizaciones y pueblos que han marcado la historia de la humanidad. También permite un mejor conocimiento de la compleja realidad actual. Hoy, la monarquía hachemí que gobierna el país desde su independencia en 1946 intenta mantenerse entre frágiles equilibrios políticos y económicos en una región duramente golpeada desde hace décadas por el irresoluble conflicto árabe-israelí. A este se sumaron los efectos del tsunami de “las primaveras árabes” que remueve el mundo musulmán desde el noreste de África al Golfo Pérsico.

Apartados xeográficos Oriente Medio
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Viajar a Jordania es sumergirse en una tierra milenaria por donde han transitado civilizaciones y pueblos que han marcado la historia de la humanidad. También permite un mejor conocimiento de la compleja realidad actual. Hoy, la monarquía hachemí que gobierna el país desde su independencia en 1946 intenta mantenerse entre frágiles equilibrios políticos y económicos en una región duramente golpeada desde hace décadas por el irresoluble conflicto árabe-israelí. A este se sumaron los efectos del tsunami de “las primaveras árabes” que remueve el mundo musulmán desde el noreste de África al Golfo Pérsico.

El rey Abdalá II afronta desde marzo 2011 los movimientos de protesta política y social. Se comprometió a evolucionar hacia una monarquía constitucional pero las reformas impulsadas hasta ahora son tibias. El problema de fondo: la compleja estructura demográfica del país. Las tres guerras árabes israelíes en 1948, 1966 y 1973 provocaron sucesivas oleadas de refugiados palestinos hacia el otro lado del Jordán. Y en 1991 500.000 palestinos y jordanos regresaron a Jordania tras estallar la primera guerra del Golfo.

La población de Jordania es unos 6,5 millones de habitantes de los que 3,5 son palestinos con la nacionalidad jordana. Y hay otro millón de refugiados palestinos sin ella. Los jordanos de origen palestino representan más del 60% de la población, la mayoría reside en Amman e Irbid. Y ante las trabas políticas que afrontan para acceder al sector público han logrado un gran potencial e influencia económica y empresarial que ha impulsado el crecimiento de la economía jordana. Pero la compleja realidad demográfica tiene un innegable potencial desestabilizador para la Monarquía.

En las últimas elecciones legislativas del 23 de enero de 2013, el partido opositor Frente de Acción Islámica, el brazo político de los Hermanos Musulmanes que cuestiona la dinastía hachemí, intentó sin éxito boicotear los comicios. La participación llegó al 56%. Pero los Hermanos Musulmanes jordanos son más moderados que sus homólogos de Egipto. Son conscientes que Jordania es la tierra que les acogió y la mayoría añoran y miran a Palestina. Son  críticos con el como Abdulá II lleva las riendas del país pero reivindican por medios pacíficos una más rápida y profunda reforma de un régimen con dificultades para mantener los frágiles equilibrios políticos y étnicos del país.

Los jordanos de origen beduino suman unos 3 millones y se sienten cada vez más minoritarios en su país. Además de los palestinos, el país recibió otras oleadas de refugiados que huían de los conflictos de Irak y Siria. Los iraquíes suman unos 400.000. Y la larga y cruenta guerra civil siria ya provocó la llegada de unos 700.000 sirios, el 80% viven fuera de los campos del Alto Comisionado de las NNUU para los Refugiados. Y hay otro millón de refugiados sirios en el Líbano y otro millón más en Turquía.

La situación económica es complicada. El 92% del territorio es desértico, sin petróleo ni gas, lo que le obliga a importar el 95% de los recursos energéticos que precisa. Si cuenta con fosfatos y uranio. Y es el 4ª país más pobre del mundo en recursos de agua. Amman se plantea construir un reactor nuclear para cubrir el 30% de las necesidades de electricidad del país. El Gobierno  anunció el 28 de octubre el Gobierno que el proyecto al cual aspiraban la francesa Areva asociada con la japonesa Mitsubishi, sería construida por las empresas rusas Rosatom Overseas y Atomstroyexport. Podría costar unos 10.000 millones de dólares. Una suma difícil de asumir para una economía dependiente de la ayuda financiera exterior, principalmente de EEUU, Arabia Saudita y otros países del Golfo.

Según el Banco Mundial, la economía creció un 3% en 2013 y podría hacerlo un 3,1% en 2014. La renta per cápita del país es unos 5.000$. A falta de un potente sector industrial, se desarrolló el sector servicios, destacando el financiero y el turístico. Jordania recibido una importante entrada de capitales aportados por los refugiados iraquíes y sirios llegados con los bolsillos repletos de dólares. Amman es una moderna capital con aceptables infraestructuras aunque insuficientes para el denso tráfico rodado. No para de crecer pero también lo hace el coste de la vida, sobre todo el de la vivienda. Las desigualdades sociales alimentan las protestas que alcanzaron su punto álgido en noviembre de 2012 cuando el Gobierno decidió recortar los subsidios a los precios del petróleo y  del gas. Jordania ocupa el 100º lugar entre 180 Estados en el último Índice de Desarrollo Humano del PNUD.

EEUU y Arabia Saudita también sostienen militarmente a Abdulá II para asegurar la estabilidad de un régimen aliado cuya caída tendría perniciosos efectos para sus intereses en toda la región. La suspensión de las negociaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina ocurrida tras anunciarse el 23 de abril la reconciliación entre Al Fatah y Hamás constituye otro fracaso para la diplomacia estadounidense. Y más incertidumbres políticas para Jordania.