ZICOSUR y China tienen intereses comunes, complementarios y contradictorios que dan contenido a esta nueva relación. Estos intereses están en estrecha vinculación con el modelo de crecimiento de los países latinoamericanos, pues de acuerdo al modelo a definir, variará el contenido del intercambio económico. Al respecto, existen dos tendencias: 1) la de los países u órganos subnacionales que desean desplegar relaciones con China en el marco del esquema Norte-Sur y adaptar sus economías al contexto de la nueva división internacional del trabajo; 2) la de aquellas unidades que apuestan a la des-primarización de la economía superando el esquema tradicional. En el primer caso, la cooperación será mayor al conflicto; en el segundo, la tensión superará a la complementación. Por eso, la cooperación o el conflicto entre la ZICOSUR y China emergerán de acuerdo al modelo de crecimiento que adopte el Estado al que pertenece la unidad subnacional, aunque coexistirán en el corto y mediano plazo, debido a la industrialización incipiente de los países latinoamericanos. En ambos casos, los recursos no renovables resultan esenciales para la modernización de la región y generan dilema al definir los intereses a corto y largo plazo. Sin omitir la viabilidad de cooperación en materia de recursos renovables, por lo menos, hasta tanto se consolide la tendencia a la des-primarización.
