De los Acuerdos de Oslo al apartheid
Cuando el 13 de septiembre de 1993 se firmó la Declaración de Principios entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina en Washington, más conocida por la denominación de los Acuerdos de Oslo, reinaba un generalizado clima de optimismo en las relaciones internacionales. Las grandes potencias occidentales (en particular, Estados Unidos) interpretaron en clave triunfalista los trascendentales cambios registrados entonces en la escena mundial: conversaciones y acuerdos de desarme entre Washington y Moscú, caída del muro de Berlín y desaparición de la Unión Soviética. En definitiva, el fin de la Guerra Fría concluía con cuatro décadas y media de tensión bipolar y la expansión del sistema capitalista con el refuerzo de su vertiente neoliberal.