Occidente: ¿El fin de su preeminencia “artificial”?

Lo primero que viene a la mente cuando se piensa en el futuro de la economía mundial es la contracción Chiindia. Ella evoca la fuerza combinada de dos países que hasta 1800 representaron casi el 50% del PIB global y que van rumbo a recuperar su antigua preeminencia. De acuerdo al reconocido intelectual Kishore Mahbubani: “El dominio increible que Occidente ha evidenciado en los últimos 200 años es un momento toalmente artificial en la historia. Durante 1.800 de los últimos 2.000 años, las dos mayores economías del mundo fueron consistentemente China e India. Para el año 2050, o antes, las cosas volveran a su estado natural: China será la economía número 1 del mundo, India la número 2 y Estados Unidos la número 3”. (The New Asian Hemisphere: The Irresistible Shift of Global Power to the East, New York, 2008).

Apartados xeográficos China e o mundo chinês
Idiomas Castelán

Lo primero que viene a la mente cuando se piensa en el futuro de la economía mundial es la contracción Chiindia. Ella evoca la fuerza combinada de dos países que hasta 1800 representaron casi el 50% del PIB global y que van rumbo a recuperar su antigua preeminencia. De acuerdo al reconocido intelectual Kishore Mahbubani: “El dominio increible que Occidente ha evidenciado en los últimos 200 años es un momento toalmente artificial en la historia. Durante 1.800 de los últimos 2.000 años, las dos mayores economías del mundo fueron consistentemente China e India. Para el año 2050, o antes, las cosas volveran a su estado natural: China será la economía número 1 del mundo, India la número 2 y Estados Unidos la número 3”. (The New Asian Hemisphere: The Irresistible Shift of Global Power to the East, New York, 2008).

Edward Luce mantiene una posición cercana a la anterior al afirmar: “Para 2050 la economía china será el doble de la estadounidense y mayor a la de todas las economías de Occidente combinadas…Para ese momento, la economía India será del mismo tamaño que la de Estados Unidos”. Dicho autor señala también algo similar en relación a las glorias del pasado de esas naciones: “Durante los siete siglos comprendidos entre 1100…y 1800 cuando la Revolución Industrial despegó, China representaba alrededor de un cuarto de la economía global y un porcentaje todavía mayor de la producción mundial. Para 1750 China e India producían las tres cuartas partes de las manufacturas del mundo”. (The Retreat of Western Liberalism, London, 2017).

Para 1750, en cambio, toda Europa junta producía el 23,2% de las manufacturas del mundo, mientras Gran Bretaña representaba apenas el 3% de la producción fabril global (Philip S. Golub, “Quand la Chine et L’Inde dominaent le monde”, Maniere de Voir, París, Janvier-March, 2006; Niall Ferguson, Empire: How Britain Made the Modern World, London, 2004). Sin embargo, para 1900 la situación se había invertido y eran China e India quienes habían caído estrepitosamente en términos de su porcentaje de producción manufacturera: apenas 7% del total mundial. Cincuenta años más tarde, el PIB combinado de China e India alcanzaba apenas a 8,8% del global (Niall Ferguson, ya citado; T.N. Srinivasan, Growth, Sustainability, and India’s Economic Reforms, Oxford, 2011).

La combinación de la Revolución Industrial que tuvo lugar en Occidente y que no llegó a Oriente, la depredación causada por el colonialismo y algunos importantes errores de cosecha propia, hicieron que China e India se viniesen abajo, mientras Occidente avanzó de manera vertiginosa. Sin embargo, si hubiésemos de creer lo dicho por Kishore Mahbubani, la correlación anterior constituye una anomalía histórica y la conjunción Chiindia va camino a recuperar su preeminencia de siempre, luego de un breve interludio de 200 años.

Según señala Richard Baldwin: “India y China dominaron hasta comienzos del siglo XIX, luego de lo cual se produjo una caída estrepitosa…A partir de la Nueva Globalización, alrededor de 1990, la caída se revirtió y se transformó en un rápido ascenso. Desde entonces, los dos gigantes asiáticos han venido subiendo a una velocidad mayor a la que cayeron. Aunque todavía están lejos de llegar a su 50% histórico del PIB global, van bien encaminados para alcanzarlo de nuevo” (The Great Convergence, Cambridge, Mass., 2016).

Para 2030 el PIB de China deberá representar el 23,1% del global e India el 10,4%. Para 2040 se estima que China debe haber llegado al 40% del PIB mundial e India al 12%. En otras palabras, para el 2040, Chiindia deberá representar el 52% del PIB global, es decir, habrá superado el 48.9% que tuvo en 1820. (Edward M. Kerschener and Naeema Huq, “Asian Affluence: The Emerging 21st Century Middle Class”, Morgan Stanley Smith Barney, New York, June 2011).

Lo cierto es que desde la caída del Muro de Berlín, punto de partida de la era de la globalzación, las clases medias de China e India han evidenciado un crecimiento en sus ingresos del 80%, mientras que las clases medias de Estados Unidos y Europa han tenido tan solo un crecimiento de 1%.  (Branko Milanovich, Global Inequalit, Cambridge, Mass., 2016). De acuerdo a un estudio de Euromonitor Internacional, la clase media de China llegará a 700 millones de personas en 2020, representando el 48% de la población total del país. De su lado, la Consultora McKinsey estima que, en 2025, la clase media de India llegará a 583 millones de personas, lo cual representaría 41 por ciento de la población del país. En otras palabras, la clase media combinada de ambos países representará un mercado combinado de 1.283 millones de personas. (People’s Daily Online, 20 July 2010; “The ‘Bird of Gold’: The Rise of India’s Consumer Market”, McKinsey Global Institute, May 2007).

El futuro, a no dudarlo, pertenece a Chiindia. Entre tanto, Occidente tendrá unos años más de preeminencia "totalmente artificial", a decir de Kishore Mahbubani.