Venezuela: ¿Está el chavismo en retroceso?

Dos años después de la muerte de Hugo Chávez (marzo de 2013) y de la asunción presidencial de su sucesor designado Nicolás Maduro, ¿qué perspectiva ofrece lo que se ha denominado como el post-chavismo? Preliminarmente, resulta indudable el predominio de la hegemonía política y electoral del chavismo, toda vez resulta igualmente perceptible que la polarización sociopolítica vigente en los últimos años se intensifica ante el ascenso de opciones radicales, la pervivencia de un estilo político autoritario que erosiona el piso institucional y la división de poderes, de la aparente ineficacia de los mecanismos de diálogo y, finalmente, de los efectos causados por la más aguda crisis económica de la Venezuela contemporánea. 

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Dos años después de la muerte de Hugo Chávez (marzo de 2013) y de la asunción presidencial de su sucesor designado Nicolás Maduro, ¿qué perspectiva ofrece lo que se ha denominado como el post-chavismo? Preliminarmente, resulta indudable el predominio de la hegemonía política y electoral del chavismo, toda vez resulta igualmente perceptible que la polarización sociopolítica vigente en los últimos años se intensifica ante el ascenso de opciones radicales, la pervivencia de un estilo político autoritario que erosiona el piso institucional y la división de poderes, de la aparente ineficacia de los mecanismos de diálogo y, finalmente, de los efectos causados por la más aguda crisis económica de la Venezuela contemporánea. 

Así, el post-chavismo en manos de Maduro parece haberse permutado en una especie de burocratismo institucionalizado, con preocupantes síntomas de inercia que incrementan sus dilemas internos. Los mismos planean sobre la dirección actual del proceso bolivariano iniciado por Chávez en 1999, con el presidente Maduro a la cabeza pero cuya operatividad identificaría una especie de troika colegiada en el poder, donde destaca la presencia de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), así como de una Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que a todas luces parece constituirse como la institución con mayor capacidad para garantizar la estabilidad del sistema (1).

Los péndulos del post-chavismo

En este sentido, la autonomía de la FANB, constitucionalmente amparada en el cometido de erigirse como un “instrumento de transformación social del gobierno de Chávez(2), acapara un poder político tan inédito como predominante, incluso superior al del gobernante PSUV y de nuevas estructuras dentro de la arquitectura social y política chavista, como son los Consejos Comunales(3) y la Milicia Nacional Bolivariana (MNB).

Dentro de este escenario se impone la figura de Diosdado Cabello, cuya capacidad de maniobra e influencia dentro del post-chavismo le erigen en una especie de “poder en la sombra” (4), con claras implicaciones para el liderazgo de Maduro. Cabello controla una auténtica estructura de poder de carácter clientelar a nivel político (PSUV), estatal, militar (ascensos en las FANB) y empresarial (la “boliburguesía”), la cual el propio Chávez llegó a calificar como la “derecha endógena”. La preponderancia del poder de Cabello ha creado fuertes fricciones y confrontaciones internas dentro del post-chavismo, principalmente por parte de las bases populares y los colectivos sociales (5).

Bajo esta perspectiva, los dilemas del chavismo post-Chávez y las expectativas sobre presuntas luchas intestinas entre diversos sectores de poder condicionan la dinámica y la evolución política venezolana. Aquí se dirimen la consistencia y popularidad de sus liderazgos (en especial de Maduro), la fortaleza del proceso revolucionario “bolivariano y socialista” y las tensiones y la polarización existentes en una sociedad cada vez más erosionada por problemas crónicos, entre los que destacan la alarmante inseguridad ciudadana, la excesiva dependencia económica del sector petrolero, los casos de corrupción, la escasez y el desabastecimiento de productos básicos, los agobiantes controles estatales en la economía y las denuncias sobre presunta regresión de las libertades y los derechos humanos (6).

Contexto electoral 2015: ¿crisis de la política?

Todo ello recrea un marco de progresivo descontento, polarización y  confrontación social, cuyos efectos no sólo calibran la consistencia política de Maduro y del post-chavismo sino también condicionan la aparición de nuevos liderazgos, así como de marcos de representación y de participación política, particularmente de cara a los próximos retos electorales.

En este apartado, el 2015 anuncia un nuevo reto electoral: las elecciones legislativas para renovar la Asamblea Nacional del Poder Popular, con fecha oficialmente aún por designar (7). Si bien en las anteriores elecciones celebradas en septiembre de 2010, el PSUV y el chavismo lograron mantener su hegemonía parlamentaria (48,13% de los votos, 98 diputados), la oposición agrupada en la Mesa por la Unidad Democrática (MUD) registró un notorio avance (47,2% de los votos, 65 diputados), un factor que reimpulsó sus expectativas de desbancar políticamente al chavismo.

Con todo y desde entonces, el chavismo ha seguido manteniendo su hegemonía política y electoral, con una oposición unificada pero incapaz de derrotarle electoralmente (8). Pero el momento álgido vino tras la ajustada elección presidencial de Maduro (abril de 2013). La plataforma opositora Mesa por la Unidad Democrática (MUD) no reconoció oficialmente la victoria presidencial de Maduro, aduciendo un presunto fraude electoral, lo que provocó episodios de violencia post-electoral. Una posición, la de la presunta ilegitimidad presidencial de Maduro, que fue secundada por Washington, intensificando aún más las tradicionalmente frías e irritantes relaciones diplomáticas con Caracas.

No obstante, el contexto actual se observa determinado por una polarización de mayor carácter corrosivo, traducida en efectos colaterales que ya comienzan a escapar de la tradicional confrontación política y electoral existente entre el chavismo y la oposición. Este escenario ofrece al mismo tiempo una perspectiva general de mayor incertidumbre, aunada a la sensación de ineficacia en la gestión pública y de la aparente inexistencia de liderazgos convincentes y alternativos.

El contexto actual post-Chávez define la más aguda crisis estructural de la sociedad venezolana, cuyas repercusiones se traducen en una marcada sensación ciudadana de desgaste, descontento e incluso apatía hacia el debate político, saturado por años de constante y sofocante polarización y confrontación, y cuyas secuelas ejercen un efecto preocupante sobre el futuro de la calidad política y democrática  venezolana.  

Este diagnóstico influye directamente en la legitimidad y consistencia de los liderazgos actualmente existentes en Venezuela. A pesar del apoyo oficial por parte de la FANB, del PSUV y del electorado chavista, Maduro intenta consolidar su liderazgo en un crítico marco de luchas intestinas y evidente caída de popularidad (9). Del mismo modo, se observar una aparente degradación en los márgenes sociales de identificación y afiliación con el chavismo (10).

A esta perspectiva no escapa una MUD cuyos pulsos intestinos igualmente dirimen una constante confrontación entre el sector “moderado” liderado por Capriles Radonski, y la presión de un sector más radical, denominado “La Salida” (11), con cada vez con mayor capacidad de movilización. Este clima sociopolítico se observa igualmente polarizado por la aparición de una nebulosa franja de descontento ciudadano que no se siente políticamente representado (12).

Cambios en el vecindario

Para Maduro y el post-chavismo, la arena internacional también está experimentando cambios aparentemente inesperados, en ocasiones drásticos, que han condicionado una estrategia exterior claramente reactiva, a diferencia de la intensa iniciativa diplomática impulsada por Chávez.

A la sensación de inercia y cierta parálisis que se observa en el eje de integración de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se le suma el desconcierto estratégico que para Caracas supone el acercamiento diplomático entre EEUU y Cuba, establecido desde mediados de diciembre de 2014, y en particular en los términos de viabilidad de la asociación geopolítica, energética y económica establecida entre Cuba y Venezuela desde el 2000 (13).

Del mismo modo, y a pesar de las recientes reelecciones de gobiernos de izquierda estrecha o parcialmente aliados de Caracas (Brasil, Bolivia, Uruguay), el actual ciclo electoral latinoamericano define la reaparición de fuerzas centristas y reaccionarias hacia el giro progresista de izquierdas experimentado en los últimos años, lo cual puede definir un cambio de ciclo político regional contario a los intereses del chavismo. Con todo, el avance de nuevas fuerzas progresistas en Europa (Syriza en Grecia, PODEMOS en España) pareciera tangencialmente ser aprovechado por Caracas como una eventual expresión de afinidad política y oxígeno exterior.

Por mor de la crisis económica, aderezada por la presión de los mercados exteriores sobre expectantes riesgos de default financiero venezolano para 2015, Maduro ha apelado y afianzado aún más la cooperación con un socio estratégico como China, con visos incluso de cierta dependencia financiera (14). En perspectiva, la complejidad de retos que se anuncian para el post-chavismo define un contexto de incertidumbres sobre el futuro político venezolano.

 

Bibliografía consultada:

a)      Documentos:

AMNISTÍA INTERNACIONAL, “Venezuela. Los Derechos Humanos en Riesgo en medio de protestas”, Abril de 2014. Ver en: http://www.derechos.org.ve/pw/wp-content/uploads/amr530092014es.pdf

HUMAN RIGHTS WATCH, “Tightening the Grip. Concentration and Abuse of Power in Chávez´s Venezuela”, Julio de 2012. Ver en: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/venezuela0712webwcover.pdf;

____.“Punished for Protesting. Right´s Violations in Venezuela´s Streets, Detention Centers and Justice System”, Mayo de 2014. Ver en: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/venezuela0514_ForUpload_0.pdf.

b)      Análisis:

INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR (España), “Maduro pierde las riendas”, Nº 919, 22 de diciembre de 2014, página 7.

JIMÉNEZ, Juan Eduardo Romero, “Venezuela: disenso político y conflicto en las elecciones 2000”, Reflexión Política, Bucaramanga (Colombia), V. 5, Nº 9, pp. 127-147, 2003.

MANSILLA BLANCO, Roberto, “El legado de Chávez: Estructuras de poder e institucionalidad en la Venezuela ‘post-chavista”, IGADI, 25 de marzo de 2014. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/el-legado-de-chavez-estructuras-de-poder-e-institucionalidad-en-la-venezuela-post-chavista.

____. “Venezuela 2015”, IGADI, 31 de diciembre de 2014. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/venezuela-2015.

____. “Los Consejos Comunales. Una aproximación a las estructuras de poder del ‘chavismo’ en Venezuela”, IGADI, 21 de agosto de 2014. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/los-consejos-comunales-una-aproximacion-a-las-estructuras-de-poder-del-chavismo-en-venezuela

SUZART de Pádua, Adriana y SUZELEY Kalil, Mathias, “Venezuela: Qual Democracia?”, Cadernos PROLAM/USP, Universidade de São Paulo (Brasil), Año IX, Vol. II, 2010, p. 85. Ver en: http://www.usp.br/prolam/downloads/2010_2_4.pdf

c)      Artículos de prensa:

AMERICAECONOMICA (España), “Diosdado Cabello, posible recambio del ‘chavismo’ para mantener el poder en Venezuela”, 19 de febrero de 2015: http://www.americaeconomica.com/venezuela/19754/diosdado-cabello-posible-recambio-chavismo.html

DIARIO DE LAS AMÉRICAS (EEUU), “La valoración de Maduro cae 25% puntos en un año”, 24 de diciembre de 2014. Ver en: http://www.diariolasamericas.com/4848_venezuela/2853375_la-valoracion-de-maduro-cae-25-puntos-en-un-ano.html

EL NUEVO HERALD (EEUU), “Colectivos venezolano ahora van por Diosdado Cabello”, 30 de octubre de 2014. Ver en: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article3453899.html

LA NACIÓN (Argentina) “Quién es Diosdado Cabello, el verdadero hombre fuerte del chavismo”, 20 de febrero de 2014: http://www.lanacion.com.ar/1665758-quien-es-diosdado-cabello-el-verdadero-hombre-fuerte-del-chavismo.

LA VOZ DE GALICIA (España), “Cabello. El cacique arrinconado que se quedó sin suceder a Chávez”, 27 de enero de 2015: http://www.abc.es/internacional/20150127/abci-diosdado-cabello-venezuela-narcotrafico-201501262146.html.

 

 



(1) Una radiografía sobre el poder del estamento militar en la Venezuela chavista puede consultarse en el artículo de MANSILLA BLANCO, Roberto, “El legado de Chávez: Estructuras de poder e institucionalidad en la Venezuela ‘post-chavista”, IGADI, 25 de marzo de 2014. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/el-legado-de-chavez-estructuras-de-poder-e-institucionalidad-en-la-venezuela-post-chavista. Sobre la preponderancia de la FANB ante la actual crisis venezolana, consultar: MANSILLA BLANCO, Roberto, “Venezuela 2015”, IGADI, 31 de diciembre de 2014. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/venezuela-2015.

(2) JIMÉNEZ, Juan Eduardo Romero, “Venezuela: disenso político y conflicto en las elecciones 2000”, Reflexión Política, Bucaramanga (Colombia), V. 5, Nº 9, pp. 127-147, 2003. Consultado en SUZART de Pádua, Adriana y SUZELEY Kalil, Mathias,  “Venezuela: Qual Democracia?”, Cadernos PROLAM/USP, Universidade de São Paulo (Brasil), Año IX, Vol. II, 2010, p. 85. Ver en: http://www.usp.br/prolam/downloads/2010_2_4.pdf

(3) Impulsados por el presidente Chávez desde 2005, los denominados Consejos Comunales pretenden erigirse como las estructuras más avanzadas del poder popular que, paulatinamente, modificarían la arquitectura del poder local y nacional. Los mismos suponen un punto estratégico del programa de gobierno 2013-2019 inicialmente impulsado por Chávez durante la campaña electoral presidencial de 2012, cuya continuidad por parte de Maduro se focaliza en la construcción de un Estado Comunal y Socialista para el 2019. Para una aproximación sobre el tema, consultar el artículo de MANSILLA BLANCO, Roberto, “Los Consejos Comunales. Una aproximación a las estructuras de poder del ‘chavismo’ en Venezuela”, IGADI, 21 de agosto de 2014. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/los-consejos-comunales-una-aproximacion-a-las-estructuras-de-poder-del-chavismo-en-venezuela

(4) En los últimos meses, y particularmente al calor de las crisis políticas en Venezuela, de las eventuales luchas intestinas dentro del post-chavismo y, particularmente, tras la deserción a EEUU (enero de 2015) de Leasmy Salazar, ex escolta de Chávez y de Diosdado Cabello, así como de sus posteriores denuncias ante las autoridades estadounidenses y la DEA sobre la presunta corrupción existente en el gobierno de Maduro y la existencia de un cartel de narcotráfico (“El Cartel de los Soles”) aparentemente dirigido por el propio Diosdado Cabello, han surgido diversos reportajes sobre la figura y el poder que ostenta el actual presidente de la Asamblea Nacional, siendo identificado como el “hombre fuerte” y el “poder en la sombra”, quien presuntamente disputaría el liderazgo de Maduro dentro de la nueva estructura de poder en la Venezuela post-chavista. Entre estos artículos destacan: “Quién es Diosdado Cabello, el verdadero hombre fuerte del chavismo”, La Nación (Argentina), 20 de febrero de 2014: http://www.lanacion.com.ar/1665758-quien-es-diosdado-cabello-el-verdadero-hombre-fuerte-del-chavismo. “Cabello. El cacique arrinconado que se quedó sin suceder a Chávez”, La Voz de Galicia (España), 27 de enero de 2015: http://www.abc.es/internacional/20150127/abci-diosdado-cabello-venezuela-narcotrafico-201501262146.html. “Diosdado Cabello, posible recambio del ‘chavismo’ para mantener el poder en Venezuela”, americaeconómica (España), 19 de febrero de 2015: http://www.americaeconomica.com/venezuela/19754/diosdado-cabello-posible-recambio-chavismo.html

(5) En este sentido, un aspecto significativo de lo que han sido las eventuales luchas intestinas dentro del PSUV y las bases sociales del chavismo tuvo que ver con la destitución, en octubre de 2014, del entonces ministro de Interior, el ex general Miguel Rodríguez Torres, considerado un aliado de Diosdado. La medida provocó una fuerte movilización por parte de los colectivos sociales, algunos de ellos identificados por los sectores opositores como una especie de “brazo paramilitar del chavismo”, exigiendo al presidente Maduro la destitución de Cabello so pena de perder su apoyo político y electoral. Para mayor información, consultar: “Colectivos venezolano ahora van por Diosdado Cabello”, El Nuevo Herald (EEUU), 30 de octubre de 2014. Ver en: http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article3453899.html

(6) Sobre las denuncias de presunto abuso de poder, censura de la libertad de prensa, intimidación, represión de las libertades y existencia de presos políticos durante el gobierno de Chávez, así como sobre la polarización post-electoral en Venezuela (abril de 2013) y particularmente sobre los efectos perniciosos que en materia de derechos humanos y denuncias de presuntas torturas acaecidas durante la violencia política entre febrero y julio de 2014 (que oficialmente dejaron 43 muertos y centenares de detenciones), consultar los reportes de Human Rights Watch: “Tightening the Grip. Concentration and Abuse of Power in Chávez´s Venezuela”, Julio de 2012. Ver en: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/venezuela0712webwcover.pdf; y “Punished for Protesting. Right´s Violations in Venezuela´s Streets, Detention Centers and Justice System”, Mayo de 2014. Ver en: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/venezuela0514_ForUpload_0.pdf. Consultar igualmente el informe de Amnistía Internacional: “Venezuela. Los Derechos Humanos en Riesgo en medio de protestas”, Abril de 2014. Ver en: http://www.derechos.org.ve/pw/wp-content/uploads/amr530092014es.pdf

(7) Oficialmente, las elecciones deberían convocarse entre septiembre y diciembre de 2015. Sin embargo, se especula con su posible adelanto.

(8) Las elecciones presidenciales de octubre de 2012 le dieron una cuarta y última victoria consecutiva a Chávez (55,07%) sobre el candidato opositor y actual líder de la plataforma Mesa por la Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles Radonski (44,3%). Posteriormente, los comicios regionales de diciembre de 2012 confirmaron la hegemonía del PSUV en cuanto al poder local y estadal, alcanzando 20 gobernaciones por sólo tres de la oposición. Finalmente, las elecciones presidenciales de abril de 2013, constitucionalmente convocadas tras la muerte de Chávez, le dieron a Maduro y al PSUV una nueva pero muy ajustada victoria (50,6%) sobre Capriles Radonski y la MUD (49,1%). En todos estos procesos, la participación electoral ha sido constante y fluida, oscilando entre el 54% y el 80%.

(9) Según datos de la encuestadora venezolana Datanálisis. Consultar. “La valoración de Maduro cae 25% puntos en un año”, Diario de Las Américas (EEUU), 24 de diciembre de 2014. Ver en: http://www.diariolasamericas.com/4848_venezuela/2853375_la-valoracion-de-maduro-cae-25-puntos-en-un-ano.html

(10) Diversas encuestadoras venezolanas estiman que la autodefinición como “chavista” ha caído del 44% en 2012 a menos del 25% a finales de 2014. Consultar: “Maduro pierde las riendas”, Informe Semanal de Política Exterior (España), Nº 919, 22 de diciembre de 2014, página 7.

(11) Entre los que destacan el ex alcalde Leopoldo López, miembro del partido Voluntad Popular, en prisión desde febrero de 2014 acusado de presuntamente participar en los actos de violencia política. López fue posteriormente acusado por la justicia venezolana de presunta “instigación pública y asociación para delinquir” y de “daños a la propiedad e incendio”. Desde entonces, y principalmente desde finales de 2014, se ha activado una intensa campaña internacional a favor de su liberación, principalmente en Europa y EEUU, en la que destacan la participación de la ex diputada María Corina Machado y del alcalde metropolitano Antonio Ledezma, este último detenido a mediados de febrero de 2015 por órdenes de la Fiscalía venezolana bajo presunta participación en actividades golpistas.

(12) Según estimaciones de Datanálisis, esta franja social sin representación política ni electoral rondaría el 40% de los encuestados, cuya afiliación o simpatía política no se define ni como “chavista” ni como opositor, y que se encuentra electoralmente huérfana de liderazgos políticos visibles y alternativos.

(13) “Maduro pierde las riendas”, op.cit. 

(14) Tal y como se observó durante con la visita a Caracas del presidente chino Xi Jinping (julio de 2014) y, especialmente, con la reciente visita de Maduro a Beijing (enero de 2015).