Esta serie de artigos pretende explorar diferentes contextos nos que a axuda humanitaria xoga un papel interesante/importante nas fronteiras.
Fonte; fotografía da Axencia EFE

Cruzar las fronteras y ayuda humanitaria: 3- La frontera franco-española

Desde hace tres años asistimos a una intensificación del paso de migrantes por la frontera terrestre franco-española. MSF (Médicos Sin Fronteras) atestigua que, efectivamente, “La frontera entre Francia y España se ha convertido en uno de los principales puntos de cruce para los migrantes que tratan de llegar a Francia o continuar su trayecto hacia otros países”. El paso de los migrantes por la frontera franco-española se concentra sobre todo en dos puntos de pasaje, uno al Este, entre Cataluña y los Pyrénées-Orientales, y el segundo, particularmente importante, entre Euskadi y el país vasco francés.
Idiomas Castelán

Desde hace tres años asistimos a una intensificación del paso de migrantes por la frontera terrestre franco-española. MSF (Médicos Sin Fronteras) atestigua que, efectivamente, “La frontera entre Francia y España se ha convertido en uno de los principales puntos de cruce para los migrantes que tratan de llegar a Francia o continuar su trayecto hacia otros países”1. El paso de los migrantes por la frontera franco-española se concentra sobre todo en dos puntos de pasaje, uno al Este, entre Cataluña y los Pyrénées-Orientales, y el segundo, particularmente importante, entre Euskadi y el país vasco francés.

También hay que destacar que, en este caso de cruce de fronteras, España suele ser un país de tránsito y no solo de inmigración. Sabemos, por ejemplo, que muchos inmigrantes viajaron por Canarias2 (ruta canaria) o cruzaron España desde el Sur antes de llegar a la frontera de los Pirineos. En esta comunidad autónoma, la mayoría de los interceptados en la frontera son inmigrantes que llegaron por mar a España, de orígenes subsahariano y magrebí (marroquí, argelino y maliense3).

Así que voy a explicar en primer plano el contexto y las políticas migratorias aplicadas a las fronteras del País Vasco franco-español para, a continuación, presentar el caso de la ciudad de Irún y de su red de acogida.

Como respuesta a la llegada migratoria por sus fronteras terrestres, el gobierno francés sigue el refuerzo general de los controles fronterizos. La policía francesa pone muchos esfuerzos para bloquear el acceso a Francia a los inmigrantes ilegales. Estas medidas se adoptan por la retórica clásica del Estado sobre las amenazas terroristas o, más recientemente, por COVID. Esta lucha contra la ilegalidad como los inmigrantes sin papeles (visa, pasaporte) hace que las personas corran riesgos, ya que intentan pasar por todos los medios. Esto se debe también a que la policía francesa tiene un acuerdo bilateral con España (2002) que permite devolver a los inmigrantes al otro lado de la frontera en un plazo de cuatro horas tras el cruce4.

Así, los actores locales denuncian el “ping-pong”5 de la policía francesa y española que no proponen ninguna solución durable a la gestión de los flujos. Además, estas prácticas de expulsión inmediata y de denegación de entrada por las fronteras terrestres también son legalmente cuestionables. Esto es lo que explican unas asociaciones (“Amnesty, La Cimade, MDM, MSF, Secours Catholique-Caritas France, Anafé-Tous Migrants”) en un informe de investigación entregado a la Asamblea Nacional francesa en noviembre de 20216. Esta política migratoria no permite a las personas la posibilidad de solicitar asilo en Francia y los menores son devueltos regularmente a España sin estar protegidos por las autoridades francesas tal y como establece la ley. Aunque los gendarmes pongan muchos efectivos en sus controles, como vigilar a los diferentes medios de transporte (estación, autobús, coche, tren), los migrantes hacen varios intentos de cruzar la frontera. Por desgracia, los accidentes ocurren con regularidad y se registran víctimas mortales. Por ejemplos, en agosto de 2021, un hombre se ahogó en el río Bidasoa cuando intentaba cruzar la frontera entre Irún y Hendaya7, o en octubre de 2021 cuatro inmigrantes fueron atropellados por un tren regional, y tres de ellos murieron. Estas tragedias pusieron de manifiesto los riesgos que corren los inmigrantes para evitar al “endurecimiento de los controles policiales en la región”8. En respuesta, las redes ciudadanas actúan y se movilizan para garantizar protección y seguridad a los inmigrantes.

Desde el caso de la ciudad de Irún se ilustran muy claras las dificultades que encuentran a los inmigrantes. En 2018, los habitantes y las asociaciones informaron de la llegada de unas cuarenta personas al día a la ciudad por causa del reflujo. Así que, según cifras de asociación Irungo Harrera Sarea, desde 2018-2019, alrededor de 30.000 inmigrantes han llegado a Francia desde la ciudad española de Irún. Para ayudarlos, los servicios municipales y las asociaciones de la sociedad civil se reúnen en una red de acogida, especialmente en la ciudad de Irún, que se enfrenta a un aumento del número de inmigrantes sin hogar y denuncian que el Estado español no actúa. Vemos que la Cruz Roja está muy preocupada porque, a pesar de la apertura de un refugio, no hay suficiente capacidad y no hay bastante lugares de acogida para ayudarlos. El gobierno no ha previsto todos los flujos y la devolución de los migrantes a España por parte de las fuerzas francesas y no da recursos a los municipios para la gestión de la crisis. Además, el alojamiento está destinado a ser temporal y los recursos también, pero los migrantes tienen que quedarse más tiempo antes de volver a intentar cruzar la frontera. Así que las asociaciones y el municipio se organizan para hacer lo mejor posible9. En Irún, la Cruz Roja ha también iniciado un ‘centro temporal de atención humanitaria a personas migrantes’ apoyado por el ayuntamiento. Este servicio permite, además de una acogida, ayudar a los inmigrantes en sus trámites administrativos y legales, talleres, y también en materia de salud (higiene personal, alimentación, médicos…) para devolver a estas personas su dignidad10.

De este modo, podemos concluir que, a pesar de los esfuerzos policiales y de las políticas nacionales resistentes, los inmigrantes están decididos y son ayudados por ciudadanos y autoridades locales. La Cruz Roja sigue siendo el principal punto de contacto. Pero también vemos otras asociaciones que trabajan para ayudar a los migrantes en la frontera y muchas iniciativas ciudadanas. El caso de Irún es el más llamativo por el número de migrantes en tránsito y, en consecuencia, por la necesidad de ayuda de emergencia. Sin embargo, otras ciudades fronterizas españolas y francesas también se enfrentan a estos dilemas de gestión de recepción y ayuda debido a la falta de recursos y apoyo político.