Estados de facto en el Cáucaso Meridional. El caso de Nagorno Karabaj (1994-2014)

En 2014 se cumplen simultáneamente 25 años de la declaración formal de independencia de la República de Nagorno Karabaj (RNK) así como dos décadas del cese al fuego de la prolongada confrontación armada, iniciada en 1988, entre las entonces Repúblicas Socialistas Soviéticas de Armenia y Azerbaiyán, y que continuó una vez estas repúblicas se concretaron como Estados independientes tras la disolución de la URSS en 1991. Desde entonces, la RNK es un territorio independiente de facto,  enclavado como una cuña territorial dentro de la actual República de Azerbaiyán, sin reconocimiento oficial internacional por parte de ningún Estado, aunque sostenido económica, política y militarmente a través de la cooperación fluida que realizan la República de Armenia y su activa diáspora. No obstante, desde 2011, existen expectativas de que ese estatus de facto de la RNK se modifique sensiblemente, ante las perspectivas de eventual reconocimiento oficial por parte de la República Oriental de Uruguay, primer país que reconoció universalmente el genocidio armenio (1965) y el cual alberga una influyente diáspora armenia. En todo caso, y a pesar del persistente conflicto, de las negociaciones infructuosas y de los intereses geopolíticos, el mantenimiento del actual status quo parece ser la única salida visible, a corto y mediano plazo, para el contencioso de Nagorno Karabaj.

En 2014 se cumplen simultáneamente 25 años de la declaración formal de independencia de la República de Nagorno Karabaj (RNK) así como dos décadas del cese al fuego de la prolongada confrontación armada, iniciada en 1988, entre las entonces Repúblicas Socialistas Soviéticas de Armenia y Azerbaiyán, y que continuó una vez estas repúblicas se concretaron como Estados independientes tras la disolución de la URSS en 1991. Desde entonces, la RNK es un territorio independiente de facto,  enclavado como una cuña territorial dentro de la actual República de Azerbaiyán, sin reconocimiento oficial internacional por parte de ningún Estado, aunque sostenido económica, política y militarmente a través de la cooperación fluida que realizan la República de Armenia y su activa diáspora. No obstante, desde 2011, existen expectativas de que ese estatus de facto de la RNK se modifique sensiblemente, ante las perspectivas de eventual reconocimiento oficial por parte de la República Oriental de Uruguay, primer país que reconoció universalmente el genocidio armenio (1965) y el cual alberga una influyente diáspora armenia. En todo caso, y a pesar del persistente conflicto, de las negociaciones infructuosas y de los intereses geopolíticos, el mantenimiento del actual status quo parece ser la única salida visible, a corto y mediano plazo, para el contencioso de Nagorno Karabaj.

¿Qué es un Estado de facto? La realidad y problemática que para la política internacional existe con respecto a este fenómeno supone afrontar aspectos concernientes a la soberanía estatal, las reclamaciones territoriales, su potencialidad conflictiva para la seguridad regional e internacional y los intereses geopolíticos de diversos países y de las grandes potencias, entre otros tantos aspectos.

En 2011 y 2013, el Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI) realizó sendas publicaciones sobre el “Informe Mundial de Estados de Facto(1), un documento inédito cuya intención era aproximarse a la realidad de esta problemática visiblemente marginal, atípica y escasamente abordada en los grandes mass media globales, condición únicamente alterada cuando estos problemas activan conflictos de relevante envergadura para la política y la seguridad internacional.

En este sentido, se puede abordar, desde una perspectiva conceptual, que los Estados de facto (EDF) implica considerar la vitalidad de entidades políticas que, habiendo proclamado su independencia, reconocida o no por algún otro Estado miembro del sistema de Naciones Unidas, precisamente no forme parte de ese sistema, a pesar de conservar los elementos necesarios para ser reconocidos internacionalmente como Estados de derecho: independencia declarada, legitimidad gubernamental sobre una determinada población y territorio; institucionalidad y prestación de servicios públicos; servicios de seguridad y fuerzas armadas, entre otros(2).

Del mismo modo, los EDF implican un caudal de conflictividad con notable incidencia geopolítica internacional, en particular en lo relativo al reconocimiento de su soberanía estatal así como del pulso de intereses entre diversos actores(3).

Bajo esta perspectiva, el IMEF 2011 identificó diez casos de EDF, cada uno con sus respectivas particularidades y singularidades, contextualizadas en un objetivo común: el reconocimiento internacional. Se identifican así como EDF a Abjasia, Kosovo, Nagorno Karabaj, Osetia del Sur, Palestina, Puntlandia, República Moldava Pridnestroviana de Transnistria, República Turca del Norte de Chipre, Somalilandia y Taiwán. El informe de 2013 incluyó un caso más: Sáhara Occidental(4).

En perspectiva demográfica global, la problemática de los EDF abarcaría aproximadamente a 40 millones de personas en tres continentes: Europa (con seis casos); África (tres casos); y Asia (Taiwán), de la que tangencialmente se involucra a Oriente Medio (Palestina)(5).

Radiografía de la RNK

La República de Nagorno Karabáj, igualmente denominada Alto Karabáj (en azerí: Dağlıq Qarabağ; en armenio: Լեռնային Ղարաբաղ Lernain Garabaj; en ruso: Нагорный Карабах)(6), es un territorio de aproximadamente 11.458 km2, localizado en la región de Transcaucasia, en el Cáucaso Sur. Con aproximadamente 150.000 habitantes, mayoritariamente de origen armenio, y capital en Stepanakert, la RNK supone un enclave dentro del territorio de la actual República de Azerbaiyán.

El conflicto por la soberanía de la RNK tiene sus raíces en el paulatino proceso de disolución de la ex URSS. El 30 de agosto de 1991 se produjo la independencia de la República de Azerbaiyán del dominio soviético, dando paso posteriormente a que el 2 de septiembre de ese año le siguiera el Alto Karabáj, acogiéndose a la legislación soviética que permitía la autodeterminación de los pueblos.

El 10 de diciembre de 1991 se celebró un referendo independentista por parte de la población armenia del Alto Karabáj, aprobado por el 99,3% de su población, el cual fue boicoteado por las autoridades de la aún vigente República Socialista Soviética de Azerbaiyán. Moscú intentó sin éxito considerarla como una “región autónoma”, siendo rechazada por Armenia, Azerbaiyán y los representantes de Nagorno Karabáj. Posteriormente, el 6 de enero de 1992, fue declarada en Stepanakert la República de Nagorno Karabáj (RNK)(7).

Pero esta declaración no hizo sino confirmar el caudal conflictivo entre Armenia y Azerbaiyán por la soberanía de la RNK. Entre 1987 y 1993 se llevó a cabo un conflicto armado entre milicias de las entonces Repúblicas Socialistas Soviéticas de Armenia y Azerbaiyán, así como del Alto Karabáj, con saldo aproximado de 25.000 muertes. Unos 800.000 azeríes debieron dejar el Karabaj y cerca de un millón huyeron de sus hogares. Unos 300.000 armenios que vivían en el norte del Karabaj debieron huir a Armenia.

El cese al fuego de 1994 no solucionó la cuestión, quedando Nagorno Karabáj sólo con el apoyo de la República de Armenia, sin reconocimiento oficial de su independencia de facto por parte de Azerbaiyán pero curiosamente tampoco de Armenia, su “Estado protector”(8). En este sentido, la comunidad internacional parece haber sido más condescendiente con las demandas azeríes, cuyo gobierno considera a Nagorno Karabaj como parte de sus territorios históricos, así como su cuna cultural, ya que una gran parte de las principales figuras artísticas y culturales azeríes provienen de esta región. Desde la perspectiva diplomática, los sucesivos intentos para solucionar pacíficamente el conflicto han sido infructuosos.

Desde entonces, Nagorno Karabáj no tiene reconocimiento oficial por parte de ningún Estado, ni siquiera por de su Estado “protector”, Armenia, a pesar de que éste le provee de apoyo político, financiero y militar. Curiosamente, su único reconocimiento estatal proviene de otras entidades independientes de facto como la República Pridnestroviana de Transnistria, Abjasia y Osetia del Sur. Con todo, la RNK es una república parlamentaria, con una Asamblea Nacional unicameral conformada por 33 miembros correspondientes a sus respectivos distritos, con un mandato de cinco años. Desde 2007, su presidente es Bako Sahakyan(9).

No obstante, los esfuerzos por alcanzar el reconocimiento de la RNK a nivel internacional no cesaron. De acuerdo a diversas fuentes armenias, desde septiembre de 2011, la República Oriental de Uruguay mostró su intención de iniciar los trámites necesarios para el reconocimiento formal de la República de Nagorno Karabáj(10). El presidente de la Cámara de Representantes de Uruguay, Jorge Orrico, visitó la República de Nagorno Karabaj y se reunió con su presidente, Bako Sahakyan, en lo que fue la primera visita de un alto funcionario de un país fuera del Grupo de Minsk impulsado por la OSCE(11) para la resolución del conflicto en la RNK(12).

Paralelamente, el Consejo Legislativo del Parlamento del estado de Nueva Gales del Sur (Australia) reconoció oficialmente el 25 de octubre de 2012 a la República de Nagorno Karabáj así como el derecho de libre determinación del pueblo armenio, tras meses de negociaciones impulsados por el Consejo Nacional Armenio de Australia. El 15 de enero de 2013, el presidente armenio Serge Sarkissian pidió ante la comunidad internacional el reconocimiento formal de Nagorno Karabaj, incluso advirtiendo de la posibilidad de una renovación de las hostilidades con Azerbaiyán e, incluso, con Turquía. Posteriormente, el 19 de marzo de 2013, una comisión parlamentaria francesa creó un Grupo de Amistad entre Francia y el Karabaj, reconociendo públicamente el “derecho a la libre determinación del pueblo de Nagorno Karabáj”(13).

Con ello, la RNK transita en estas dos décadas tras el final de las hostilidades como un Estado prácticamente en stricto sensu(14). En este territorio se hablan el armenio, el azerí y el ruso, principalmente, así como su configuración étnica demuestra la preponderancia de la comunidad armenia (95%), por encima de otras minorías como azerís, rusos, kurdos, asirios o griegos. En el aspecto religioso, existe la preponderancia de la Iglesia Cristiana Apostólica Armenia por encima de otros credos ortodoxos, además de los musulmanes sunitas, evangélicos y judíos(15).

La estructura económica de la RNK es básicamente agrícola, en la que igualmente sobresale la existencia de recursos minerales (cobre, zinc, bauxita, etc) con cierta capacidad industrial. El ingreso per cápita mensual es ínfimo, valorado en US$ 50, con una casi total dependencia de la ayuda económica y financiera de la República de Armenia y de la diáspora armenia. A pesar de que no existen estadísticas oficiales sobre la eventual existencia de inversiones extranjeras en la RNK, algunas fuentes armenias aseguran que sí existen compañías extranjeras con inversiones en este territorio, normalmente provenientes de empresas creadas por la diáspora armenia, en particular la Karabakh Telecom, Co. (Líbano); la Sirkap Armenia, Co y la Haik Watch and Jewerly, Co. (Suiza)(16).

¿El status quo como solución?

La naturaleza del conflicto de Nagorno Karabaj, determinado por la búsqueda del reconocimiento internacional de su soberanía estatal, se focaliza dentro de los parámetros de los conflictos etnopolíticos y etnoterritoriales, contextualizados por el proceso de construcción nacional así como de las demarcaciones territoriales, en la cual están involucrados actores regionales e internacionales, algunos de ellos de forma directa (Armenia y Azerbaiyán) y otros con intereses concretos o bien como actores involucrados en las negociaciones de paz (Rusia, Turquía, Europa, EEUU, Grupo de Minsk dentro de la OSCE, Consejo de Europa, etc)

Con todo, y tras dos décadas de fin de las hostilidades, diversas expectativas y perspectivas parece aducir que las partes directamente involucradas (Armenia, Azerbaiyán, RNK) no parecen excesivamente persuadidas a encontrar un consenso sobre la resolución del conflicto(17). Así, y a pesar de las recientes presiones y advertencias sobre una hipotética reanudación de la confrontación armada(18) ante el reiterado fracaso de las negociaciones, el contexto actual intensifica la perspectiva de que la única solución viable se enfoca en  el mantenimiento del actual status quo.

Con ello, esta situación para Nagorno Karabaj se equipara a la de otros Estados de facto en situación similar, como la República Turca del Norte de Chipre y la República Pridnestroviana de Transnistria, determinadas por el escaso o nulo avance de las negociaciones entre los actores involucrados, ciertos obstáculos en la eventual reanudación de las hostilidades (tomando en cuenta la coyuntura regional o el contexto geopolítico) y la práctica preservación de estas entidades de facto como realidades prácticamente irreversibles.

Así y todo, la incesante búsqueda por el reconocimiento internacional sigue su curso, especialmente por los esfuerzos de Armenia y su diáspora. El servicio diplomático de la RNK realiza una extensa actividad internacional, contando incluso con una notable red de oficinas de representación en el extranjero, principalmente en países donde se afinca la diáspora armenia, como EEUU, Francia, Alemania, Australia o  Rusia(19).

Para Azerbaiyán, el conflicto de Nagorno Karabaj es el resultado de la agresión y expansión territorial por parte de Armenia, interpretando el mismo como un conflicto interestatal y no como resultado de la legitimidad en la autodeterminación etnopolítica de la comunidad armenia de Karabaj, tal y como defiende la posición armenia. De allí el énfasis de Bakú en acudir a la comunidad internacional (particularmente EEUU), para granjearse apoyos y obligar a Armenia a devolver lo que denomina oficialmente como “territorios ocupados”(20).

A pesar del monitoreo del conflicto por parte del Grupo de Minsk de la OSCE, en Nagorno Karabaj no existe presencia militar internacional que garantice la imposibilidad de reanudar el conflicto, a diferencia de la existente en otros Estados de facto en el Cáucaso, como son los casos de Abjasia y Osetia del Sur, e incluso en los Balcanes (Kosovo). Por otra parte, Bakú constantemente presiona a la comunidad internacional tomando en cuenta que Armenia no ha cumplido con las cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relativas al retiro militar y el trato de refugiados en Nagorno Karabaj(21).

Para ello, Bakú parece persuadido a fortalecer su posición militar: según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), de 1998 a 2007, los gastos militares azeríes aumentaron en 5,5 veces y constituyeron en 2012 aproximadamente US$ 3,2 millones, constituyendo casi una quinta parte de su presupuesto nacional. Para 2013 se estimó un presupuesto de Defensa en Azerbaiyán de US$ 3.700 millones(22).

A pesar de que han existido intentos por alcanzar una negociación de paz en diversos encuentros globales y cumbres internacionales, las mismas han terminado en agudos fracasos. Los casos más notorios fueron las cumbres entre los presidentes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia (Kazán, junio de 2011); la cumbre del G-8 en mayo de 2011 en Deauville (Francia), entre los presidentes Barack Obama, Dmitri Medvedev y Nicolás Sarkozy, donde se adoptó otra declaración conjunta sobre el arreglo del conflicto de Nagorno Karabaj; o la Declaración Conjunta de los mandatarios de Armenia y Azerbaiyán, en presencia del presidente ruso Medvedev, celebrada en Sochi el 23 de enero de 2012(23).

En este ínterin, tres estados de EEUU, Rhode Island, Massachusetts y Maine, aprobaron una resolución pidiendo al presidente Obama y al Congreso estadounidense el reconocimiento de la independencia de Nagorno Karabaj(24). Con todo, otros acontecimientos enturbiaron las expectativas de resolución del conflicto. El más prominente fue el denominado “caso Safarov”(25), relativo a un militar azerí, Ramil Safarov, quien en 2004 había matado a un oficial armenio durante un programa de estudios de la OTAN en Budapest. El estupor mundial ante la condena del crimen ejerció una fuerte presión sobre Bakú, cuyos sectores más nacionalistas y radicales incluso glorificaron el crimen de Safarov, poniendo así en peligro la frágil estabilidad regional.

Con todo, los presidentes de Azerbaiyán, Ilham Aliev, y de Armenia, Serzh Sargsyan, se reunieron en noviembre de 2013 en Viena (Austria), a instancias del Grupo de Minsk de la OSCE, para intentar retomar las negociaciones sobre Nagorno Karabaj(26). A pesar de este encuentro, entre finales de 2013 y comienzos de 2014 volvieron a presentarse escaramuzas de enfrentamientos armados en la frontera armenio-azerí, violando en varias ocasiones el cese al fuego(27) establecido en 1994.

Incluso una reciente discusión sobre el conflicto de Nagorno Karabaj realizada tras una audiencia del ministro de Exteriores Mark Simmonds ante el Parlamento británico(28), incrementó las preocupaciones sobre los recientes choques fronterizos y la posibilidad de que el conflicto de la RNK quede diplomáticamente “congelado”.

La geopolítica entra en juego

Pero la geopolítica, obviamente, juega sus cartas. Para muchos armenios, existe una doble vara de medir entre las grandes potencias, principalmente EEUU y Rusia, a la hora de afrontar los casos de Estados de facto como la RNK, principalmente en clara contraposición con los intereses de Washington por alcanzar el reconocimiento de la ONU para Kosovo, o el de Rusia con respecto a Osetia del Sur y Abjasia.

Paralelamente, las inclinaciones de intereses geopolíticos entre las potencias y los actores involucrados intensifican la polarización. Por razones históricas y culturales, Rusia y Armenia tradicionalmente han coincidido en sus posiciones comunes mientras Azerbaiyán ha mantenido una mayor concreción de intereses con Turquía y EEUU, en este último caso principalmente por factores energéticos, en particular la ruta del oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan (BTC), que desde el Mar Caspio hasta el Mediterráneo pasa por las capitales de Azerbaiyán y Georgia hasta el puerto turco mediterráneo de Ceyhan.

Este factor energético ejerce una influencia, si cabe indirecta pero no menos relevante, en los intentos de Bakú por controlar política y militarmente el territorio de la RNK. De hecho, Bakú no ha dudado en aprovechar su riqueza petrolera y de gas natural para ejercer una sutil presión ante la comunidad internacional a la hora de persuadirles a apoyar sus demandas. Incluso, en los últimos años, Azerbaiyán ha intensificado una inédita relación cordial con Israel(29), en particular para evitar el peso geopolítico de Irán en el Mar Caspio y el Cáucaso Meridional, así como contrarrestar el impacto ruso en la región.

Por su parte, Rusia parece avanzar de manera más decidida para incluir a Armenia en su proyecto geopolítico de Unión Aduanera Euroasiática, previsto para 2015. En este sentido, en Ereván crecen las expectativas de que Rusia observa con interés la inclusión de Nagorno Karabaj en esta ecuación, tomando en cuenta que altos dirigentes en Moscú consideran a Armenia y Nagorno Karabaj como un “espacio económico conjunto”(30).

A través de esta Unión, Rusia quiere fortalecer su posición en el espacio euroasiático, alejando así a EEUU y Europa de su área de influencia, un factor que igualmente ejerce un peso muy relevante en la actual crisis política en Ucrania. Del mismo modo, Armenia es miembro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), organismo impulsado por Rusia para mantener su influencia militar en el espacio euroasiático ex soviético, mientras Azerbaiyán no forma parte del mismo.

Otro actor regional, Turquía, igualmente ejerce una notable influencia geopolítica en el conflicto de la RNK. Tradicionalmente aliado político, militar y económico de Bakú, Ankara ha logrado vertebrar en los últimos años (con irregulares niveles de acierto) determinados mecanismos orientados a la reconciliación entre Armenia y Azerbaiyán, principalmente con la llegada al poder del actual primer ministro Recep Tayyip Erdogan (2002), y dentro de la perspectiva de conciliar las históricamente tensas relaciones turco-armenias(31).

Otros aspectos tienen que ver con la asistencia militar en la región del Cáucaso Meridional, donde EEUU, Rusia, Turquía, Irán e incluso China, Corea del Sur e Israel aparecen involucrados a través de aprovisionamiento militar a los ejércitos de Armenia y de Azerbaiyán, cuya incidencia repercute en la cooperación con las milicias existentes en la RNK(32). No se debe igualmente olvidar que, dentro de este pulso de intereses internos y externos este juego en el tablero geopolítico del Cáucaso Meridional incluye a otros contenciosos político-territoriales, etnopolíticos y presencia de otros Estados de facto, como son los casos de Chechenia, Daguestán, Abjasia, Osetia del Sur, Osetia del Norte, Kabardino-Balkaria e Najichevan, entre otros.

Conclusión

En 2013, Alliev e Sargsyan fueron reelectos en sus respectivos mandatos presidenciales en Azerbaiyán y Armenia, aspecto que aparentemente certificaría la perspectiva de continuidad y el más que probable mantenimiento del status quo en cuanto al conflicto en Nagorno Karabaj.

No obstante, los cambios geopolíticos en el espacio euroasiático, en particular ante los intereses de diversos actores y multinacionales por la proliferación de contratos energéticos y distribución de oleoductos y gasoductos desde el Mar Caspio hacia Europa y Rusia, atravesando el territorio del Cáucaso Meridional, así como el pulso establecido entre Occidente y Rusia con respecto a la Unión Aduanera Euroasiática que Moscú espera consolidar a partir de 2015, puede colateralmente influir en el contencioso sobre Nagorno Karabaj, en particular ante la perspectiva de establecerse una nueva mecánica que modifique la parálisis actual en las negociaciones o bien incluso, que provoque alteraciones drásticas en el actual status quo

En este sentido, los intereses energéticos rusos y su perspectiva de Unión Euroasiática puede persuadir a Moscú a buscar una solución alternativa para Nagorno Karabaj. La concreción de intereses entre Rusia y Armenia puede tangencialmente ampliarse si el Kremlin logra (hasta ahora infructuosamente) atraer a Azerbaiyán a su ecuación geopolítica, modificando la tradicional orientación occidental (y particularmente estadounidense) de Bakú, en una reproducción diametralmente similar a lo que ocurre actualmente con respecto a Ucrania. Está por ver, entonces, si este contexto puede implicar una especie de “solución rusa” al contencioso de Nagorno Karabaj, alterando notablemente la fórmula establecida desde 1992 por el Grupo de Minsk de la OSCE.

Si bien las recientes escaramuzas militares fronterizas entre Armenia y Azerbaiyán intensifican las preocupaciones exteriores sobre un retorno del conflicto armado para Nagorno Karabaj, esta perspectiva no parece solidificarse lo suficientemente como para prever una inevitable reanudación del conflicto. Las elites políticas y militares en Ereván y Bakú no parecen exactamente persuadidas a renovar un conflicto que súbitamente se suspendió tras un cese al fuego precisamente hace 20 años, aunque los riesgos de que esto suceda siguen siendo considerables.

En este sentido, desde 2013, Bakú ha intensificado sus compras militares, especialmente en defensa aérea, artillería y tanques, a países como Rusia, Israel y Corea del Sur, potenciando y fortaleciendo las expectativas de concretar eventualmente una “solución militar” tipo “Blitzkrieg(33) para el contencioso de Nagorno Karabaj. Esto ha provocado directamente una especie de pulso armamentista con Armenia, cuyo gasto en Defensa aumentó un 25% en 2013, especialmente fortaleciendo los vínculos militares con Moscú, con especial incidencia a través de OTSC, y potenciando las expectativas de un eventual “ataque preventivo” de Ereván contra Bakú(34). Incluso, Azerbaiyán acusa a Armenia de sabotear infraestructuras en territorio azerí, principalmente de oleoductos y gasoductos.

Dentro de este aspecto militar, cobra especial relevancia el peso de Rusia como actor estratégico, tanto a nivel de cooperación militar hacia Armenia y Azerbaiyán como a través de sus intereses energéticos y geopolíticos, muchas veces incluso como factor de desequilibrio, que en ocasiones obstaculiza una solución consensuada.

Pero sin menoscabar las amenazas y riesgos de carácter militar, la ecuación que parece tener mayor peso se focaliza en los imperativos energéticos y económicos, tomando en cuenta que Armenia y Azerbaiyán, así como la vecina Georgia, son territorios estratégicos de distribución de oleoductos y gasoductos desde el Mar Caspio y el Mar Negro. Del mismo modo, la presencia y constante monitoreo de instituciones internacionales (OSCE, Consejo de Europa, ONGs), ralentiza las perspectivas de radicalización del conflicto.

En todo caso, existen otras variables que gravitan con considerable influencia en lo relativo al status de Nagorno Karabaj. La indefinición de una agenda de negociación sólida entre el Grupo de Minsk, Armenia y Azerbaiyán; los constantes fracasos de estas negociaciones para solucionar el contencioso; los avances en la construcción de una institucionalidad estatal sólida en Nagorno Karabaj (ministerios, universidades, una Fuerza Armada orgánica, etc), en particular a través del apoyo armenio; y la indiferencia internacional ante este problema, sensiblemente diferente con lo sucedido en Kosovo y en menor medida Abjasia y Osetia del Sur, son factores que ralentiza y obstaculizan una solución definitiva bajo consenso.

Otro aspecto tiene que ver con un notable nivel de descontento popular en Armenia y Azerbaiyán, fraguado por la crisis económica o el autoritarismo presidencial, este último aspecto principalmente focalizado en el caso azerí, con particular énfasis en la polémica electoral suscitada tras la tercera reelección de Alliev en octubre pasado. Existen expectativas de fuertes protestas y conflictos sociales en ambos países que pueden focalizar un descontento popular hacia la irresolución del contencioso de Nagorno Karabaj(35).

Todo ello implica considerar que, a corto y mediano plazo, el contencioso de Nagorno Karabaj permanecerá diluido y “congelado” a través del actual status quo, focalizado en un Estado de facto aparentemente inalterable, y que deja irresoluto un problema con características más o menos similares al de otros casos como la República Turca del Norte de Chipre o la República Pridnestroviana de Transnistria.

 



(1) IGADI: Informe Mundial Estados de Facto 2013. Ver en:

http://www.igadi.org/web/sites/all/arquivos/informe_estados_de_feito_2013_castellano.pdf. La edición de 2011 puede consultarse a través del enlace: http://www.igadi.org/web/sites/all/arquivos/informe_mundial_estados_de_feito_2011.pdf (en idiomas gallego e inglés)

(2) MANSILLA BLANCO, Roberto: “Estados de feito: unha curiosa xeopolítica”, IGADI y Praza Pública (Galicia), 23 de octubre de 2013. Ver en: http://www.igadi.org/web/analiseopinion/estados-de-feito-unha-curiosa-xeopolitica

(3) Ibid.

(4) Informe Mundial Estados de Facto 2013, op.cit.

(5) “Estados de feito: unha curiosa xeopolítica”, op.cit.

(6) Informe Mundial Estados de Facto 2013, op.cit.

(7) Ibid.

(8) Ibid.

(9) Ibid.

(10) Para conocer los pormenores del inédito caso de Uruguay con respecto al reconocimiento de la RNK, consultar el artículo de COSOY, Natalio: “Cómo terminó Uruguay envuelto en un conflicto diplomático en el Cáucaso”. BBC Mundo, 21 de noviembre de 2012- Ver en: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/11/121117_uruguay_nagorno_karabaj_armenia_azerbaiyan_nc.shtml

(11) El Grupo de Minsk dentro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) fue creado en 1992 para encontrar una solución al conflicto en Nagorno Karabaj. Sus miembros permanentes son EEUU, Rusia, Francia, Bielorrusia, Alemania, Italia, Suecia, Turquía y Finlandia, además de Armenia y Azerbaiyán. Para mayor información, consultar su página web: http://www.osce.org/mg

(12) SYMONIAN, Hakob: “Nagorno Karabaj: la consolidación de un Estado de facto”. Informe Mundial Estados de Facto 2013, op.cit.

(13) Informe Mundial Estados de Facto 2013, op.cit.

(14) El portal oficial del Portal del Gobierno de Nagorno Karabáj es http://www.gov.nkr.am/ (en armenio). Sin embargo, existe un portal de la Oficina en Washington de la República de Nagorno Karabáj:

http://www.nkrusa.org/ (en inglés), tomando en cuenta la relevante diáspora armenia en EEUU.

(15)Informe Mundial Estados de Facto 2013, op.cit.

(16) Ibid.

(17) MINASYAN, Sergey: “Nagorno-Karabakh After Two Decades of Conflict: Is Prolongation of the Status Quo Inevitable?”, Caucasus Institute, Research Papers, Ereván (Armenia), 2 de Agosto de 2010, pp. 7-8. Consultar en: http://test.c-i.am/research/paper%202_eng.pdf

(18) “Armenia dice que está lista para la guerra con Azerbaiyán”, BBC Mundo, 3 de septiembre de 2012. Ver en: http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2012/09/120903_ultnot_armenia_azerbaiyan_guerra_anuncio_tsb.shtml

(19) “Nagorno Karabaj: la consolidación de un Estado de facto”. Informe Mundial Estados de Facto 2013, op.cit.

(20) Ibid.

(21) Estas resoluciones son las del Consejo de Seguridad N822 (1993) de 30 de abril de 1993; N853 (1993) de 29 de julio de 1993; N874 (1993) de 14 de octubre de 1993; y N884 (1993) de 12 noviembre de 1993, así como las de la Asamblea General N48/114 de 20 de diciembre de 1993, denominada “La ayuda internacional extraordinaria a los refugiados y desplazados de Azerbaiyán” y la N60/285 de 7 de septiembre de 2006, denominada “La situación en los territorios ocupados de Azerbaiyán”. Consultar en:: http://garabagh.net/content_186_es.html#sthash.YFvh0tm3.dpuf

(22) Ibid.

(23) Ibid.

(24) Ibid. En estos estados, principalmente Rhode Island y Massachusetts, existe una numerosa e influyente comunidad armenia, políticamente representada a nivel nacional en el Comité Nacional Armenio de EEUU (ANCA por sus siglas en inglés), un influyente lobby con sede en Washington. Su página web es:   http://www.anca.org/. De acuerdo al censo de 2000, se estima que en EEUU, poco más de un millón de habitantes tiene ascendencia armenia directa o parcial. Con respecto a Nagorno Karabaj, la ANCA elaboró una declaración formal instando al gobierno estadounidense a reconocer su independencia en el marco de ll derecho de autodeterminación de los pueblos. Esta declaración o Position Paper puede consultarse en: http://www.anca.org/resource_center/position_papers.php?ppid=5

(25) Ibid.

(26) “Aliev and Sargsyan to meet in Austria. Expectations from this meeting are low but it may now suit both sides to move one step forward”, Commospace, Portal de la Unión Europea sobre Noticias y Análisis de la Región del Cáucaso 18 de noviembre de 2013. Ver en: http://commonspace.eu/eng/news/6/id2831.

(27) “Armenian Armed Forces Violate Ceasefire In Several Directions”, EurasiaNet, portal sobre noticias de Asia Central y del Cáucaso de la Open Society Institute (EEUU) 8 de noviembre de 2013. Ver en: http://www.eurasianet.org/node/67740

(28) “Description of Nagorno-Karabakh conflict as frozen conflict misleading”, Trend News Agency (Azerbaiyán), 12 de febrero de 2014. Ver en: http://en.trend.az/news/karabakh/2240903.html

(29) REYNOLDS, Jame: “El país musulmán más cercano a Israel que a Irán”, BBC Mundo, 23 de agosto de 2012. Ver en: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/08/120818_relacion_azerbaiyan_israel_iran.shtml

(30) “Will Karabakh ‘Join’ Russia’ s Customs Union?”, EurasiaNet , portal sobre noticias de Asia Central y del Cáucaso de la Open Society Institute (EEUU), 13 de diciembre de 2013. Ver en:  http://www.eurasianet.org/node/67852

(31) “Nagorno-Karabakh After Two Decades of Conflict: Is Prolongation of the Status Quo Inevitable?”, op.cit. pp. 33-36.

(32) Ibid, pp. 41-53.

(33) INTERNATIONAL CRISIS GROUP; “Armenia and Azerbaijan: a Season of Risks”, Crisis Group Europe Briefing Nº 71, 26 de septiembre de 2013, pp. 5-6. Ver en: http://www.crisisgroup.org/~/media/Files/europe/caucasus/b071-armenia-and-azerbaijan-a-season-of-risks.pdf   

(34) Ibid, p. 6.

(35) Ibid, pp. 8-10.