O Día internacional do migrante conmemórase por NNUU desde o 2020

Día Internacional del Migrante #MigrantsDay #IMD22

Según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones, hay 281 millones de personas migrantes que viven fuera de su país de nacimiento1. Y este número, abstracto, inmenso e insípido pareciera alejarnos de las personas, y sobre todo lo que hay detrás de cada historia, de cada nombre, de cada huella. 

Liñas de investigación Observatório das Diásporas
Idiomas Castelán

Sabemos con certeza que este número engloba millones de despedidas; no obstante, también conocemos que no es igual la cantidad de bienvenidas…Y aunque hace falta valentía para trasladarse a otro lugar y comenzar de nuevo, el mundo se encuentra más rígido que nunca en cuanto a movilidad humana concierne. Nunca antes en la historia hubo tantas barreras para migrar, barreras burocráticas, legales, económicas, y de las otras… las barreras que construyen muros con ladrillos y también con indiferencia. 

Hoy 18 de Diciembre de 2022, a nivel internacional se conmemora esa valentía y sacrificio de quienes viven fuera de su lugar de origen, intentando que los ojos del mundo una vez al año contemplen a quienes colaboran en cada lugar del planeta enriqueciendo mutuamente el presente de muchos futuros. No obstante, debemos seguir visibilizando la realidad en la que las personas migrantes deben transitar, construyendo un espacio global que contemple iguales oportunidades para vivir dignamente como cada quién elija, y más aún, dónde cada persona elija. 

Tan sólo un día atrás, la ONG Médicos sin Fronteras denunciaba2 a las fuerzas policiales de Grecia por haber impedido durante dos horas el rescate de una embarcación que se estrelló contra las rocas en una isla del mediterráneo. En este incidente, entre otras muchas víctimas fatales, se encontraba un bebé de tan sólo dos meses de vida… Y esta terrible noticia, pasó inadvertida en el cúmulo de noticias que hoy cubren todas las tapas de los periódicos referidas al fútbol y la final de la Copa del Mundo en Qatar. 

Resulta imperioso poder conectarnos transversalmente con los hechos que nos rodean, incluso mientras hablamos de fútbol. De acuerdo a las denuncias de Amnistía Internacional3, la construcción de toda la infraestructura para el Mundial y la actual manutención de los eventos fue realizada por 1,7 millones de personas migrantes procedentes principalmente de Nepal, Bangladesh e India. Muchos de estos migrantes, fueron trasladados a Qatar en situaciones de trabajo esclavo, mediante engaños, sobre el salario que iban a percibir o las condiciones de habitabilidad en las que iban a tener que vivir una vez llegaran a destino. La mayor parte de los trabajadores denunció a esta ONG que les prometieron salarios superiores a 300 dólares por mes, y terminaron cobrando menos de 190 dólares pagaderos cada dos o tres meses, con lo que ninguno de ellos ha podido enviar dinero en forma de remesas a sus familias quedando en un completo estado de vulnerabilidad. Los alojamientos de estos trabajadores, en muchos casos son pequeñas habitaciones con hasta ocho literas, sin ventilación en un lugar donde en estas fechas las temperaturas son muy altas.  

Resulta imposible no imaginar el sentir de estas personas mientras miran desde atrás del “decorado” montado en Qatar a la multitud de hinchas que pagaron miles de dólares por presenciar un juego de futbol inmersos en una total irrealidad. Y con esto, no quiero combatir la libertad de disfrutar cada uno como quiere y la forma que elije cada momento; con esto justamente adhiero a ello. Es necesario que todas las personas del mundo puedan elegir como vivir sin caer en redes de trata y tráfico de personas, sin tener que saltar alambrados de púas para proteger su vida, sin tener que tirarse al mar para arribar a un horizonte que muy pocas veces resulta un destino final. 

Las personas migrantes han construido desde siempre la historia de las civilizaciones, realizando aportes valiosos a la cultura, a la economía y a los vínculos entre tierras, sociedades y futuros. Es menester de todos aprovechar y empoderar a las redes de migrantes que conforman nuestras diásporas. Incluso en este Mundial de Fútbol se ha visto la importancia de integrar la diversidad a nuestras naciones, siendo que de 32 equipos que participan sólo en cuatro no hay inmigrantes en su selección4. En el resto, hay jugadores que representan a naciones en las que obtuvieron la ciudadanía a través de vínculos ancestrales de sus padres, abuelos y, a veces, parientes producto de la migración. 

Y si antaño las diásporas se encontraban con la desconexión de la distancia y se veían forzadas a insertarse en nuevas tierras para progresar con y en ellas, desvinculándose de todo lo conocido, hoy tenemos todas las posibilidades que reafirman lo contrario. Nunca hemos estado más interconectados, nuestros emigrantes generan vínculos donde van, y funcionan como embajadores de nuestra tierra allí donde deciden crecer… En el otro lado del péndulo, los inmigrantes que llegan a nuestra tierra, aquellos que se instalan del otro lado de nuestras calles buscando un mundo mejor, forman parte de esas diásporas que también nos enriquecen, no sólo con sus múltiples bagajes y experiencias, sino con todo lo que harán para que el lugar donde vivimos crezca aún más. 

Un migrante siempre viene a sumar, sólo necesitan que les demos un lugar. Hasta que no veamos alrededor, será difícil poder dimensionar la realidad de las personas migrantes y su potencialidad. La importancia de empoderar y poner en valor a nuestras diásporas resulta fundamental para avanzar tanto en los Derechos Humanos como en la conciencia de un futuro en libertad para todos. 

Mientras escribo estas líneas, en muchos lugares del mundo se derraman lágrimas de despedida, también habrá cientos de abrazos de bienvenida. Existirán miles de manos temblorosas por el temor de cruzar vallas, muros o check points frente a alguna frontera.  En todos con certeza habrá nostalgia, desarraigo y una inmensa valentía. Anhelos de una vida mejor. Sueños por cumplir. Y muchas, muchas ganas de vivir en libertad. Ganas de sumar. 

En un mundo cada vez más ausente de empatía, empecemos por visibilizar lo que tenemos cerca, para mirar lejos. Empecemos por hoy, para mirar al futuro.   

Nuestro homenaje a todos ellos y ellas. A quienes tienen el valor de ir más allá.