ESTE ARTIGO FAI PARTE DO IGADI ANNUAL REPORT 2022-2023 “GLOBALIZACIÓN E MULTIPOLARIDADE EN TEMPOS DE GUERRA”
agenda2030

Diásporas y Agenda 2030

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en septiembre de 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este documento consta de 17 Objetivos (ODS), que intentan abordar las causas de la pobreza y las desigualdades; más 169 metas complementarias que pretenden alcanzar las dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. En el establecimiento de este documento se plasman tres principios rectores que guiaran todas las acciones referidas a la migración dentro de la Agenda 2030: la universalidad, la inclusividad y la asociación, dejando escrito que su aplicabilidad refiere a todos los países con independencia de su estado de desarrollo y a todas las poblaciones móviles (refugiados, desplazados, migrantes).

Desde la adopción de la Agenda 2030 y el posterior establecimiento del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular (PMM) en 2018 se han gestionado a nivel global constantes avances en el ámbito de la gobernanza y el desarrollo de la migración multilateral. No obstante, durante el año 2022 muchas acciones que habían estado pausadas durante dos años a causa de la Pandemia COVID-19, finalmente vieron la luz.

Este es el caso de la Cumbre Global de la Diáspora (CGD) realizada en la ciudad de Dublín en el mes de abril de 2022. Organizada por la OIM, referente internacional en movilidad humana y organismo coordinador de la Red de la ONU sobre la Migración, en colaboración con el Gobierno de Irlanda y otros Estados participantes. En esta cumbre, se convocó a todas las partes para trabajar en los alcances obtenidos sobre el Objetivo 19 del PMM que insta a los Estados a “Crear condiciones para que los migrantes y las diásporas contribuyan plenamente al desarrollo sostenible en todos los países.”

Este evento inauguró por primera vez en la historia un encuentro internacional dedicado a las diásporas con la finalidad de aunar esfuerzos entre los gobiernos y las organizaciones transnacionales para desarrollar una visión colaborativa que comprometa a las comunidades de referencia transnacional como agentes de desarrollo sostenible a través del dialogo y el fortalecimiento de las redes de acción tanto en países de origen como de destino.

Como respuesta, surge la Declaración de Dublín, que resulta un innovador y significativo instrumento que evidencia la importancia del trabajo en el vínculo transnacional entre las diásporas y los gobiernos implicados.

Esta declaración es un manifiesto en forma de hoja de ruta para que las organizaciones de la diáspora institucionalicen los resultados de la Cumbre a través del establecimiento de cuatro ejes constitutivos de la diáspora: Capital Económico, Capital Humano, Capital Financiero, Capital Social. Estos capitales deben identificarse y luego reflejarse en políticas y programas que generen asociaciones entre sectores a diferentes niveles de gobierno para crear oportunidades que incluyan soluciones intereses y potencialidades de la diáspora.

El fortalecimiento de las comunidades transnacionales es una condición esencial para una sociedad global más inclusiva que permita un mejor y mayor acceso a las oportunidades independientemente del lugar de origen o destino. Por ello, resulta prioridad para quienes trabajamos en la esfera migratoria atender la importancia de la Agenda 2030 para abordar la migración desde la dialéctica presente entre los migrantes y el desarrollo, puesto que reconoce por primera vez a nivel internacional el nexo explícito entre ambos conceptos declarando a los migrantes como “agentes de desarrollo”.

Dentro de los principios de la Agenda 2030 existen dos que cobran especial relevancia para las diásporas en función de los años venideros:

• el principio de universalidad para promover la colaboración internacional y avanzar hacia una gobernanza mundial migratoria sustentada en alianzas globales que permitan reconocer la contribución positiva que puede tener la migración para el desarrollo intersectorial.
• el principio de inclusividad suscribe la idea de “no dejar a nadie atrás” para considerar a los migrantes y la migración en todos los aspectos de la Agenda 2030 identificando a los refugiados, los desplazados internos y los migrantes como personas vulnerables a las que se debe empoderar y cuyas necesidades deben abordarse.

Existe una referencia central a la migración y su vinculación con los factores que actúan como impulsores de desplazamiento en la Meta 10.7 que insta a “Facilitar la migración y la movilidad ordenada, segura, regular y responsable de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas.” Un ejemplo de este punto fue el fenómeno de la crisis de refugiados de 2015 donde la afluencia repentina y masiva de personas refugiadas y desplazadas colapsó el sistema de asilo europeo y generó dificultades a nivel internacional. No debemos subestimar la importancia que tiene la migración para la reducción de la pobreza en las comunidades de origen y destino, resultando imprescindible la inclusión de las Diásporas en la planificación gubernamental intersectorial.

En este sentido, hay varios elementos que permiten avanzar en el vínculo con las diásporas: uno de ellos, son las remesas que en sí mismo constituyen un factor de desarrollo para los migrantes, sus hogares y los países involucrados en su tránsito migracional vinculado con la Meta 17.3 “Movilizar recursos financieros adicionales de múltiples fuentes para los países en desarrollo”. Hay muchos elementos para afianzar las redes transnacionales de la diáspora a través de inversiones, filantropía y otros tipos de financiación que pueden aprovecharse para el desarrollo intersectorial mejorando la salud, la educación, el empleo, la industria y la infraestructura.

Como último punto, debemos comprender que muchos integrantes de las diásporas también poseen tránsitos de retorno, regresando a sus lugares de origen o revinculándose desde el exterior a través de espacios relevantes a nivel global, generando transferencias de conocimientos y capacidades a sus comunidades con efectos muy positivos. En ejemplo de ello se manifestó durante la Pandemia COVID 19 que sirvió como estudio para demostrar el rol activo que ejercieron las diásporas y sus referentes transnacionales en la Ayuda Humanitaria, el empoderamiento en cuestiones de género y la transferencia de conocimientos y recursos sanitarios deslocalizados, manifestando la importancia de consolidar estas redes a través del fortalecimiento de la Agenda 2030.

Puedes descargar, en gallego, el IGADI Annual Report 2022-2023, aquí.