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Corea del Sur y la UE: Unas relaciones que pueden reforzarse

 Lee Myung-bak en el 8º ASEM en Seogwipo; clic para aumentar
Corea del Sur ha acogido, de los días 14 a 17 de junio, la celebración del 8º Encuentro de Ministros de Economía y Finanzas de ASEM con la participación de los representantes de 43 países asiáticos y europeos, además de los representantes del FMI, el Banco Asiático de Desarrollo y otros organismos internacionales de cooperación económica y financiera. (Foto: Lee Myung-bak interviene en el 8º ASEM en Seogwipo (Jeju), el 16 de junio de 2008).
 

Las relaciones bilaterales con la Unión Europea (UE) arrancan en 1963 y se impulsaron a partir de 1983, año en que tuvo lugar el primer encuentro ministerial anual y sobre todo, en 1989, con la apertura de la delegación de la Comisión Europea en Seúl. Las relaciones también se canalizan en el contexto de Asia-Europe Meeting, cuya primera reunión se celebró en Bangkok en 1996. Corea del Sur ha acogido, de los días 14 a 17 de junio, la celebración del 8º Encuentro de Ministros de Economía y Finanzas de ASEM con la participación de los representantes de 43 países asiáticos y europeos, además de los representantes del FMI, el Banco Asiático de Desarrollo y otros organismos internacionales de cooperación económica y financiera.

En 1996 se firmó el primer Acuerdo marco de Comercio y Cooperación entre la UE y Corea del Sur, que entró en vigor el 1 abril del 2001 tras ser ratificado por la UE y cada uno de los Estados parte. Desde entonces, las relaciones económicas no han parado de crecer. El volumen del comercio bilateral ya alcanzó en 2007 la cifra de $89,7 billones y podría superar los $100 billones en 2008. La UE, con el 15 % de las exportaciones coreanas es ya, después de China (el 22%), el segundo mercado más importante para las exportaciones surcoreanas y por delante de los EEUU (12,5%). También es el primer inversor en el país asiático. Corea del Sur es, a su vez, el cuarto socio comercial no comunitario para la UE.

Sin embargo, queda mucho por hacer. Se encuentra a faltar aún un mayor diálogo político y una predisposición, especialmente por parte coreana, para profundizar las relaciones bilaterales. El presidente Lee Myung-bak ha priorizado, desde que asumió la presidencia a finales de febrero, las relaciones con los EEUU y Japón, y China, destino de sus primeras tres visitas oficiales al extranjero. Y en septiembre tiene prevista una visita a Rusia. Muy poco se ha referido, durante estos primeros meses de mandato presidencial, a las relaciones con la UE, aunque se sigue negociando un FTA entre ambas partes. En relación al conflicto norcoreano, la UE no forma parte del grupo de los 6, pero puede seguir jugando un papel relevante para conseguir que Corea del Norte se abra definitivamente al exterior. La visita de una delegación comunitaria de alto nivel, en mayo 2001, supuso la normalización de las relaciones diplomáticas entre Corea del Norte y la mayoría de países miembros de la UE. Pero tras conocerse la reanudación del programa nuclear norcoreano, la UE frenó substancialmente la cooperación a nivel comunitario, si bien prosiguió sus esfuerzos diplomáticos para apoyar las negociaciones del Grupo de los 6 dirigidas a lograr la plena desnuclearización de Corea del Norte.

La UE pretende potenciar sus relaciones con Asia. Sin renunciar a que se alcance un final positivo en la Ronda multilateral de Doha, en el marco de la OMC, la UE anunció la apertura de negociaciones para establecer acuerdos comerciales con la ASEAN, India y Corea del Sur. Desde abril de 2007 hasta mayo de 2008 se habían celebrado siete rondas de negociaciones para alcanzar un Acuerdo de Libre comercio entre Corea del Sur y la UE (EU-KOREA FTA), en las que el responsable por la parte de la Comisión Europea era el español Ignacio García Bercero.

No existían, al inicio, las fuertes reticencias de la opinión pública surcoreana que ya dificultaron las negociaciones y que ahora se oponen frontalmente a la ratificación del Acuerdo de libre comercio con los EEUU (KORUS FTA). La UE es vista por los surcoreanos, en primer lugar, como un mercado amplio, rico y con un potencial comercial como mínimo tan importante como el de los Estados Unidos. En segundo lugar y desde el punto de vista estratégico, se valora positivamente una mayor presencia comercial de la UE en Asia como una contrabalanza al gran peso de Estados Unidos y de China en la región. En tercer lugar, y no menos importante, está el interés por conocer mejor el modelo social europeo que, a diferencia del de los Estados Unidos, incide más en la defensa de los derechos sociales y laborales, lo que es bien valorado por los sindicatos y otros agentes sociales coreanos.

No se esperaban grandes controversias en la negociación del capítulo agrícola porque la mayor parte de los productos agrícolas exportados por los 27 miembros de la UE no significan una amenaza para el nivel de vida de los agricultores coreanos. También cabe una complementariedad entre las estructuras industriales de ambas partes. Corea del Sur espera incrementar sus exportaciones "automóviles, electrónica, cinematografía y música, textiles, etc.- a la UE. Y esta aspira a incrementar las suyas en sectores como el de la cosmética, maquinaria, farmacéutico, automóviles, etc. y a mejorar también su acceso al sector servicios, como las finanzas, sector legal y consultoría. Comparto la opinión de los expertos que consideran que Corea del Sur puede ser " también para la UE – una buena puerta de acceso al mercado asiático, coincidente con la pretensión surcoreana de convertirse en un "hub" económico y financiero de Asia Oriental y competir con Singapur, Shanghai y Hong Kong.

Pero las negociaciones se complicaron a partir de la quinta ronda al discutir sobre puntos tan sensibles del acuerdo como el de los productos agrícolas y automóviles. La UE se quejaba de que Seúl se negaba a aceptar parecidas concesiones comerciales a las acordadas, en junio del 2007, en el KORUS FTA. Sin embargo, a partir de la sexta y séptima ronda de negociaciones, ambas partes empezaron a lograr varios principios de acuerdo en diversos temas pero aún siguen intentando acercar posiciones en el más crítico, el del automóvil, pero también en otros relacionados con el sector servicios. Cabe recordar que la UE, a diferencia de los EEUU, no se opone frontalmente a que sean considerados como "made in Corea", los productos fabricados por las empresas surcoreanas en el complejo industrial norcoreano de Kaeseong.

En el supuesto de que se resuelvan positivamente las diferencias existentes entre las partes, se podrían cerrar las rondas de negociaciones y firmar el FTA antes de finalizar 2008. Si estas negociaciones llegan a cerrarse bien, podría darse el caso que el EU-KOREA FTA entrase en vigor incluso antes que el KORUS FTA. En las presentes circunstancias políticas, todo indica que aquel FTA va a ser objeto de una complicada renegociación entre Corea del Sur y los EEUU en 2009. Pero queda por ver si y como afectará el freno a la ratificación del FTA con EEUU a las negociaciones en marcha del FTA de Corea del Sur con la UE.

Corea del Sur se está jugando en este envite el poder acceder abiertamente a los dos mercados más grandes del mundo, que agrupa al mayor número de millones de consumidores de alto poder adquisitivo. Pero para vender más en los mercados estadounidenses y europeos deberá a su vez abrir más su mercado. ¿Está Corea del Sur realmente dispuesta a dar este último paso?