Corrupción en China: La otra cara del milagro económico y la sombra que envuelve el cambio político

1. INTRODUCCIÓN

El grado de penetración de la corrupción varía mucho según el país de que se trate. Sin embargo, cabe hacer una distinción importante entre los países donde es endémica (allí la corrupción es rutinaria, constituye la regla y no la excepción) como en la República Popular China y aquellos en los que es poco común. ¿Cómo se transforman los países con corrupción endémica en países de corrupción inusual? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de existir la corrupción en China?

Los elevados índices de corrupción la han convertido en uno de los más grandes problemas de China, si no el mayor, por el daño económico, político, ético y moral que acarrea en la población y en el sistema político y económico nacional1. Sin embargo no toda la fotografía es de color negro. La lucha contra la corrupción es viable, y las estrategias para combatir este mal deben tener presentes sus causas básicas y, por consiguiente, el papel de los incentivos, la prevención y reformas económicas e institucionales especificas.

El argumento que vertebra el presente estudio trata sobre el análisis de las principales áreas sobre las que los efectos de la corrupción tienen más influencia negativa sobre los ciudadanos chinos y los cambios que se pueden producir a largo plazo en combinación con otros indicadores de insatisfacción de la sociedad en el ámbito político.

La estructura del siguiente estudio se compone de cinco partes. La primera de ella es la introducción, en la que se dan cuenta de los elementos principales del tema objeto de análisis, la corrupción. La segunda parte versa sobre la definición y ciertos elementos característicos en la corrupción en China. En la tercera parte se hace mención a los logros y retos de las autoridades chinas en la lucha contra la corrupción. En la cuarta parte se desarrolla la tesis principal de este estudio y atiende a las consecuencias y las áreas más afectadas por la corrupción. Para finalizar se establecen unas conclusiones en la última parte.

 

2. DEFINICIÓN Y ELEMENTOS DE LA CORRUPCIÓN

¿Qué es corrupción? De acuerdo con la terminología oficial china, el elemento nuclear de la definición de corrupción es el uso de la autoridad pública así como los recursos públicos para fines privados. La noción de corrupción varía con el tiempo y lugar. Consecuentemente, la definición se puede adaptar incluyendo nuevas formas de corrupción. Se debe diferenciar entre la definición y efectos de la corrupción.

Tanzi (1995) afirma que podemos hablar de corrupción si se dan estas tres circunstancias: una norma clara y transparente quebrantada, un funcionario que la quebranta y que obtiene un beneficio conocido para sí mismo, y la apreciación clara de que dicho beneficio obtenido es consecuencia directa del acto corrupto. Sin embargo, la presencia de estos tres elementos no siempre es evidente.

Es necesario tener en cuenta varios elementos. El primero es el compromiso creíble de los líderes del gobierno. Si bien cada vez más hay una preocupación mayor por priorizar la lucha anticorrupción, su presencia en la agenda política de las autoridades chinas no siempre ocupó puestos importantes.2

El segundo elemento es una cultura de la corrupción, la cual se refiere a las creencias de la sociedad en general. Cultura de la corrupción no implica en modo alguno una aceptación internalizada (ni ningún tipo de consideración) acerca del estatus moral de las acciones corruptas. Se refiere más bien a la creencia, cuando está generalizada en la sociedad, de que la corrupción es algo difundido y común. Cultura de la corrupción significa que el ciudadano común suele concebir la corrupción como un rasgo típico del mundo que conoce y en el que vive, quiéralo o no. Cuando cree que los actos corruptos son rutinarios, concluye que la resistencia individual no sólo es costosa sino también, muy probablemente, carecerá de resultados. En consecuencia, se vuelve cómplice reacio del corrupto, actuando de manera tal que ayuda a sostener la corrupción, ofreciendo o admitiendo voluntariamente, por ejemplo, sobornos como cosa rutinaria (sin oponer resistencia ni hacer denuncias). Es entendible la noción de que los tentáculos de la corrupción llegan hasta los funcionarios públicos, especialmente los grandes líderes. Cuando el ciudadano común cree que aquellos que tienen la responsabilidad oficial de actuar en pro del interés público son en sí corruptos, también tiende a considerar como poco probable, por no decir inimaginable, que termine la corrupción endémica. Además en donde la desmoralización social3 induce a la gente a perseguir la fama y la riqueza personal, el servidor público que carece de una firme conciencia de autocrítica, puede fácilmente caer en la tentación y cometer fraudes administrativos. El aumento del salario de los funcionarios para reducir la posibilidad de búsqueda de “extras” sería una medida a tomar en consideración. La corrupción existe cuando los incentivos a participar en ella son mayores que los desincentivos.

Un tercer elemento, clave para entender las lecciones que nos enseñó la experiencia de Hong Kong4, es el contexto político y económico.

 

3. COOPERACIÓN Y LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

 

Promueve hombres honestos, colocándolos por encima de los corruptos y ganarás los corazones de las personas.

Promueve hombres corruptos, colócalos por encima de los honestos y la gente no te apoyará.

Confucio

La regulación de las nuevas formas de corrupción que surgieron en el proceso del establecimiento de la economía de mercado supuso un reto para las autoridades chinas. Las agencias anticorrupción nunca antes habían dirigido sus esfuerzos a combatir las nuevas formas de corrupción como la manipulación del mercado de valores, tráfico de influencias y la corrupción transfronteriza. Como ocurre en todos los países que padecen las consecuencias de la corrupción, el mayor obstáculo para luchar contra la corrupción y vencerla es la debilidad y falta de independencia del Poder Judicial.

La ley que reconoce por primera vez la propiedad privada en China despertó reacciones encontradas, sobre todo en sectores del Partido Comunista en el poder, donde voces disidentes la consideraron demasiado capitalista y que permitirá a algunos, sobre todo a funcionarios corruptos, proteger los bienes de los cuales se han apoderado.

Las cada vez más profundas investigaciones realizadas por altos funcionarios gubernamentales y la información y la evidencia divulgadas oficialmente sugieren que las autoridades chinas están librando una dificultosa batalla contra una creciente ola de corrupción. De acuerdo con las estadísticas publicadas por la Procuraduría Popular Suprema (PPS), entre 2002 y 2005 fueron investigados más de 42.000 funcionarios chinos por corrupción y más de 30.000 por año enfrentan cargos criminales, cifras que no incluyen delitos económicos perpetrados fuera del sector público.

Según datos conocidos, sólo en 2005, la Comisión Regulatoria Bancaria de China (CRBC) descubrió irregularidades relacionadas con el mal uso de fondos por unos 767,1 mil millones de yuanes (93,7 mil millones de dólares). La CRBC emprendió 1.272 procesos criminales y aplicó medidas disciplinarias a 6.826 empleados bancarios, entre los cuales se cuentan 325 gerentes de alto nivel. Según Ye Feng, uno de los directores generales de la PPS, “casi todos los tipos de institución financiera han visto el surgimiento de casos criminales por el pedido de sobornos a cambio del otorgamiento de préstamos”.

El índice de percepción sobre corrupción de Transparencia Internacional, el indicador más utilizado para medir las creencias de los empresarios y expertos acerca del grado de corrupción existente en diversos países, en 1995 clasificó a China en el 78° puesto entre 158 naciones, ubicación que no representa una gran mejora respecto de 2000.

De hecho, en los seis indicadores de gobierno del Banco Mundial, las puntuaciones de China en el Índice de Control de la Corrupción han decrecido en los últimos años, de – 0,20 en 1998 a -0,40 en 2002 y -0,69 en 2005.

En un libro blanco dado a conocer el 29 de diciembre de 2010 se destaca la importancia que China ha concedido a la cooperación internacional en la lucha contra la corrupción.

Hasta el presente, China ha firmado 106 tratados de asistencia jurídica con 68 países y regiones del mundo, según el libro blanco titulado “Esfuerzos de China por Luchar contra la Corrupción y Construir un Gobierno Limpio” y publicado por la Oficina de Información del Consejo de Estado (gabinete).

El país ha establecido el Grupo de Coordinación Conjunta China-EEUU sobre la Cooperación en la Ejecución de la Ley y un panel anticorrupción con Estados Unidos, indica el documento. Además, China ha creado un sistema de consultas sobre la cooperación jurídica y ejecución de la ley con Canadá.

La Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista de China (PCCh) y el Ministerio de Supervisión de China han realizado intercambios con instituciones anticorrupción de más de 80 países y regiones del mundo y han llegado a acuerdos de cooperación con instituciones de esta índole en ocho países, incluido Rusia.

China también ha llevado a cabo intercambios y cooperaciones en múltiples terrenos con organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea, el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, de acuerdo con el documento.

La Fiscalía Popular Suprema de China ha firmado acuerdos de cooperación fiscal con instituciones relacionadas en más de 80 países y regiones, dice el libro blanco.

A su vez, el Ministerio de Seguridad Pública ha establecido 65 líneas de atención telefónica de 24 horas con instituciones pertinentes en 44 países y regiones y ha refrendado 213 documentos de cooperación con departamentos interiores o de la policía de 59 países y regiones.

En 2005, China accedió a la Convención de la ONU contra la Corrupción y en 2006, la Fiscalía Popular Suprema de China inauguró la Asociación Internacional de Autoridades Anticorrupción (IAACA, siglas en inglés), la primera organización internacional de este tipo, cuyos miembros son agencias anticorrupción de varios países y regiones.

La extradición y repatriación de sospechosos de corrupción constituye una parte importante de la cooperación internacional en la lucha contra la corrupción, dice el documento.

En 1984, China ingresó en la Organización Internacional de Policía Criminal y contribuyó así a la mejora de la cooperación internacional en la detención de sospechosos de corrupción huidos a ultramar.

Hasta el día de hoy, China ha suscrito acuerdos de extradición bilateral con 35 países y ha accedido a 28 convenciones multilaterales, que incluyen provisiones de asistencia jurídica y extradición. China sostiene cooperaciones jurídicas a nivel internacional, incluida la extradición, con más de 100 países, de acuerdo con la Convención de la ONU contra la Corrupción y la Convención de la ONU contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

 

4. CONSECUENCIAS Y ÁREAS MÁS AFECTADAS POR LA CORRUPCIÓN

La corrupción en la República Popular de China se halla imbricada en todos los resortes del sistema político-social del país, lo que conduce a cuantiosos daños de diversa índole en muchas áreas.

En los últimos años se han hecho numerosas investigaciones teóricas y empíricas que tratan objetivamente las repercusiones económicas de la corrupción5. Sin embargo, aquellas áreas que el ciudadano percibe como más cercanas y con mayor repercusión en su vida diaria tales como la seguridad alimentaria, la seguridad sanitaria o la seguridad laboral no han sido objeto de estudio en la misma medida que los existentes en torno a las repercusiones de la corrupción en la esfera financiera6.

Es cierto que los recientes logros económicos han dado nuevo aliento al partido. Pero las políticas emprendidas para generar un crecimiento económico elevado están agravando los males políticos y sociales, que ponen en peligro su supervivencia a largo plazo. En el ámbito político y social, de mantenerse la tendencia actual, el sistema tiene más probabilidades de sufrir un revés que de permanecer así por mucho tiempo. Las razones son claras. El aumento cada vez mayor de las desigualdades sociales y las negativas repercusiones de la corrupción en la sociedad china son motivo de una clara necesidad de cambio. El crecimiento económico ya no mantiene por si solo la legitimidad del partido comunista. Lo único que crece a más velocidad que China es la expectación sobre el futuro del país a medio-largo plazo.

La economía china superó en 2010 a Japón y se situó detrás de Estados Unidos, un puesto que la economía nipona ocupaba desde 1968. China podría incluso destronar a Estados Unidos hacia 2025, según estimaciones del Banco Mundial y de varias instituciones financieras. No obstante el gobierno chino, con reputación de corrupto, tiene cada vez mayores dificultades para cumplir con políticas efectivas y convencer a inversores y ciudadanos de sus logros7.

La corrupción es una de las principales dificultades por las cuales la seguridad en diferentes áreas tales como la sanitaria, alimenticia, o laboral se pone en entredicho.

Durante los últimos decenios, se ha redefinido el concepto de seguridad para reflejar un cambio de la noción de la seguridad nacional como una estrategia de defensa centrada en el estado, para pasar a la idea de que la seguridad humana se basa en las personas. Este nuevo concepto de la seguridad abarca las amenazas socioeconómicas, naturales y producidas por el hombre que ponen en peligro el desarrollo y los derechos de las personas8.

Las consecuencias de la corrupción pueden contaminarlo todo, pues crean debilidad o inestabilidad política, instauran la falta de confianza en las autoridades políticas y en las políticas públicas, propician la competencia desleal -o, incluso peor, la falta de competencia-, aumentan los costos empresariales, socavan la confianza de los inversores y obstaculizan la creación de empresas en nuevas áreas de negocio.

Además pueden crear tensiones más allá de las fronteras chinas en el caso de que la corrupción salpique a actores internacionales. Así ha sido el caso de la minera anglo-australiano Rio Tinto, tan presente en los medios. No obstante, no restando importancia a la acusación de soborno para conseguir información privilegiada con el objetivo de obtener los mejores resultados en las negociaciones sobre el precio del mineral de hierro con el país asiático, dicha acusación de corrupción no revela la gravedad que otros hechos de perversión pueden tener sobre la integridad física y la salud de las personas.

La corrupción, negligencia en los protocolos de seguridad y dependencia del carbón son las principales causas de los accidentes mineros en China, indicaron expertos tras la catástrofe que mató a 104 personas en el norte del país. Cai Chong Guo, de la organización China Labour Bulletin, afirmaba en 2009 que “la privatización del sector minero ha provocado la aparición de muchas minas. Según cifras oficiales, hay entre seis y siete mil, pero los observadores apuntan unas 20 mil minas privadas en las que apenas existen medidas de seguridad”. “Los propietarios privados no quieren invertir en seguridad. Por eso, tras diez años de privatizaciones, las minas siguen sin ser seguras”, agregó la fuente, cuya organización lucha desde Hong Kong por los derechos de los trabajadores chinos.

Las minas chinas son consideradas las más peligrosas del mundo. En el 2009, 2.631 personas murieron en ellas. Según observadores independientes, el número real de muertos podría ser mucho más alto, ya que muchos incidentes no son señalados para evitar costosos cierres de yacimientos, en momentos en que existe una fuerte presión para aumentar la productividad. El alto número de accidentes fatales suele atribuirse a la ineficiencia y a la corrupción en el sector, sobre todo en las minas de carbón.

China afirma desde hace varios años que intenta modernizar sus minas para controlar las emanaciones de gas, sobre todo las de metano, un gas contaminante que además provoca explosiones. Aún así la industria minera china es la más peligrosa del mundo debido a negligencias en materia de seguridad y a la corrupción así como a la prioridad que se da a los imperativos de producción.

Según el Instituto Chino de Información sobre el carbón, todos los años el gobierno destina unos 200 millones de euros en subvenciones para las minas que utilizan tecnologías para captar el metano. Las autoridades centrales también lanzaron hace algunos años una gran campaña de cierre de pequeñas minas, a menudo ilegales, donde se produce la mayoría de los accidentes mortales. Sin embargo, muchas de ellas siguieron funcionando debido a la corrupción de las autoridades locales.

Otros sectores clave son la seguridad alimentaria y la sanitaria y farmacéutica. Ejemplos de casos de corrupción en estos sectores son no solo la aceptación de sobornos sino la falta de control sobre las medidas de seguridad y los controles de calidad de alimentos y fármacos cuyas consecuencias pueden llegar a ser mortales.

Como caso más sobresaliente de la corrupción en estos sectores destaca la ejercida por Zheng Xiaoyu, ex jefe de la Administración Estatal de Alimentación y Medicamentos de China durante casi una década. El jefe de la Administración Estatal de Alimentos y Medicinas se había convertido en símbolo de la permisividad a cambio de sobornos a productos sin control, tanto alimentarios como farmacéuticos.

Zheng Xiaoyu, ex jefe de la Administración Estatal de Alimentación y Medicamentos de China, fue ejecutado el pasado 3 de enero del 2011 tras ser condenado por corrupción, en una sentencia con la que Beijing intentaba acallar la presión interna e internacional ante la alarma sanitaria creada por los productos chinos. China intenta lavar así su imagen y mostrar mano dura en el combate contra la corrupción de funcionarios, incluso de alto nivel, que no controlan y autorizan productos chinos tóxicos que causan víctimas en todo el mundo.

Las autoridades chinas han sido implacables con Zheng, destituido en 2005 y condenado el pasado mayo por aceptar sobornos a cambio de conceder licencias a nuevos fármacos. Tras ser condenado a la pena máxima por aprobar un antibiótico implicado en, al menos, 10 muertes, su ejecución coincidió con la fuerte presión ejercida por la comunidad internacional para que Beijing garantice la seguridad de sus exportaciones de productos alimentarios y de farmacia.

Zheng, de 63 años, recibió el 29 de mayo la sentencia a la pena capital del Tribunal Popular Municipal Intermedio Número 1 de Pekín, que cifró en 832.000 dólares, 616.000 euros (incluidos regalos) los sobornos recibidos y le acusó además de incumplimiento del deber.

Según el tribunal, muchos de los sobornos aceptados por Zheng (dinero y regalos) procedían de 8 empresas farmacéuticas a las que benefició especialmente en los casi 10 años que estuvo al mando de la administración, al aprobar medicinas y equipos.

En los últimos meses, 10 personas murieron en China por una inyección que contenía dietileneglycol, un anticongelante que se utiliza en los líquidos para frenos fabricado por una farmacéutica del norte de China. El mismo anticongelante importado de China fue hallado en un medicamento contra la tos, distribuido por el sistema de la Seguridad Social en Panamá, donde han muerto hasta ahora 101 personas, en un caso en el que la importación la llevó a cabo una empresa española.

Las corruptelas y falta de estándares en los productos alimenticios y farmacológicos chinos han causado la muerte de niños y adultos en China en los últimos años, pero hasta los últimos meses no habían traspasado las fronteras del país asiático.

Es la primera vez en los últimos 3 años que se aplica la pena capital a altos funcionarios.

Otro caso de gran transcendencia ha sido la distribución de leche en polvo contaminada por Sanlu en 2008, responsable de que 432 bebés enfermaran debido a la existencia de melamina.

Ésta es un producto químico cuya ingestión puede provocar la formación de cálculos en el tracto urinario. Y parece, según ha descubierto la investigación, que Sanlu ya encontró leche contaminada con melamina en sus productos el pasado mes de agosto, pero no lo hizo público. Científicos citados por la agencia oficial de noticias Xinhua aventuraron que la melamina fue añadida a la leche deliberadamente, ya que, al ser rica en nitrógeno, podía servir para “camuflar” el producto y hacerlo parecer rico en proteínas.

Sanlu, una de las marcas líderes en el sector lácteo chino, ha retirado 8.210 toneladas de su leche en polvo para bebés del mercado y ha precintado otras 2.170, según Xinhua.

La mayoría de los bebés afectados son de zonas rurales y alimentados con biberón debido a que sus madres, por razones de salud, no podían amamantarlos. También hay casos de hijos de emigrantes a la ciudad que dejaron a los bebés al cuidado de otros familiares, una situación frecuente en la China rural.

La citada sustancia no es desconocida en los medios de comunicación chinos. El año pasado, entre la oleada de escándalos por productos presuntamente contaminados, se denunció que en EEUU se había vendido comida para mascotas fabricada en el país asiático y contaminada con melamina, causando la muerte de un número no revelado de animales domésticos.

El caso ha desatado la alarma de los consumidores en el país, tras unos meses de “tranquilidad” precedidos de una campaña de mejora de la imagen de los productos “made in China”. Y ha llevado a la Administración de Control de Calidad, Inspección y Cuarentena a comenzar una campaña nacional de control en todas las marcas de leche en polvo para bebés.

El escándalo hace temer que se repitan sucesos como los de 2004, cuando 13 niños en Anhui (provincia del este de China) murieron por deficiencias nutricionales derivadas del consumo de leche adulterada (con escasas proteínas y nutrientes) y 171 sufrieron estos mismos síntomas debido a la ingesta de este producto.

Como consecuencias más directas de los casos expuestos en líneas anteriores se pueden citar la deliberada falta de atención sobre aspectos fundamentales en la supervisión de las medidas de seguridad laboral (caso de las minas) y la consecuente muerte de mineros en los accidentes reportados así como la negligencia en el control de la calidad de los alimentos.

Sin embargo, se pueden aventurar consecuencias indirectas de la corrupción a largo plazo a nivel nacional en el sistema político y social del gigante asiático. La legitimidad política deriva del apoyo público mientras que éste está basado en la habilidad del gobierno para proveer de servicios públicos y mejorar así la calidad de vida los ciudadanos. Si bien es cierto que el índice de pobreza se ha reducido considerablemente desde la apertura de China hacia el exterior, no es menos cierto que éste sigue siendo un país en vías de desarrollo. A pesar del éxito de las reformas económicas puestas en marcha a finales de los años 70 por Deng Xiaoping, las desigualdades sociales y la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres crea una base muy fuerte para la insatisfacción social y la necesidad de cambios.

Esto no es un punto nuevo en la historia de China pues la corrupción y la necesidad de cambios propuesta en las manifestaciones violentamente acalladas en 1989 en la Plaza de Tiananmen supusieron ya un presagio y una llamada de atención a las autoridades del Partido Comunista de China.

Si bien China no es la única en experimentar la combinación de seria corrupción de altos cargos y rápido crecimiento económico, otro ejemplo sería Estados Unidos de América durante el siglo XIX9. Los avances en la reforma y la progresiva eliminación de las causas estructurales de la corrupción pueden ser el método que permita a las autoridades chinas mantener su posición en el poder como hasta el momento. De no ser así, la insatisfacción popular derivada de los efectos de la corrupción, las desigualdades sociales cada vez mayores y la brecha cada vez más honda pueden ser detonantes de futuros reclamos manifestados de diversa forma, no siempre de manera clara en contraposición al régimen sino de manera estratégica (búsqueda de apoyos exteriores, protestas en Internet, etc.) que socaven el de por si corrupto gobierno chino.

En el presente año en el que se marcará el 90º aniversario de la fundación del PCCh sería una buena ocasión para remarcar el importante papel que tiene para las autoridades chinas la lucha contra la corrupción en la búsqueda de la legitimidad de sus logros y la realización de cambios que promuevan la transparencia de su sistema político.

5. CONCLUSIÓN

Considerando todo lo anterior podemos extraer como conclusiones principales las siguientes.

La corrupción y sus efectos tan estudiados en el área financiera no sólo no acarrean cuantiosos daños económicos sino que a su vez pueden perturbar las condiciones sanitarias y laborales de la ciudadanía de una manera muy directa. Dichas consecuencias sobre la población pueden tener, en combinación con otros factores como las desigualdades sociales y la diferencia tan grande entre ricos y pobres, la creación de una burbuja contenida de insatisfacción social. Ésta podría ocasionar un riesgo para estabilidad política del sistema de persistir dicha situación insostenible.

Está en manos de las autoridades del Partido Comunista de China mejorar estructuralmente el sistema y los mecanismos directos e indirectos de lucha contra la corrupción para evitar situaciones de riesgo.

A nivel nacional, las consecuencias se muestran patentes en los casos expuestos anteriormente (leche en polvo, por ejemplo); sin embargo, las implicaciones de los últimos casos han traspasado fronteras. La exportación de productos made in China en mal estado y la implicación de actores internacionales en casos de corrupción en China puede llevar a la tensión entre China con aquellos estados implicados, afectando, incluso, a la política exterior china.

En definitiva, la corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra el conjunto de la sociedad, el orden moral y la convivencia social, así como también conspira en perjuicio del desarrollo integral de los pueblos.

 

BIBLIOGRAFÍA

§ GRAY, C. y KAUFMANN, D. “Corrupción y desarrollo” (de Finanzas y desarrollo de la FMI) marzo 1998

§ KAUFMANN, D 1997; “Corruption: The Facts”, Foreign Policy, No.107 (verano boreal), págs.114-31.

§ LIU, Alan P. L. “The politics of Corruption in the People´s Republico f China” The American Political Science Review. Vol. 77, No. 3 (Sept., 1983)

§ MANION, M “La experiencia de Hong Kong contra la corrupción. Algunas lecciones importantes”. Nueva Sociedad Nº 145 Septiembre- Octubre 1996, pp126-137

§ NIELSEN, R. P. “Corruption Networks and implications for ethical corruption reform. Journal of Business Ethics, Vol. 42, No 2 (Jan., 2003)

§ ROSE-ACKERMAN, S. (1999) Corruption and Government, Cambridge University Press: Cambridge

§ TANZI, V. (1995), “Corruption, Government Activities, and Markets” in The Economics of Organized Crime, edited by Gianluca Fiorentini and Sam Peltzman, Cambridge : Cambridge University Press.

§ TANZI, V. (1998) ‘Corruption around the world: causes, consequences, scope, and cures’, IMF Staff Papers 45(4):559-594.

§ WEDEMAN, Andrew “Great disorder: the paradox of endemic corruption and rapid growth in contemporary China,” China Review, Vol. 4, No. 2 (Fall 2004), pp. 599–617.

§ WEDEMAN, A. “The intesification of corruption” The China Quarterly No. 180 (Dec., 2004), pp. 895-921

§ ZHANG, Liang; NATHAN, Andrew J.; LINK, Perry SCHELL, Orville, The Tiananmen Papers. Public Affairs. 1ª Edición (2001)

Otros textos revisados:

§ China’s Efforts to Combat Corruption and Build a Clean Government White Paper (December 2010) (http://www.china.org.cn/government/whitepaper/node_7108233.htm) (visto el 13 febrero 2011).

§ OECD (1997) ‘Convention on Combating Bribery of Foreign Public Officials in International Business Transactions’, [www.document] http://www.oecd.org/document/20/0,3343,en_2649_34859_2017813_1_1_1_1 ,00.html (visto el 3 febrero 2011).

§ United Nations Convention Against Corruption. (www.unodc.org/documents/treaties/UNCAC/Publications/Convention/08-50026_E.pdf) (visto el 4 febrero 2011).

§ White Paper on Corporate Governance in Asia (http://www.oecd.org/document/24/0,3746,en_2649_34813_2048216_1_1_1_ 1,00.html) (visto el 7 febrero 2011).

 

NOTAS

1 ROSE‐ACKERMAN, S. (1999) Corruption and Government, Cambridge University Press: Cambridge

2 LIU, Alan P. L. “The politics of Corruption in the People´s Republico f China” The American Political Science Review. Vol. 77, No. 3 (Sept., 1983)

3 NIELSEN, R. P. “Corruption Networks and implications for ethical corruption reform. Journal of Business Ethics, Vol. 42, No 2 (Jan., 2003)

4 MANION, M “La experiencia de Hong Kong contra la corrupción. Algunas lecciones importantes”. Nueva Sociedad Nº 145 Septiembre‐ Octubre 1996, pp126‐137

5 GRAY, C. y KAUFMANN, D. “Corrupción y desarrollo” (de Finanzas y desarrollo del FMI) marzo 1998 y KAUFMANN, D 1997; “Corruption: The Facts”, Foreign Policy, No.107 (verano boreal), págs.114‐31.

6 OECD (1997) ‘Convention on Combating Bribery of Foreign Public Officials in International Business Transactions’, [www document] http://www.olis.oecd.org/olis/1997doc.nsf/LinkTo/ daffe‐ime‐br(97)20 (accessed July 6, 2005).

7 WEDEMAN, A. “The intesification of corruption” The China Quarterly No. 180 (Dec., 2004), pp. 895‐921

8 El Informe sobre el desarrollo humano: nuevas dimensiones de la seguridad humana, elaborado por el PNUD en 19941, se refiere a estos tipos de amenazas que afectan a las personas. En el informe, se define la seguridad sanitaria como la garantía de una protección mínima contra las enfermedades y los modos de vida malsanos, junto con la seguridad de los alimentos, ambiental, económica, de la comunidad y política. [United Nations Development Program (1994). Human Development Report 1994 [Informe sobre el desarrollo humano 1994]. Nueva York: Oxford University Press, en http://hdr.undp.org/en/reports/global/hdr1994/]

9 WEDEMAN, Andrew“Great disorder: the paradox of endemic corruption and rapid growth in contemporary China,” China Review, Vol. 4, No. 2 (Fall 2004), pp. 599–617.