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Estampas de China La cantera de Luoyang

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 Universidad de Luoyang, clic para aumentar
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La Universidad de Lenguas Extranjeras de Luoyang pertenece al Ejército de Liberación de la República Popular de China. Fundada en los años 60 a 800 kilómetros al sur de Pekín, nació con la aspiración de convertirse en el brazo intelectual del ejército. En los primeros años de la nueva China, contribuyó a rescatar a Luoyang de un olvido de cientos de años después de haber sido una de las siete capitales de las antiguas dinastías. (Fotos: Universidad de Luoyang).
 

La Universidad de Lenguas Extranjeras de Luoyang es una de las trece que hay en China que tienen departamento de español. Situada en la provincia de Henan, cuenta, tras las universidades de Pekín, Shanghai y Cantón, con el mayor número de estudiantes de lengua española. En la ciudad existen otras universidades que se equiparan en importancia a las de Zhengzhou, la capital de la provincia, y a las que acceden principalmente alumnos de las poblaciones de Henan. Sin embargo, esta universidad de Luoyang recibe solicitantes de todas las provincias chinas atraídos por las posibilidades particulares que ofrece: su carácter militar y la admisión de quienes no han superado el examen nacional de acceso a la universidad.

La Universidad de Lenguas Extranjeras de Luoyang pertenece al Ejército de Liberación de la República Popular de China. Fundada en los años 60 a 800 kilómetros al sur de Pekín, nació con la aspiración de convertirse en el brazo intelectual del ejército. En los primeros años de la nueva China, contribuyó a rescatar a Luoyang de un olvido de cientos de años después de haber sido una de las siete capitales de las antiguas dinastías. Construida sobre restos arqueológicos saqueados, se situó a apenas un kilómetro de la mayor fábrica de tractores de China que, hasta mediados de los años 90, era el sustento de 50.000 trabajadores. Pero mientras la fábrica ha entrado en un declive progresivo, la universidad ha sabido unirse al ritmo de modernización del país. Famosa por haber aportado a acontecimientos históricos, como la visita de Nixon y los encuentros con los líderes de la antigua Unión Soviética, los mejores intérpretes de ruso e inglés, en la actualidad cuenta con más de diez departamentos que engloban desde los idiomas más hablados del planeta a aquellos minoritarios pero de gran importancia estratégica.

A sus aulas llegan jóvenes que, bien por tradición familiar o bien por sus fuertes convicciones patrióticas, desean entrar a formar parte del ejército. Es condición indispensable para ello que hayan superado las pruebas de acceso a la universidad y que adquieran el compromiso de seguir trabajando para organismos militares durante al menos los ocho años siguientes a haber terminado sus estudios de idiomas. Llegado este momento, pueden solicitar su baja y ésta puede ser autorizada o no.

Si estos jóvenes son los que garantizan el aprovisionamiento de militares expertos en idiomas, el resto de chicos y chicas con los que comparten aula es el que proporciona sustanciosos ingresos anuales a la universidad. Estos estudiantes, los civiles, arrastran el fracaso en el examen de selectividad y es en Luoyang en el único sitio en el que van a poder acceder a la deseada educación universitaria a cambio de unos 20.000 yuanes anuales. Aunque en el momento de licenciarse no recibirán ningún título oficial, su paso por la universidad y su pertenencia a familias adineradas, generalmente de tradición militar o de exitosos profesionales del mundo de los negocios, les ayudarán a rehacer sus perspectivas laborales.

Durante los cuatro años de vida universitaria, chicos y chicas militares y civiles, de entre 18 y 22 años, conviven las 24 horas dentro del campus. La jornada diaria se organiza en horarios establecidos que todos han de cumplir estrictamente. Vestidos con el uniforme militar no existe, aparentemente, ninguna diferencia entre los alumnos. Sin embargo, la política de la universidad, centrada en ofrecer la mejor formación a los alumnos militares y en seguir atrayendo las inversiones civiles, permite que los estudiantes pagadores gocen de ciertas libertades que no tienen cabida en el esquema disciplinal de los militares.

Patriotismo, prevención contra lo extranjero, entrega a la sociedad, amor a los líderes, etc., son algunas de las ideas con las que se refuerza la educación de los estudiantes militares y que calan hondo en el nivel de expresión del idioma que están aprendiendo. Sin embargo, la solidez de estos sentimientos se ve afectada por los nuevos aires que aportan los estudiantes civiles. Presentaciones como “Amo a mi patria” se solapan con otras del estilo de “Te quiero, Ricky Martin”. Mientras que los fines de semana son para unos el momento de entrenamientos y trabajos voluntarios, para otros el tiempo se va en coger un avión para irse de compras a Shanghai. Cuando llegue el momento de dejar la universidad la vida de unos seguirá guiada por sus superiores y sus obligaciones hacia su país, mientras que otros ya estarán haciendo planes sobre la ciudad donde quieren ir a vivir, sus viajes al extranjero y su salario en empresas internacionales.

De la Universidad de Lenguas Extranjeras de Luoyang salen los profesionales que en los próximos años podrán estar en mesas de negociaciones, en altos cargos de ministerios, en la organización de eventos internacionales, entre otros, hablando español. De los 24 alumnos de filología española que se licenciaron en el año 2001 se ha pasado a 80 en 2005. El español es actualmente el idioma más solicitado tras el inglés, el japonés, el ruso y el coreano. Si la demanda de estos cuatro idiomas está más que justificada por la situación geográfica y la política económica de China, la importancia que está adquiriendo el español responde también a las grandes posibilidades que se abren en las relaciones con España y, como no, con toda Latinoamérica. En Luoyang, ya están creando cantera.