LETICIA SÚÁREZ SÁNCHEZ (Estudiante de Política Económica Internacional)
Museo de la Emigracion Gallega en Argentina 02

Implicaciones económicas de la emigración gallega a Argentina

La emigración gallega se refiere al éxodo masivo de personas procedentes de Galicia hacia otros países, especialmente durante el Siglo XIX y principios del XX. Los grandes flujos de gallegos fueron principalmente hacia Argentina, que se trataba de un país joven con un veloz desarrollo de su economía, basada ésta en la exportación de productos agrarios y otras materias primas, por lo que necesitaba mucha mano de obra.

Una de las principales causas de la emigración gallega fue la pobreza y la falta de oportunidades laborales en la región, es decir, un malestar económico basado en la insuficiencia y limitaciones de la expansión de las industrias secundarias y terciarias, así como en las limitaciones de la capacidad de crecimiento de la agricultura y ganadería tradicionales. Otra causa fue la falta de libertades políticas y la represión social. Además, Argentina incentivó la inmigración a través de programas de colonización y de asentamiento en zonas rurales y urbanas ya que, desde el segundo tercio del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, su economía alcanzó un crecimiento extraordinario.

En el caso de Galicia, la emigración tuvo un impacto negativo en la economía local, ya que la región perdió gran parte de su capital humano y sus recursos productivos. Además, la emigración a menudo significaba la fuga de personas jóvenes y trabajadoras que podrían haber contribuido al desarrollo económico de la región. Sin embargo, también tuvo implicaciones positivas. Por un lado, los emigrantes enviaban dinero a sus familias, lo que ayudaba a aliviar la pobreza y a financiar la inversión en proyectos locales, y regresaban con nuevos conocimientos y tecnologías, que a menudo introducían en la economía local.

Emigrantes Arxentina 1

Históricamente, los gallegos fueron el grupo europeo más grande de todos los que llegaron a Argentina (17% de los inmigrantes europeos). Entre 1857 y 1962 llegaron a Argentina 1,11 millones de gallegos, de los cuales unos 610.000 se instalaron definitivamente, convirtiendo a Argentina en el principal destino mundial de su emigración.

Mientras que la década de la posguerra vio una leve tendencia al alza de la emigración, la crisis económica que golpeó a finales de la década de 1920 condujo a una nueva e importante disminución de salidas. Además de esto, el gobierno argentino tomó medidas entre 1930 y 1932 para limitar la llegada de nuevos inmigrantes. A mediados de la década de los treinta, el país comenzaba a superar la crisis económica y asistía a una cierta reactivación del flujo inmigratorio gallego, pero después quedó completamente paralizado por la cadena de la guerra civil de 1936 y el conflicto de la Segunda Guerra Mundial.

A partir de 1946, hubo un breve resurgimiento de la inmigración. Aunque esta última oleada no alcanzó las cifras del primer tercio de este siglo, Argentina volvió a ser en pocos años el principal destino de los inmigrantes gallegos. Hasta 1962 llegaron al país al menos 110.288 gallegos, la mayoría de mediana edad e inmigrantes en busca de trabajo y si bien los hombres continúan dominando la movilidad, la participación de las mujeres era cada vez más alta.

En su mayoría, los gallegos consideraban que su estadía en Argentina era sólo temporal. Dado que la posibilidad de regresar a su lugar de origen solía estar en sus planes, resultaba más lógico intentar la ascensión social (o al menos acumular ahorros en grandes cantidades) en el entorno urbano que en el campo. Así, la integración económica de los gallegos se produce principalmente en el sector de servicios urbanos, empleos de baja y media calificación, especialmente en pequeñas empresas urbanas y semiurbanas. Sin embargo, a medida que aumentó la presencia de gallegos en el país, también lo hizo su gama de ocupaciones. Puede notarse que los gallegos en el medio urbano eran muy numerosos entre los carreteros, cocheros, aguadores, camareros, carboneros, conductores o guardas de tranvías, fruteros, barrenderos, carpinteros…, dueños y empleados de comercios en general. Las mujeres, con una trayectoria laboral más corta, desempeñaron una serie de trabajos característicos como el de criadas domésticas, cocineras o amas de cría. Pero también había enfermeras y mujeres que trabajaban en el sector secundario de la economía, particularmente en industrias donde el trabajo se realizaba por partes, como la producción y empaquetado del tabaco, alimentación, ropa… Muchas otras agregaron a su trabajo en el hogar tareas por lo general invisibles para las fuentes oficiales argentinas, como ser costureras, planchadoras, lavanderas, etc.

Para finalizar, en cuanto al país de destino, los emigrantes gallegos aportaron mano de obra en sectores como la construcción, la agricultura, la pesca, la industria manufacturera y el sector servicios, e invirtieron en negocios, lo que contribuyó al crecimiento económico y la creación de empleo en sociedades como la argentina.