Estrategias chinas

Asia-Pacífico es el gran motor económico mundial. Está liderado por China e India. El crecimiento chino es impresionante. Los planes gubernamentales de estímulo económico priorizan la inversión para crear puestos de trabajo para los millones de chinos que se incorporan a una economía “socialista” de mercado. Para lograrlo Pekín también impulsa el consumo interior y emergen unas clases altas y medias con un creciente poder adquisitivo en una sociedad cada vez más urbana y abierta a la modernización. Son millones los chinos que ansían convertirse en fervientes consumidores. Pero esta presión social ha provocado un aumento de los costos salariales y fiscales para las empresas extranjeras establecidas en China.

El crecimiento chino se basa en una doble estrategia:
a) acelerar la integración de China en la economía global, favoreciendo la internacionalización de las grandes empresas chinas, principalmente públicas, que van ganando cuota inversora y comercial en los mercados exteriores. Con una frenética diplomacia económica en América Latina y África y una gran bolsa de divisas extranjeras se hacen con los recursos energéticos y alimenticios para seguir creciendo.
b)  Asegurar el control hegemónico de su mercado interior para las empresas chinas, estrechamente conectadas con los Poderes Públicos que controlan la economía.

Hacer negocios en China será cada vez más duro para las empresas extranjeras que están perdiendo cuota en el mercado interior chino, precisamente cuando es este y no la exportación, el principal motivo de sus inversiones en China. En la reciente cumbre de APEC celebrada en Honolulu, Barack Obama insistió en que China debe cumplir con mayor transparencia y rigor las reglas del comercio internacional establecidas por la OMC, especialmente las referentes a los Derechos de la Propiedad industrial e intelectual.

Las inversiones extranjeras seguirán apostando por China pero no tanto como antes. El despegue asiático no se circunscribe al coloso chino. Y se abren oportunidades de inversión en otros países del sur y sudeste asiático, con menos trabas legales o fiscales como Indonesia e Vietnam. Estos países ofrecen un marco muy atractivo a los inversores con menos trabas laborales y fiscales. Cuentan con una mano de obra motivada y bastante cualificada.  El “precio chino” ya no es tan competitivo como antes. Habrá más opciones.