La fuerza expansiva del populismo en el mundo desarrollado no se detiene. Las recientes elecciones españolas colocaron a Vox como la tercera fuerza política del país. En Estados Unidos todo hace indicar que las próximas elecciones se disputarán entre un populista de derecha, Trump, y una populista de izquierda, Elizabeth Warren. El partido Conservador inglés cayó bajo firme control de los populistas. Y así sucesivamente. Globalización e inmigración han sido los detonantes de este fenómeno. Globalización para izquierda y extrema derecha. Inmigración para esta última.
La fuerza expansiva del populismo en el mundo desarrollado no se detiene. Las recientes elecciones españolas colocaron a Vox como la tercera fuerza política del país. En Estados Unidos todo hace indicar que las próximas elecciones se disputarán entre un populista de derecha, Trump, y una populista de izquierda, Elizabeth Warren. El partido Conservador inglés cayó bajo firme control de los populistas. Y así sucesivamente. Globalización e inmigración han sido los detonantes de este fenómeno. Globalización para izquierda y extrema derecha. Inmigración para esta última.
El rechazo a la globalización se sustenta en la convicción de que las economías emergentes se han beneficiado de ella, a expensas del declive económico y social de las economías desarrolladas. E, indudablemente, hay mucho de verdad en ello. Las economías desarrolladas creyeron que por ser más dinámicas podrían capitalizar en su beneficio un mercado global rápido y fluido. Pero no fue así. Al incorporar dentro de la ecuación laboral global a 1,3 millardos de chinos o 1,2 millardos de indios, dentro del contexto de una carrera hacia los costos productivos más bajos, las economías desarrolladas se transformaron en fortalezas asediadas.
El proceso anterior atravesó por varias fases. Primero se transfirieron al exterior los empleos fabriles del mundo desarrollado. Alrededor de 450 de las 500 empresas trasnacionales más grandes, trasladaron fábricas a China. Segundo se transfirieron empleos en el sector de servicios. Un ejemplo: En 2003, IBM tenia 6.000 empleados en India y 135 mil en Estados Unidos. En 2012, tenia 112.000 empleados en India y apenas una fracción de esa cantidad en Estados Unidos. Tercero se transfirió tecnológica en gran escala a China, para garantizar el acceso a ese mercado. Un ejemplo: G.E. transfirió a ese país lo mas sofisticado de su tecnología electrónica aeronáutica, bajo la expectativa de generar 400 millardos de dólares en ventas a ese mercado.
Asediadas por la competencia de productos más económicos y de buena calidad tecnológica, que sus propias empresas propiciaron, las economías desarrolladas respondieron mediante la automatización productiva en sus propias sociedades. El empleo en el mundo desarrollado se vio así afectado por partida triple: Mediante la transferencia masiva de puestos de trabajo a las economías emergentes; mediante la competencia de productos mas baratos provenientes del exterior; y mediante la eliminación de empleos traída consigo por la automatización.
Sin embargo, está también el tema inmigratorio, el cual ha dado vuelo a la xenofobia. Tal como señala David Brooks: “En tiempos de ansiedad es más fácil que se imponga la distinción nosotros/ellos, que la tolerancia hacia la diversidad cultural”. El sentimiento de confusión al que se hayan sometidos amplios sectores poblacionales del mundo desarrollado, es pasto propicio para la xenofobia.
Las consecuencias del populismo han sido inmensas. En EEUU el mismo se expresa en materia internacional e inmigratoria. En materia internacional sobresalen iniciativas como las siguientes: Retiro del Acuerdo Climático de París; retiro de la Asociación Tras Pacífica; renegociación del TLCAN; imposición de tarifas al acero y al aluminio importados; anuncio de sanciones comerciales a productos chinos por un valor de US$ 350 millardos; amenaza de retirar al paísde la OMC.
Entre las medidas en materia inmigratoria han sobresalido: Eliminación del DACA, que salvaguardaba los derechos de los inmigrantes llegados de niños; deportaciones expeditas; no liberación de indocumentados detenidos; procesos deportación acelerada; facultad de detención a quien se sospeche de ser indocumentado y facultad para pedirle documentación probatoria; criminalización de la ayuda a los indocumentados; aprobación legislativa de una partida presupuestaria de US$ 1.6 millardos para comenzar a construir el muro con México, más una partida de US$ 3.6 proveniente del presupuesto de defensa para ese fin.
En Europa el populismo ha producido consecuencias como las siguientes: Brexit; movimiento de los “chalecos amarillos” en Francia; fuertes campañas anti Unión Europea, anti globalización y anti inmigratorias; cierre de fronteras en violación de los tratados europeos, para impedir entrada de inmigrantes.
El planteamiento de los populistas resulta errado y extemporáneo. El mayor riesgo al empleo doméstico en los países ricos no se encuentra en la mano de obra barata de las economías emergentes o en los inmigrantes dispuestos a trabajar por un salario más bajo. El peligro real que confrontan proviene de la automatización de las labores productivas dentro de sus propias economías. Se estima que en poco más de una década la mitad de los puestos de trabajo en EEUU podrán desaparecer como resultado de la tecnología digital. Algo similar ocurrirá en Europa.
El debate que deberían estar dando no es por tanto el de apertura vs. cerrazón, sino el de cuanta tecnología supresora de empleos están dispuestos a aceptar.