20070529 rctv caracas estudiantes

Chávez y RCTV

 Estudiantes en Caracas contra el cierre de RCTV; clic para aumentar
Con la pretensión de Chávez de unificar criterios y concentrar poder y la ineficacia política del liderazgo de la oposición, no se atisban ni medios ni voluntad de solución consensuada a la crisis venezolana. El pulso entre Chávez y la oposición, con el cierre de RCTV como nuevo capítulo, parece marcado en una dinámica dirigida a perpetuar, de manera indefinida, los canales de confrontación. (Foto: estudiantes de diversas universidades se manifiestan el pasado lunes contra el cierre de RCTV).
 

La no renovación de la concesión estatal al canal RCTV, que dio paso a una serie de masivas protestas estudiantiles y ciudadanas en Venezuela, cierra parcialmente una etapa que, paradójicamente, incrementará la ya de por sí prolongada polarización y confrontación entre el presidente Hugo Chávez y los sectores de la oposición.

Este nuevo capítulo de la crisis venezolana ofrece similares argumentos que, de una y otra parte, se defienden como irrefutables e incontestables. La diferencia es que, unos y otros, se muestran incapaces de ofrecer soluciones de consenso dentro de una problemática imposible de ser manejada con indiferencia, dentro y fuera del país.

Las razones chavistas

En un primer aspecto, diversos sectores simpatizantes con el presidente Chávez argumentan, con razones válidas, cuáles son sus demandas del gobierno para no renovar la concesión radioeléctrica a RCTV. Se utilizan argumentos de tipo administrativo (vencimiento temporal de la concesión) cuando el móvil principal obliga a ubicarlas en el espectro de las razones políticas, debida cuenta de que se acusa a este canal de participar en el golpe de Estado de abril de 2002.

Las razones del "chavismo" para justificar el cierre de RCTV tienen principalmente que ver con la parcial cobertura informativa de los acontecimientos entre el 11 y el 13 de abril de 2002, cuando ocurrió el golpe contra Chávez, la ilegal instauración del breve gobierno de Pedro Carmona Estanga, y el posterior regreso de Chávez al poder.

En esos días de abril, la cobertura informativa de los principales canales de TV: RCTV, Globovisión, Venevisión y Televén, así como de diversos diarios impresos y estaciones radiales, mostró un marcado ocultamiento de los acontecimientos, en clara sintonía con los intereses que existían (y aún existen) detrás de la caída de Chávez.

Dentro de estas razones de tipo legal, incluso con elementos de carácter revanchista, se argumenta que, en las horas de duración del ilegal gobierno de Carmona, se cerraron el canal del Estado, Venezolana de Televisión, VTV, y la estación comunitaria Catia TV, afectas al chavismo. Esto persuadió a Chávez sobre el enorme poder de los medios para influir en los acontecimientos políticos y la necesidad de actuar en consecuencia.

Las razones opositoras

Por otro lado, las razones de arbitrariedad y retaliación política contra un medio crítico y opositor de la gestión de Chávez son las que dominan desde la perspectiva de los sectores de la oposición e incluso, en varios sectores afectos al "chavismo", sobre las verdaderas causas de la no renovación de la concesión a RCTV.

Con una línea editorial e informativa marcadamente opositora a Chávez, la fortaleza de RCTV se asentaba también en una prolongada trayectoria histórica (primer canal televisivo en Venezuela, creado en 1953) y a sus indudables elevados niveles de popularidad, superiores al 45% de la audiencia, especialmente focalizados en los sectores más humildes de la sociedad venezolana, bastión sociopolítico tradicional del chavismo.

Esta popularidad de RCTV es directamente proporcional a lo impopular que ha terminado siendo la medida de cierre realizada por Chávez. Diversas encuestas dentro y fuera de Venezuela coinciden en señalar que un 80% de los venezolanos están en contra de esta medida.

Desde otra perspectiva, los opositores al cierre técnico de RCTV argumentan, también con validez, que la retaliación política del gobierno contra el canal se evidenció cuando, un día antes del vencimiento de la concesión, pautada para el pasado 27 de mayo, el gobierno de Chávez renovó las licencias y concesiones administrativas a las cadenas televisivas Venevisión, Televén y VTV.

Los casos de Venevisión y Televén son significativos: siendo parte de la plataforma mediática opuesta a Chávez desde 1999, su línea editorial e informativa varió radicalmente tras el triunfo chavista en el referendo revocatorio de agosto de 2004. Esta política editorial evitó la inclusión de críticas abiertas al gobierno, al despido de los periodistas más contrarios a Chávez y a un énfasis en el entretenimiento y no en la información de matriz política, como principal orientación programática.

Con este panorama, RCTV y la cadena de noticias Globovisión permanecieron como los únicos canales televisivos abiertamente opositores a Chávez en el espectro televisivo venezolano, lo cual ayudó en alguna manera a incrementar también sus niveles de audiencia en diversos sectores sociales.

La guerra mediática

La marcada repulsa internacional por la medida adoptada por Chávez contra RCTV no sólo aumenta las inquietudes internas y externas hacia los riesgos que corre la libertad de expresión en Venezuela sino que incrementa las críticas hacia Chávez sobre una posible deriva autoritaria de su gobierno, ofreciendo también argumentos de peso para los opositores al chavismo en el exterior.

En este aspecto, la medida contra RCTV dio paso a una masiva reacción popular, con 97 protestas y manifestaciones, en algunos casos violentas, en todo el territorio nacional en los últimos días, principalmente llevadas a cabo por estudiantes universitarios. También se registraron diversas manifestaciones de apoyo al presidente Chávez y al cierre de RCTV.

El elevado nivel de confrontación en varios de los disturbios, las elevadas detenciones, principalmente de jóvenes estudiantes, y las acusaciones de represión policial, vuelven a colocar a la calle como el verdadero escenario dinamizador del pulso político en Venezuela.

Pero, tanto como un factor de marcado contenido político, el caso RCTV supone para Chávez un paso decisivo a la hora constituir una auténtica hegemonía mediática a su favor, con la finalidad de cerrar de manera definitiva una etapa en la historia contemporánea del país. Con el cierre de RCTV, Chávez envía una poderosa y agresiva advertencia a Globovisión, único canal con señal abierta que queda en el espectro televisivo opositor.

Por lo tanto, el pulso político por la hegemonía mediática en Venezuela está manifestado en una iniciativa presidencial destinada a la concentración de medios informativos "afectos a la revolución socialista y bolivariana", que se propone desnivelar la correlación de fuerzas mediáticas que existía en Venezuela, anteriormente hegemonizada por los sectores de la oposición.

Todo ello evidencia cómo el sector de la comunicación se ha convertido en el verdadero vehículo de transmisión de la crisis venezolana. La oferta mediática del gobierno de Chávez presenta una ampliación de diversas redes radiales comunitarias, la aparición de nuevos canales estatales de televisión (existen seis en la actualidad), diversos portales en la web y la compra de varios espacios radiales e impresos que le han permitido a Chávez superar a la oposición en la oferta mediática.

A la acción comunicativa se le unió el reforzamiento legal. La adopción, a finales de 2004, de una Ley de Responsabilidad Social de los Medios de Comunicación, le permitió a Chávez nivelar el tono informativo de la oposición, la cual acusa al gobierno de imponer una "mordaza" y "autocensura" informativa hacia los medios opositores.

¿Una confrontación sin fin?

Las manifestaciones estudiantiles y civiles que se han presentado en los últimos días en Caracas y en distintas ciudades del país, junto a los disturbios y enfrentamientos directos con los organismos policiales, auguran un nuevo período de conflictos en Venezuela, con un alcance y una duración aún impredecibles.

El nuevo canal TVES no ofreció ninguna cobertura informativa sobre las protestas, siendo únicamente Globovisión, diversos medios impresos y emisoras radiales, los entes emisores de los acontecimientos en Caracas y el interior del país.

Chávez denunció inmediatamente que existía un plan de desestabilización nacional, provocado por los "golpistas y fascistas" del sector radical de la oposición, así como del Departamento de Estado en Washington y la CIA.

Con todo este escenario, resulta poco real considerar que el cierre de RCTV provocará un inmediato cambio político en Venezuela. Esto se debe, principalmente, a la evidente falta de liderazgo político en la oposición, movilizada de manera espontánea por sectores civiles, la concentración de poder por parte de Chávez en los espacios político, económico, militar y ahora comunicativo, aunado a su aún sólido capital sociopolítico.

No por ello, la medida contra RCTV deja de constituir un claro error político para Chávez, a tenor de la inmediata reacción popular en su contra y de las críticas exteriores, que pueden jugar un factor decisivo en un eventual desgaste y pérdida de apoyo para el presidente venezolano.

Este escenario se dirige también a analizar la viabilidad de los planes revolucionarios de Chávez, especialmente ante la conformación del Partido Socialista Unificado de Venezuela, PSUV, que para muchos sectores críticos dentro y fuera del chavismo coarta el pluralismo democrático y la capacidad de disensión de diversos sectores.

Con la pretensión de Chávez de unificar criterios y concentrar poder y la ineficacia política del liderazgo de la oposición, no se atisban ni medios ni voluntad de solución consensuada a la crisis venezolana. El pulso entre Chávez y la oposición, con el cierre de RCTV como nuevo capítulo, parece marcado en una dinámica dirigida a perpetuar, de manera indefinida, los canales de confrontación.