Corea del Norte: ¿República o Monarquía?
La Constitución norcoreana califica el país como una República Popular Democrática. En realidad no funciona como una república, ni es democrática ni popular.
La Constitución norcoreana califica el país como una República Popular Democrática. En realidad no funciona como una república, ni es democrática ni popular.
En el régimen político norcoreano la sucesión en el ejercicio del poder supremo es un asunto familiar. Kim Il-sung, el fundador de la República Democrática Popular de Corea que falleció en 1994, designó oficialmente como sucesor a su hijo Kim Jong-il en 1980 en el 6º Congreso del Partido de los Trabajadores (PT).
El 2 de junio se celebraron elecciones provinciales y locales en Corea del Sur. 38.3 millones de ciudadanos, incluyendo 58.000 residentes en el extranjero y 12.000 extranjeros con un mínimo de 3 años de residencia en el país, fueron llamados a depositar su voto en los 13.388 colegios electorales.
La cooperación militar entre Corea del Sur y EEUU se sustenta básicamente por la compleja situación del conflicto intercoreano.
Unos días después de que el Barça ganase su sexta copa, los surcoreanos marcaron en Abu Dabi el mejor gol económico de su historia.
El Acuerdo de libre comercio entre Corea del Sur y EEUU (el KORUS FTA) que los presidentes Roh y Bush firmaron el 30 de junio de 2007, sigue pendiente de ser ratificado por los respectivos poderes legislativos.
La UE sigue siendo “la gran asignatura pendiente” de la diplomacia surcoreana. Incluso las relaciones con Rusia han sido prioritarias por un doble motivo: participa en el proceso negociador para la desnuclearización de Corea del Norte y es un importante proveedor energético para los surcoreanos.
Corea del Sur desea afrontar el reto africano. Al igual que en sus relaciones con América latina puede jugar la baza de poder ofrecer una buena imagen, sin un pasado colonialista, con un modelo de desarrollo que le permitió pasar, en pocas décadas, de ser un país en vías de desarrollo a una potencia media …
La progresiva y prolongada revuelta de la oposición iraní, aduciendo la presunta consumación de un fraude electoral en los pasados comicios presidenciales que le dieron la reelección a Mahmud Ahmadíneyad, coloca al país en un complejo cuadro geopolítico, con múltiples fuerzas internas y externas jugando todo tipo de cartas de poder. Con varias víctimas mortales …