Flaco favor al Planeta

La reanudación de las pruebas nucleares por parte del nuevo gobierno nacionalista de la India pone fin a una asentada tradición que asociaba a este país con las políticas de paz y no alineamento. La no proliferación recibe un duro golpe, quizás irreversible, si Pakistán recoge el guante. A Islamabad no le faltan ganas. Ya en el pasado abril experimentó el lanzamiento de misiles, al parecer usando tecnología de Pekín que desde 1990 presta apoyo militar al tradicional enemigo hindú. Si China hace lo propio, utilizando la nueva situación como excusa, los demás países de la zona dificilmente podrán eludir una nueva carrera de armamentos. Por eso es necesaria una reacción rápida y contundente.

No sólo corre serio peligro la estrategia internacional de prohibición total de los ensayos; incluso es probable que se de la vuelta al proceso de disminución de gastos y efectivos militares en marcha en toda la zona del Pacífico. Hace unos meses, China anunció la reducción de su Ejército en .000 efectivos. Y como consecuencia en buena medida de la crisis financera asiática, Malasia había decidido congelar sus adquisiciones de armamento. Indonesia tenía previsto reducir en más de un 40% sus gastos en defensa, Tailandia en un 35%, Corea en un 30% y Japón en un 15%.

Bien es verdad que en el nuevo "desorden" internacional la transcendencia del factor nuclear como instrumento para proyectar la condición de potencia se ha reducido considerablemente. No existe arma más poderosa y principal que la economía. Pero subsisten en toda la región incontables disputas territoriales que afectan a un gran número de países, empezando por las principales potencias (India, Pakistán, Japón, China). En este contexto, la actitud del nuevo gobierno de Atal Behari tan solo puede tranquilizar a los fabricantes de armamento. Y flaco favor nos hacen a todos los demás.