Irán: un viernes crucial

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Este viernes se celebrarán elecciones parlamentarias en Irán, país que atraviesa una crisis política profunda, hasta el punto de que resulta especialmente cuestionable poder afirmar que se puedan llegar a celebrar elecciones libres y competitivas en este momento. El origen de la crisis: la decisión del Consejo de los Guardianes de la Revolución, formado por conservadores del ámbito político y religioso, no elegidos por el pueblo, que prohibió a 3.600 candidatos reformistas participar en las elecciones. Después de una reunión política con el presidente Seyyed Mohammad Jatami, el Consejo retiró la descalificación de un tercio de los candidatos. Sin embargo, el partido reformista mas importante, el Frente de Participación Islámica, declinó la participación en las elecciones parlamentarias.

La crisis refleja la lucha existente entre reformistas y conservadores en Irán. Los reformistas han tenido el poder en el parlamento desde las elecciones de 2000, y a pesar de muchos obstaculos de los conservadores han conseguido empujar reformas sociales y políticas. Sin embargo, los conservadores siguen controlando la mayoría de los órganos importantes, como el Consejo, los tribunales y el ejército y cuentan con la omnipresencia del guía supremo iraní Ayatolá Alí Jamenei. Ahora los candidatos conservadores que se presentarán a las elecciones parlamentarias no van a encontrar mucha oposición y es muy probable que retomen el control del parlamento.

Lo que pueda pasar este viernes no está claro. Un buen número de partidarios reformistas aseguran que no participarán en las elecciones, varios responsables del proceso electoral meditan no organizar los comicios, y las organizaciones de estudiantes reformistas intentan movilizar el pueblo iraní para boicotar las elecciones. Pero el presidente Jatami confia en que las elecciones parlamentarias se realizarán según lo previsto, aunque la crisis por la descalificación de los candidatos está preocupando tanto a los partidos reformistas como la comunidad internacional. La actitud de Jatami sorprende sobre todo porque la mayoria de los candidatos vetados son aliados de él y, a pesar de ello, su posicion es clara y contundente: cancelar las elecciones sería cancelar la democracia.

La actitud de la Union Europea hacia Irán consiste en mantener un diálogo político para que el pais pueda desarrollar una democracia más abierta e incluso poder representar un modelo alternativo de democracia islamista que pueda impactar positivamente en otros paises de la región. Además, la Unión intenta establecer relaciones económicas, comerciales, propiciar una mayor apertura de su mercado. La atracción y los incentivos para las inversiones extranjeras dominan buena parte de las conversaciones entre la Unión Europea e Irán.

Sin embargo, hay que profundizar el diálogo; quedan muchos temas en la agenda, como la proliferación de las armas de destrucción masiva, el terrorismo o el desarrollo de la paz para toda la región, temas globales que exigen un compromiso múltiple y sincero de todas las partes.

Chris Patten, Comisario de Asuntos Exteriores, se mostró de una forma muy crítica hacia la situación pre-electoral en Irán y los intentos de los conservadores de arruinar los propósitos de los demócratas para impulsar la celebración de unas elecciones libres y democráticas.

Los Estados Unidos, por otro lado, incluyeron a Irán en 2001 en el llamado ”eje del mal”, junto a Corea del Norte e Iraq. Por eso Irán ha sido señalado como uno de los objetivos militares casi seguros en la guerra contra el terrorismo de Bush. Parece ahora que, incluso Estados Unidos, a la vista de cuanto ocurre en Irak, se está dando cuenta de que Irán tiene mucha importancia como factor de estabilidad en la región y que cooperar con Teherán es crucial para estabilizar Iraq.

Por eso es impredecible el resultado de este viernes electoral. Los comicios pueden acentuar el cambio de la posición de Irán como factor estabilizador de la región. La posición de Jatami refleja esta preocupación. Quien gane las elecciones, sean los conservadores a través de unas medidas muy pocas democráticas, o los reformistas a través de un milagro electoral, tendrán que garantizar la estabilidad de Irán.