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China-Estados Unidos: tiempo de hablar

 Portaaviones Kitty Hawk; clic para aumentar
La buena disposición mostrada durante las negociaciones de estos días, no ha impedido la adopción de medidas enérgicas como el rechazo del acceso a Hong Kong de una fragata y un avión militar estadounidense, así como del portaaviones Kitty Hawk y dos dragaminas. Liu Jianchao, portavoz del Ministerio de Exteriores, ha declarado que se trata de medidas de respuesta a las ventas de armas de EEUU a Taiwán (por valor de unos mil millones de dólares y que incluyen equipos destinados a mejorar el sistema de defensa antimisiles Patriot adquiridos por Taipei) y a la reciente visita a EEUU del Dalai Lama, producida a mediados de octubre, en pleno XVII Congreso del PCCh, cuando le fue entregada la Medalla de Oro del Congreso de EEUU. (Foto: El portaaviones Kitty Hawk de regreso en el puerto de Yokosuka, al sur de Tokio, el 27 de noviembre, después de que China denegara su atraque en el puerto de Honh Kong).
 

En este diciembre se celebró la XVII reunión de la Comisión Conjunta China-EEUU sobre Comercio, el III Diálogo Estratégico China-EEUU sobre Economía y, en breve, el V Diálogo Estratégico.

Es bien sabido que el diálogo con EEUU es uno de los ejes esenciales de la diplomacia china a todos los niveles, cobrando cada día mayor protagonismo tanto en relación a los asuntos bilaterales como en cuanto a otros temas internacionales y regionales destacados (desde el diálogo hexagonal sobre Corea al litigio nuclear iraní, África o América Latina).

Pese a que la agenda de problemas permanece invariable, el momento actual es especialmente idóneo para alcanzar acuerdos. A China le preocupa especialmente la situación en Taiwán y ello puede facilitar el logro de entendimientos que preserven la estabilidad en el estrecho. La simultaneidad de la culminación del III Diálogo Estratégico sobre Economía y la profusión de declaraciones de Washington condenando el proyecto de referéndum sobre el ingreso de Taiwán en Naciones Unidas que promueve Chen Shui-bian pudiera no ser casual.

Las relaciones entre ambos países son siempre delicadas. China, por ejemplo, ha reprobado el recibimiento dispensado en Washington, sin precedentes, al Dalai Lama, lo que envia “señales erróneas” a los independentistas. China ve las relaciones bilaterales como una globalidad, aunque pueda tratarlas de forma diferenciada en sus aspectos economicos o estratégicos. La buena disposición mostrada durante las negociaciones de estos días, no ha impedido la adopción de medidas enérgicas como el rechazo del acceso a Hong Kong de una fragata y un avión militar estadounidense, así como del portaaviones Kitty Hawk y dos dragaminas. Liu Jianchao, portavoz del Ministerio de Exteriores, ha declarado que se trata de medidas de respuesta a las ventas de armas de EEUU a Taiwán (por valor de unos mil millones de dólares y que incluyen equipos destinados a mejorar el sistema de defensa antimisiles Patriot adquiridos por Taipei) y a la reciente visita a EEUU del Dalai Lama, producida a mediados de octubre, en pleno XVII Congreso del PCCh, cuando le fue entregada la Medalla de Oro del Congreso de EEUU. El incidente, calificado por China de “malentendido”, rememoró la crisis de 2001 cuando un avión espía norteamericano colisionó con un caza chino en las proximidades de la isla de Hainan, o el bombardeo de la embajada china en Belgrado en 1999. Este modo de proceder, como las tensiones con Alemania, evidencian que China obrará con decisión en todo cuanto considere sensible y se siente con la fuerza y la capacidad suficiente para fijar los límites y contornos de sus relaciones exteriores.

El día 6, Bush y Hu hablaron por teléfono. Hu recordó el asunto de Taiwán, la clave de las relaciones bilaterales, y reclamó la cooperación de EEUU para garantizar un desarrollo estable de las relaciones bilaterales y la estabilidad en el Estrecho. El dia 9, el ministro chino de Hacienda, Xie Xuren, advertía que de aprobarse los proyectos de ley proteccionistas que están a debate en el Congreso de EEUU, la cooperación sufriría graves daños. China insiste en rechazar una apreciación demasiado rápida de su moneda, considerando que el valor del dólar y su debilidad es hoy un problema más grave que el del yuan, destacando que a pesar de la apreciación de un 10% desde 2005, el comercio bilateral no solo no ha decrecido, sino que ha aumentado, porque el problema obedece a causas estructurales. El volumen de comercio bilateral llegó en 2006 a 262.680 millones de dólares, según Beijing.

El III Diálogo terminó con una agenda semestral que incluye asuntos como la mejora de la transparencia en el cumplimiento de las obligaciones internacionales, políticas de inversión, negociaciones en la OMC e intensificación de la cooperación en numerosos temas. China ha aceptado abrir sus mercados de valores, aflojando las restricciones sobre la participación de inversores extranjeros, si bien cuidando de no bajar la guardia ante la seguridad financiera.

Fuentes chinas calificaron el Diálogo de “éxito rotundo”, posibilitando acentuar la perspectiva estratégica de las relaciones bilaterales, en palabras de Wu Yi, la vice primer ministra china. Hubo acuerdos sobre servicios financieros, seguridad alimentaria y calidad de productos, medio ambiente y energia, transparencia, inversión, estatus de economia de mercado, alta tecnología, innovación y propiedad intelectual, y crecimiento equilibrado. El mayor salto se ha producido en materia de servicios financieros, que permitirá a entidades bancarias e inversores institucionales de EEUU emitir acciones cotizadas y bonos corporativos y bonos financieros en yuanes. La apertura será gradual y progresiva para evitar mayor demanda y presión sobre la apreciación del yuan. Henry Paulson, secretario del Tesoro estadounidense, a la vista de esa apertua de los mercados financieros chinos, dijo que “la calidad de las discusiones mejoró” con respecto al año anterior. Al recibir a Paulson, Hu señaló que el diálogo ha servido para “elevar la confianza estratégica mutua y la cooperación práctica”.

¿Persiste la desconfianza entre ambos? El crecimiento de China amenaza a EEUU, su poderío y sus intereses. China mantiene relaciones estrechas con países que están enfrentados a EEUU (Irán, Sudán y otros). Estados Unidos, por su parte, quiere establecer una alianza con Australia, Japón, India y otros países próximos para contener la proyección de China. Y, naturalmente, el futuro de las relaciones bilaterales dependerá de la evolución en Taiwán y del papel a desempeñar por Washington en dicho escenario.

En ese contexto, estos diálogos constituyen un mecanismo y una plataforma para el entendimiento y el acuerdo. Iniciados en septiembre de 2006 por Bush y Hu para el debate de cuestiones estratégicas de alcance en las relaciones económicas bilaterales, configuran un espacio indispensable para abordar, creativamente como dijo Wu Yi, el delicado problema de hacer un hueco en el sistema internacional a un desafío como el que supone la emergencia de un coloso como China. Mejor hablándolo.