20080523 brasilia lula da silva e michelle bachelet

China: ¿base de la integración de la infraestructura sudamericana?

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 Luiz Inacio Lula da Silva y Michelle Bachelet; clic para aumentar
Chile y Brasil entablaron una agenda para extender aún más el comercio multilateral. El presidente brasileño Lula da Silva es, quizás, quien crecidamente ha planteado la idea de impulsar el comercio Sur-Sur, amparando la propuesta de incrementar el intercambio comercial entre los países en desarrollo, donde los estratégicos puertos sudamericanos del Pacifico-Atlántico juegan un destacado rol en el futuro transpacífico. (Foto: Luiz Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil, y Michelle Bachelet, presidenta de Chile).
 

Introducción

La integración económica se ha transformado en un ámbito para el desenvolvimiento de las economías regionales frente a las nuevas instancias acaecidas en el contexto de la globalización. La principal mecánica de variabilidad se da en la sociedad internacional, instando la inmersión de nuevos procesos de ensayos integracionistas que permitan interactuar a comunidades geográficamente heterogéneas. Es decir, la asociatividad asiste a un mayor marco de persistencia y aproximación social, exhortando a la apertura en la que se basan los procesos inspirados en el regionalismo abierto, determinantes de idoneidad y validez comunitaria.

El pliego de la estructura integracionista y el que más interesa para la defensa de las hipótesis de interdependencia, es su función catalizadora para los proyectos nacionales de desarrollo bioceánico; los denominados corredores. En efecto, este espacio agrupa componentes diversificados que van desde las reglas y métodos productivos; hasta las formalidades comerciales de cada Estado; como así la infraestructura vial, portuaria, mercados, etc.

Por consiguiente, la consecución de los objetivos de estructuración del tejido social y productivo, innovación tecnológica e industrialización en el ámbito comercial de los procesos de integración ““creación y desviación”“ se están promoviendo en el MERCOSUR y el resto de la región (Integración de la Infraestructura Sudamericana-IIRSA), máxime, si se contempla los últimos años, caracterizados por el aumento del volumen de intercambios intrarregionales y las constantes excepciones introducidas al libre comercio por Brasil y Chile.

La evaluación sobre el dispositivo institucional aplicado al fomento del comercio e inversiones dio origen a las inversiones chinas en América Latina, resaltando diversos aspectos. El horizonte estratégico latinoamericano en materia de inserción económica internacional y su estrategia de desarrollo industrial sostenida en el tiempo, son atributos centrales de la confiabilidad que China impone a sus relaciones económicas internacionales y en especial con regiones veedoras de insumos básicos requeridos para su crecimiento.

China prolongará su beneficio regional en los próximos años, hecho que afecta no sólo a Brasil, sino también las posibilidades de desarrollo de varios sectores de la Argentina, Chile y Venezuela. Como resultado, es preciso conducir un monitoreo permanente sobre las directrices y evoluciones en el flujo desde China hacia Latinoamérica, así como también en sus efectos inmediatos.

1. Sistema de planeamiento: Problemas del desarrollo

A pesar de la evidente tendencia hacia la intensificación cuantificable de los tratados multilaterales, se logra constatar un preocupante déficit de planeamiento que de nueva dinámica a la puesta en escena a los denominados Corredores Bioceánicos en el Cono Sur Latinoamericano. En efecto, la continuidad de imágenes alteradas sobre la realidad regional, la ausencia de evaluaciones rigurosas sobre los rasgos específicos de cada país y principalmente ““ desde la perspectiva de las capacidades comerciales/productivas- son origen frecuente del desconocimiento profundo. El Dr. Alberto Sepúlveda Almarza, del Instituto de Relaciones Internacionales, perteneciente a la Universidad de Viña del Mar, (Chile), establece cuatro bases para interpretar un corredor; acorde a la explicación utilizada por la CEPAL; “….un corredor integra cuatro componentes: normas y prácticas comerciales y financieras; exigencias gubernamentales; infraestructura, vehículos, equipos e instalaciones; y actores”(1).

Sin duda, las reflexiones sobre la indiferencia que marcó durante muchos años las relaciones intra-zona, pueden ser perfectamente aplicables al caso de los empalmes sudamericanos. Asimismo, la región inició un proceso de reivindicación estratégica con la institucionalización del MERCOSUR, la variación del Pacto Andino, y la renovación del proyecto de integración en infraestructura, energía y telecomunicaciones, como es el IIRSA y la Comunidad Sudamericana de Naciones(2).

Frente a esto, es en el campo del comercio internacional donde, probablemente, más se ha destacado una diplomacia al servicio del desarrollo. Ello es debido ““en parte”“ a que América Latina viene asumiendo mayor competencia en materia de negociaciones de comercio exterior y a una percepción bastante acendrada según la cuál la inserción de la región en el mundo dependerá de los espacios que sean capaces de ocupar los Estados productores de comodities y materias primas en los flujos globales de comercio transpacífico(3).

La región, desde el punto de vista netamente económico/analítico, tiene tres grandes configuraciones:

  • Grado de uniformidad;
  • Esta ” integrada” o menos polarizada;
  • Hay proyección a futuro(4).

También es necesario determinar los factores de la región lo más efectivamente posible, con el fin de alcanzar los objetivos pretendidos. La división administrativa constituye el instrumento de una política económica a largo plazo: Él trafico ferroviario, expresado en toneladas; la intensidad del tráfico rodado en las carreteras nacionales limítrofes; y la intensidad del tráfico fluvial, expresado en toneladas. Todo ello puede servir de guía de aproximación al espacio regional polarizado, como así a la comprobación de la matriz del transporte de bienes y personas en todos sus aspectos.

Para alcanzar los objetivos es posible reducir al mínimo este coste, aumentando al máximo la efectividad y considerando las interrelaciones económicas reconstruidas por el modelo, es decir, el conjunto de relaciones de decisión(5). El objetivo debe ser la creación de polos de desarrollo, cada uno de ellos caracterizado por la concentración de algunas actividades básicas, siendo necesario redefinir las funciones de las relaciones entre los sectores productivos. Durante el año 2000 se impulsó y creó el Consorcio del Corredor Atlántico del MERCOSUR, (organización sin fines de lucro que pretende generar desarrollo económico), para dinamizar el comercio de los corredores locales, aunque no hubo avances significativos por el momento(6).

El fin de los proyectos de Corredores bioceánicos acostumbra a ser económico, sin embargo, se asume la importancia de los elementos sobresalientes tales como la contribución al empleo, la distribución de la renta entre los diferentes grupos poblacionales afectados y entre las regiones. Durante años, círculos académicos sostuvieron la hipótesis que en América Latina la interdependencia y la cooperación sólo tienen lugar entre Estados de fuerza económica similar y en etapas similares de desarrollo. Así, Colombia, Ecuador y Venezuela han constituido un grupo internacional, al que no pertenecen Argentina y Brasil; su nivel de desarrollo no es el mismo(7).

Sin embargo, las tendencias se han modificado ampliamente sobre un marco integracionista más amplio y contemplativo del Norte hacia el Sur del continente. Incluso, resulta útil introducir concepto técnicos como sectores regionales productores de bienes, que no puedan ser importados ni exportados por (o desde las regiones) que los requieren. El uso que pueda hacerse de tal concepto es algo que ya depende de los objetivos de las políticas de desarrollo económico, introduciendo una nueva dimensión a los desafíos de la región; la distancia y la situación(8).

Puede justificarse este cambio de actitud reconociendo que es posible reducir las asimetrías, desarrollando y adquiriendo una propensión a la inversión que no se vea demasiado afectada por los acontecimientos externos. Significa, también desarrollar una considerable propensión a invertir en el mercado interno. La definición de varios programas alternativos y la extensión de cada estrategia a lo largo del tiempo ayuda a tener en cuenta algunas de las incertidumbres de la predicción económica(9). Como se mencionó anteriormente, el análisis sectorial sirve a los efectos de perfeccionar el modelo agregado y la estrategia general.

En primer lugar, la integración sudamericana a través de los corredores bioceánicos conduce a tomar un conjunto de decisiones políticas, ya que el programa social o el técnicamente óptimo, acostumbra a estar sometido a restricciones financieras. Inconvenientes de ese tipo se sostienen, debido en parte, a las cambiantes normas del juego internacional, (como por el ejemplo la irrupción en la era de los TLC de China e India y el Pacífico asiático emergente), percibiéndose cambios en la coyuntura estratégica del Sistema Mundial(10).

Chile y Brasil entablaron una agenda para extender aún más el comercio multilateral. El presidente brasileño Lula da Silva es, quizás, quien crecidamente ha planteado la idea de impulsar el comercio Sur-Sur, amparando la propuesta de incrementar el intercambio comercial entre los países en desarrollo, donde los estratégicos puertos sudamericanos del Pacifico-Atlántico juegan un destacado rol en el futuro transpacífico(11).

El transcurso de alternativa concibe mayor relación de insumos y materias primas, aumentando la vulnerabilidad externa ante un posible conflicto geoestratégico. Es por esto que se imponen, presentemente, dos pasos fundamentales: el acrecentamiento y variación de capitales chinos (inversores) en alimentos y energía, a largo plazo, las mejoras en las determinantes de garantía y el avance de la capacidad de componer variados insumos, junto al acceso de mercados útiles dentro de las áreas directas de influencia.

Como lo manifiesta el destacado analista argentino Sergio M. Cesarín: “De esta manera ALC, tradicionalmente importante para la dirigencia china, cobra nueva entidad como reserva de recursos necesarios para su desarrollo en el largo plazo”(12). Las mejorías relativas regionales cuentan, según los procesos considerados, la dimensión de mercado; la dotación de recursos naturales; la distribución de costos de producción; algunos esquemas de distinción, capacidades en IED y la disponibilidad de mano de obra calificada y no calificada.

El desarrollo de nexos intraindustriales accede a extender la demanda de productos tradicionales y elaboraciones orientadas al mercado chino, o a los mercados del Sudeste asiático. Para progresar en esa dirección, contar con inversiones chinas por parte de empresas latinoamericanas en operaciones conjuntas, es una opción cada vez más importante para los países latinoamericanos deseosos de subirse al tren de crecimiento del Pacifico Oriental.

2. Fronteras de la Planificación: China en las variables regionales

Hasta el momento, se ha pretendido evitar las referencias a las cambiantes coyunturas políticas de cada país con la finalidad de no extender el ámbito de estudio e intentar concentrar las atenciones en la estricta consideración de las relaciones intra-zona en los aspectos relevantes de los denominados corredores bioceánicos. Por las condiciones de complementariedad en sus respectivas etapas de desarrollo, las relaciones latinoamericanas ofrecen estos años una oportunidad única de materializar intereses económicos comunes sobre las tradicionales relaciones bilaterales. Sin embargo, este objetivo sólo se consiguió en parte como consecuencia de los numerosos obstáculos de orden burocrático que imposibilitaron la realización de diferentes proyectos y por la mayor competitividad de otros países en licitaciones internacionales en el área de infraestructuras, maquinaria, etc.

En el campo empresarial, el recurso a la generalidad de transcurso es periódico e imprescindible. Nada se funda, evoluciona o altera substancialmente por reproducción natural, mucho menos en la esfera de las relaciones internacionales. Estas consideraciones pueden ser aplicadas al conjunto de vínculos entre diversos Estados del sistema global. El surgimiento gradual de una serie de procesos ““la integración, la apertura y estabilidad económica ““ son señalados como benefactores que propician la intensificación de las relaciones entre regiones distantes como Sudamérica y la Republica Popular China (RPCh)(13).

Previamente, al afrontar estas razones es útil encuadrar la existencia de procesos similares y favorecedores en las relaciones sino-sudamericanas. En primer lugar, la idea de aproximación no envuelve forzosamente una analogía stricto sensu. La búsqueda continua de IED ha impulsado una tendencia creciente en cuanto al desarrollo de infraestructura y la búsqueda de adaptación en Transporte y Obras Públicas de los Países del Cono Sur. La carencia de equilibrio en cuanto a la infraestructura vial en este sentido, aumentó los efectos restrictivos existentes entre los corredores de transporte internacional, elevando los costos en los tráficos involucrados.

En el territorio de los países latinoamericanos, se localiza la mayor elaboración mundial de cereales, productos ganaderos; con importantes reservas de hierro, estaño, y otros recursos naturales. Dada la proporción geográfica de los países productores de estos bienes y las características de la localización de los principales centros de producción manufacturera y extractiva, especialmente colindantes a las costas, las instalaciones de transporte se desarrollan en la misma dirección, con redes al interior de cada país.

En este contexto, ha sido difícil aumentar la competitividad de una región productora de commodities de bajo precio para el mercado internacional. Dada esta debilidad, se están plasmando amplios propósitos binacionales como la comunicación ferroviaria transcontinental directa entre el océano Atlántico, Puerto de Santos en Brasil y el océano Pacífico, Puertos de Mejillones y Arica en Chile(14). Para los principales países de América Latina y el Caribe, este ambiente concordó con el desplazamiento de las áreas internacionales más importantes, como en el caso de China e India.

El esparcimiento del mercado chino puede ser un atractivo para las economías con plataforma especializada en producción manufacturera, o para aquellos con provechos en la producción de bienes asociados a recursos naturales. Los especialistas mexicanos, Gabriela Correa López y Juan González García expresan: “A excepción de Brasil, consideramos que ningún país de América Latina y el Caribe cuenta con posibilidades de mejorar sus exportaciones manufactureras o de servicios al gigante asiático”(15). En el MERCOSUR, existen presiones, sobre todo por el lado de Brasilia, para proteger el cabotaje regional de la competencia internacional. Las influencias pasan por buscar espacios específicos a los recursos energéticos, minerales y alimentarios, categorías que dominarán el intercambio en los próximos años.

Desde el punto de vista económico, podemos sumar nuevos matices que han otorgado un actual estatus a la relación entre China y los países territoriales, principalmente el factor energético. Beijing se está convirtiendo en un agente categórico para las economías latinoamericanas y, asimismo, Latinoamérica es un socio que China necesita para sus pretensiones económicas y políticas. El gigante asiático requiere apoyo en la búsqueda de consolidar su categoría de “economía de mercado” y pase a ser un miembro con facultades plenas, aviva transformarse en un engranaje financiero de la integración en ALC.

El destacado aumento de la oferta de servicios logísticos integrales en el MERCOSUR, oculta las intensas incompatibilidades de seguridad en las prestaciones, así como las insuficiencias de los medios de transporte tanto en materia de gestión y cooperación como de base rodante y terminales de transferencia. China está desplazando a Latinoamérica inversión extranjera directa y, a partir de ello, también está reemplazando la producción manufacturera de los países.

Pero aún más importante, son los acuerdo marco que China cerró para construir plantas industriales en Brasil a cambio de minerales; las firmas chinas favorecerán la construcción de una planta de acero y una refinería de alúmina. Por su parte, estos proyectos impulsan créditos a otros países amigos como Bolivia, Chile y Argentina. El compuesto de estas iniciativas de gran impacto empresarial, conciben un resultado geopolítico sobre los flujos comerciales de MERCOSUR alrededor del mercado asiático, cuya dinámica original se traduce vía los puertos del norte de Chile y del sur de Perú, o el potencial despliegue de corredores bioceánicos, donde algunos de ellos traspasan Bolivia, Argentina y Brasil(16).

La gran diferencia de enlace Latinoamericano con otras regiones, se da en la circunstancia en que ha sido puesta específicamente América del Sur bajo elementos de cooperación económica en los citados puntos en formación. Las economías locales han avanzado sistemáticamente hacia un mayúsculo entendimiento bilateral y multilateral, comprendiendo la importancia de aprovechar su integración como componente de reciprocidad con países inversores como China.

La estrategia de desarrollo de los corredores bioceánicos es considerada prioridad por Beijing en la obtención de “puertos seguros”, desarrollando una ventaja comparativa con otras zonas de la macro región. Construir y consolidar nexos de salida y entrada hacia el Pacífico, mediante la interacción entre los sectores marítimos y las capacidades logísticas regionales, y la necesidad de establecer bases en las denominadas “ciudades puerto”, es una necesidad -cada vez mayor- de aprovechar las zonas de excepción tributaria para ampliar los horizontes comerciales en los mercado del MERCOSUR y NAFTA.

También es importante resaltar el rol que puede jugar Chile en las rutas de comercialización entre el Pacífico y el Atlántico, y su capacidad de transformarse en el principal “país puerto” de paso para las manufacturas de los mercados argentinos, bolivianos, paraguayos, uruguayos y brasileños. El posicionamiento chileno en el acceso Sur Occidental de la Cuenca del Pacífico, aviva el interés chino en participar en el desarrollo de corredores bioceánicos, asumiendo las características territoriales y la proyección geográfica de Chile; el de constituirse en el vínculo natural y “puente” de parte importante del flujo comercial entre los mercados del Asia-Pacífico y el MERCOSUR.

Un tema destacado en este marco, hace referencia a las particularidades específicas de las organizaciones empresarias en ALC, las cuales evidencian heterogéneas realidades. Precisamente, se demuestra la existencia de escasa o nula participación por parte de los grupos empresarios nacionales en las diversas operaciones industriales y de servicios(17). La incorporación de los denominados grupos económicos chinos (GECh) en los proyectos de inversión en infraestructura portuaria y vial e industrial, ha sumado un dato de relevancia para los sectores empresariales locales de amplios aspectos para llevar adelante actividades de joint ventures.

Por ende, las ventajas de firmas latinoamericanas (M&A) por parte de empresas chinas se intensificarán durante estos años. Las circunstancias económicas latinoamericanas, los prósperos lazos políticos y de amistad, conjuntamente con las acciones extendidas por las comunidades de negocios chinos en las distintas economías locales, aseguran un horizonte empresarial atractivo. China puede cumplir un papel positivo en su perfil de inversor. Se subrayan bajo esta realidad las compañías de inversión y trust especialistas en financiación exterior y las (compañías) financieras que aplican capital propio de grandes sumas, con capacidad de invertir en el exterior y apoyar el comercio de equipos y bienes de capital.

Datos del Banco Interamericano de Comercio (BID) detallan que las últimas inversiones chinas en América Latina, procedieron de las financieras pertenecientes a las propias corporaciones o empresas. Asimismo, resulta conveniente el protagonismo adquirido por el Banco de China, el cual lleva adelante operaciones bancarias en el exterior y es la fuente principal de créditos de las empresas mixtas y extranjeras en ese país para re-invertir fuera de las fronteras.

En síntesis, la responsabilidad de ampliar fuertemente los vínculos bilaterales habita en las dirigencias locales, quienes deben asumir, que un mayor caudal inversor en ALC por parte de los GECh, puede equivaler a una relación económica con China en el largo plazo más positiva en términos de organización de políticas y estrategias, esparcimiento de conocimiento y tecnologías alrededor de los concernientes tramos productivos derivados de la asociación empresarial, y los encadenamientos productivos destinados a generar mayor valor agregado portuario, vial, con un efecto real sobre el bienestar social en cada uno de los países involucrados.


Notas:

(1) SEPÚLVEDA ALMARZA, Alberto: "¿CHILE PUENTE ENTRE ASIA-PACÍFICO Y AMÉRICA LATINA?". Universidad de Viña del Mar, (Chile), Año 2004.

(2) FREI RUIZ-TAGLE, Eduardo: "Desafíos para la integración de América Latina". Síntesis del discurso en el seminario, "Paradojas de la integración en América Latina", realizado en Santiago de Chile, el 14 de diciembre de 2006, organizado por la Fundación Carolina, CEPAL y FLACSO.

(3) Instituto Libertad y Desarrollo, Informes Económicos año 2004.

(4) INFORME PROCOPI: "Las relaciones entre España y Brasil: reflexiones para el redescubrimiento del gigante iberoamericano", en MALLO, Tomás (ed.): España e Iberoamérica: fortaleciendo la relación en tiempos de incertidumbre, Madrid, AIETI, 2001, Pág. 125.

(5) BIRSDALL, Nancy and JASPERSEN Frederick (Editors), Pathways to growth, comparing East Asia and Latin America, IDB, 1995.

(6) Interamerican Development Bank (IDB), The emergence of China: opportunities and challenges for Latin America and the Caribbean, Washington DC, October, 2004.

(7) MOHANTY, Manoranjan, The emerging World Order: a Third World Perspective, South " South Solidarity, New Delhi, April, 2000.

(8) Revista IESE julio-septiembre 2006.

(9) APEC, Annual Report to Ministres, October, 2003.

(10) CÁMARA MARÍTIMA de Chile, 2003.

(11) Ya-Lan Liu: "Comercio e Inversión entre Asia y América Latina". Servicio de Estudios BBVA. Abril junio, 2005. Latinwatch.

(12) Cesarin, Sergio, China se avecina, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2006.

(13) SEGAL, Gerald, "Does China Matter?", Foreign Affairs, septiembre/ octubre 1999.

(14) CEPAL: La inversión extranjera en América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, 2004.

(15) Correa López, Gabriela y González García, Juan : "La inversión extranjera directa: China Como competidor y socio estratégico". Universidad Autónoma de México-Iztapalapa. Año 2006.

(16) Insunza, Jorge: Chile y el Mundo. Años 2005.

(17) Huchet, Michael et Richet, Xavier, (2005), Governance, Coopération et Stratégie des Firmes Chinoises, L´Harmattan, Paris.