Sàlvia López Matas (Universitat de Girona), realiza prácticas no IGADI

La relación triangular entre commodities, “BRIC” y el continente africano

Desde el cambio de milenio, los BRIC[i] han incrementado notablemente los vínculos con África. Su objetivo es claro y común: los combustibles fósiles y otras commodities que descansan sobre suelo africano[ii]. También la inversión, a menudo relacionada con el motivo principal. Estos nuevos lazos establecidos, si son bien gestionados y negociados, pueden tener implicaciones positivas en cuanto a transformación estructural, empleo y crecimiento económico. En caso contrario, se incurre en el riesgo de fenómenos negativos observados y relacionados con la abundancia de recursos naturales e impacto en desarrollo socioeconómico, que los especialistas han detectado y denominado: “maldición de los recursos”[iii], “Dutch Disease”[iv], economías rentistas[v], etc. Las relaciones se concentran mayormente en aquellos países con abundante dotación de productos básicos y especialmente los ricos en petróleo: Argelia, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria, Sudán, Zambia, etc.  

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Desde el cambio de milenio, los BRIC[i] han incrementado notablemente los vínculos con África. Su objetivo es claro y común: los combustibles fósiles y otras commodities que descansan sobre suelo africano[ii]. También la inversión, a menudo relacionada con el motivo principal. Estos nuevos lazos establecidos, si son bien gestionados y negociados, pueden tener implicaciones positivas en cuanto a transformación estructural, empleo y crecimiento económico. En caso contrario, se incurre en el riesgo de fenómenos negativos observados y relacionados con la abundancia de recursos naturales e impacto en desarrollo socioeconómico, que los especialistas han detectado y denominado: “maldición de los recursos”[iii], “Dutch Disease”[iv], economías rentistas[v], etc. Las relaciones se concentran mayormente en aquellos países con abundante dotación de productos básicos y especialmente los ricos en petróleo: Argelia, Angola, República Democrática del Congo, Nigeria, Sudán, Zambia, etc.  

Los recursos naturales pueden ser dos caras de la misma moneda: la palanca que impulse el desarrollo de un país o justamente lo opuesto, es decir, el muro que lo impida. Que la balanza se incline hacia un lado u otro dependerá en buena medida del quehacer del Estado.

África es un continente con abundancia de productos básicos y en la última década se ha beneficiado de dos fenómenos exógenos: por un lado, de la subida de los precios de las commodities y, por otro, el aumento de demanda de las mismas por parte de los BRICS (especialmente China e India, a medida que experimentan elevadas tasas de crecimiento económico de forma sostenida). No obstante, los precios de estos bienes son altamente oscilantes, con lo que pretender sostenerse en el largo plazo sobre una base tan inestable significa incurrir en un riesgo tan elevado como indeseable. Los motivos de estas fluctuaciones se han estudiado ampliamente: se estima que hoy en día los volúmenes de comercio de productos financieros derivados cuyo activo subyacente es una commodity supera en unas 20 ó 30 veces la producción física (UNCTAD, 2012). A menudo, esos volúmenes se negocian en mercados opacos, desregulados y sin supervisión (en los “Over The Counter”) y tienen una repercusión directa sobre los precios. El factor especulativo-financiero es el que se acaba de señalar; pero existen otros, más relacionados con elementos que tienen que ver con la oferta y demanda del producto en cuestión, que también inciden en la formación y oscilación del precio[vi].

El asunto energético y las commodities

El 74,4% de las exportaciones de los países del continente africano a los BRICS son combustibles fósiles (UNECO, 2013, 10). Sólo uno de los países africanos figura entre los quince mayores productores de crudo a nivel mundial: Nigeria (ocupando la posición duodécima en el ranking)[vii]. Sin embargo, son varios los que constan en la lista de los mayores exportadores: Nigeria, Angola, Argelia y Libia (ocupando en la lista, respectivamente, los lugares sexto, noveno, decimotercero y decimoquinto)[viii]. Por otro lado, todos los BRICS aparecen entre los mayores consumidores de petróleo: China, India, Federación Rusa y Brasil (posiciones segunda, cuarta, quinta y sexta, respectivamente)[ix] y, por último, dos de ellos constan entre los principales importadores: China e India (segundo y cuarto lugar, respectivamente)[x]. La complementariedad entre ambos bloques de países radica en que, en general, mientras los africanos no se encuentran entre los principales productores a nivel internacional, tampoco destacan por ser grandes consumidores, lo que les supone una ventaja comparativa y excedente que pueden destinar a mercados externos.

China es, con mucha diferencia respecto a los demás BRICS, el mayor socio de África en cuanto a comercio, inversión y ayuda al desarrollo[xi]. Inunda también los mercados africanos con manufacturas baratas y proporciona infraestructura a bajo coste. Esto, junto a la demanda creciente de productos básicos por parte de los países emergentes (especialmente China e India), provoca un efecto disuasorio en creación de nueva industria en África. No obstante, el aumento de salarios en China ofrece nuevas oportunidades para los países africanos. Por otro lado, las inversiones se concentran en los sectores de clave importancia económica para China, principalmente industrias extractivas. Sin embargo, va diversificando rápidamente la inversión hacia otros sectores como construcción de infraestructuras (transportes, telecos, etc.) y servicios financieros. Algunos consideran que actúa con abuso de poder a la hora de negociar las condiciones en que se realizan dichas inversiones, impidiendo que generen un mayor impacto positivo en el continente. Algunos ejemplos que propiciarían más efecto benigno de la inversión extranjera en el país receptor son: empleo de mano de obra autóctona para la construcción de infraestructura (a pesar de las adversidades, como puede ser la falta de cualificación); el uso de materiales de construcción local; o la obligación para los inversores extranjeros de buscar un socio local (empresa) para llevar a cabo el proyecto de inversión. Obviamente, todo ello debe ir acompañado de transparencia y gestión eficiente de los proyectos para que el resultado global sea el deseado (Schiere, 2011). La ayuda al desarrollo que ofrece China también está vinculada con su objetivo de asegurarse el abastecimiento de crudo y minerales y el 70% de la infraestructura que financia se concentra en países que poseen campos petrolíferos.

Más allá de los minerales combustibles, India busca en África otras commodities como oro, diamantes y productos químicos inorgánicos. Paradójicamente, India posee una de las mayores industrias joyeras a nivel mundial y Sudáfrica es uno de los suministradores clave de estos recursos e importante socio comercial de India. No deja de sorprender que un país con tanto camino por delante en cuanto a desarrollo humano tenga como uno de sus sectores insignia la producción de bienes de lujo, como son las joyas. El balance comercial es positivo para África, puesto que en términos monetarios exporta más que importa. Por otro lado, en los últimos años ha buscado diversificar sus fuentes energéticas para ser menos dependiente de sus suministradores tradicionales (actualmente el 75% de las importaciones de petróleo proceden de los países de Oriente Medio y alrededor del 20% de África). Para satisfacer sus demandas energéticas crecientes, la India’s Oil and National Gas Corporation (ONGC) adquirió acciones en empresas de exploración de petróleo en Libia y Nigeria (suponen el 15% de las importaciones de petróleo de India). También ha realizado inversiones destacables en el sector de hidrocarburos en Sudán.

No es casualidad que Rusia, el único de los BRICS que puede autoabastecerse energéticamente y es exportador neto de petróleo y gas sea, con mucha diferencia, el que tiene menos relación con el continente africano. Y, aún así, en los últimos años se ha interesado por África. La razón es que Rusia cuenta con abundantes reservas de petróleo y gas pero muchas de ellas se encuentran concentradas en zonas de muy difícil acceso que hacen que la inversión y riesgo requeridos para explotarlas resulten muy elevados. Sin embargo, las explotaciones tradicionales rusas, si se sigue a un ritmo de extracción constante, incurren en el riesgo de agotarse en un período de tiempo relativamente breve. Por ese motivo, busca alternativas (recursos en el extranjero) en que la inversión, riesgo y extracción resulte más económica. La presencia de multinacionales rusas en África como Lukoil, Gazprom, Norilsk Nickel, Alrosa, Rusal, Severstal, entre otras, es habitual e invierten en sectores diversos como el petróleo, gas, diamantes, aluminio, hierro y otros productos metálicos en varios países.  

A raíz de las crisis del petróleo de los 70’s, Brasil cambió drásticamente su modelo energético hacia uno menos dependiente de los combustibles fósiles. Hoy en día es un actor importante en el escenario energético internacional: destacado en el campo de las energías renovables, es el segundo productor mundial de etanol, sólo por detrás de EEUU (aunque Brasil lo produce con caña de azúcar y no a partir de maíz). Actualmente, el 40% de su demanda energética es de bioetanol. Lo positivo de este patrón es que reduce las emisiones de carbono del país. Lo negativo es, por un lado, la deforestación del Amazonas para el cultivo de azúcar de caña y, por otro, que es uno de los principales determinantes de la subida de los precios de los alimentos de los últimos años (puesto que desplaza los campos destinados tradicionalmente al cultivo de alimentos y otras materias primas a cultivo de biocombustibles, lo que implica una menor oferta de alimentos y otras commodities tradicionales y una consecuente subida de los precios). El acceso a nuevos territorios para el cultivo de biocombustibles y la seguridad alimentaria son dos de los objetivos de Brasil. Es aquí donde África entra en el foco en sus intereses: dado que el peso de la agricultura sigue siendo muy elevado, el gobierno brasileño ha puesto el punto de mira en él. Adicionalmente, Brasil también ha entablado relaciones con otros países africanos con motivos más allá de lo estrictamente económico (como cooperación técnica y programas sociales). Principalmente esos países son los lusófonos: Angola, Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Guinea-Bissau, Mozambique, Sao Tomé y Príncipe.

Conclusiones

África debería aprovechar la cooperación con los BRICS y una situación coyuntural de precios relativamente elevados de las commodities para crear un modelo de crecimiento más sólido, menos vulnerable ante shocks externos y desarrollar sectores que tienen largos efectos multiplicadores en la economía. El fortalecimiento del sector industrial (especialmente el intensivo en trabajo, como las manufacturas), por las externalidades positivas que conlleva (en cuanto a creación de empleo, crecimiento económico, productividad, etc.), ha sido parte del éxito de la estrategia de desempeño económico y cambio estructural adoptada por los países emergentes. A medida que estos países alcanzan eslabones de desarrollo más elevados y desplazan su producción hacia artículos de mayor grado de sofisticación, deberían dar paso a otros que se encuentran aún anclados en especializaciones productivas más rudimentarias (como África, que sigue siendo mayormente una economía de base agraria) y estadios de desarrollo más bajos. Pero esto no surge de forma natural sino que, para empezar, tiene que haber una intención clara de “cambiar las cosas” y hacer partícipes del progreso a los ciudadanos de forma más o menos equitativa y, a continuación, es necesaria una estrategia de desarrollo bien diseñada y adecuadamente implementada. Es obvio que hay factores que juegan en contra: en primer lugar, regímenes dictatoriales corruptos sin intención de cambio y con el único objetivo de enriquecimiento propio (de la pequeña élite que detenta el poder); en segundo lugar, propiedad y gestión de la dotación de recursos que descansan en un territorio en manos de empresas extranjeras que, con abuso de poder, explotan esos mismos recursos sin repercusión positiva alguna para los autóctonos; en tercer lugar, la tendencia a la liberalización del comercio internacional resulta a menudo contraproducente para los países africanos, a pesar de las laxas e insuficientes iniciativas que promueve la OMC para proteger arancelariamente los denominados “países menos adelantados” o PMA[xii];  en cuarto lugar, una combinación de las anteriores que se acaban de mencionar. Estas deplorables situaciones siguen siendo habituales en algunos países africanos. 

Bibliografía:

Ben Barka, Habiba (2011): “Brazil’s Economic Engagement with Africa”. The African Development Bank Group. African Economic Brief. Volume 2, Issue 5.

_ (2011): “India’s Economic Engagement with Africa”. The African Development Bank Group. African Economic Brief. Volume 2, Issue 6.

_ (2011): “Russia’s Economic Engagement with Africa”. The African Development Bank Group. African Economic Brief. Volume 2, Issue 7.

Schiere, Richard (2011): “China and Africa: An Emerging Partnership for Development?- An overview of issues”. Working Paper Series Nº 125. African Development Bank Group.

United Nations Economic Commission for Africa (UNECO) (2013): “Africa-BRICS Cooperation: Implications for growth, employment and structural transformation in Africa”. UNECO. Addis Ababa, Ethiopia.

UNCTAD (2011). “Price Formation in Financialized Commodity Markets: The Role of Information”. United Nations publication, New York and Geneva.

UNCTAD (2012): “Don’t blame the physical markets: Financialization is the root cause of oil and commodity price volatility”, UNCTAD policy brief, No 25; New York and Geneva.

 

 



[i] El término que se utiliza actualmente es “BRICS” pero Sudáfrica se encuentra en los dos bloques de países.  

 

[ii] En cuanto a las exportaciones africanas hacia los BRICS en 2011, el 74,4% fueron combustibles fósiles, 13,1% otros recursos naturales (excluyendo los que se acaban de mencionar), 3,6% productos alimentarios y 3,3% otros artículos. En cuanto a las importaciones de África procedentes de los BRICS, el 73,8% eran bienes manufacturados y el 14,6% productos alimentarios (UNECO, 2013, 10).

 

[iii] Algunos especialistas han realizado estudios empíricos concluyendo que gran parte de países con abundante dotación de recursos naturales tienen tasas de crecimiento económico inferiores  que el resto de países que no poseen esa particularidad.

 

[iv] Fenómeno ocurrido a finales de los 50’s del siglo pasado cuando, los descubrimientos de gas en el mar del norte, afectaron negativamente a la competitividad de la manufactura de los Países Bajos. Esta situación se ha extrapolado en otros países. Cuando un país experimenta un auge debido al descubrimiento de un recurso comercializable y/o un incremento exógeno del precio del recurso, normalmente sufre una apreciación real de su tipo de cambio y, como resultado de la subida de los salarios, una reubicación de parte de la fuerza de trabajo hacia el sector del recurso. Por otro lado, la apreciación real del tipo de cambio lleva a una pérdida de competitividad en manufactura lo que conduce a una progresiva desindustrialización.

 

[v] Países que pretenden asegurar un mínimo de bienestar a la población gracias a los ingresos derivados de actividades económicas no productivas que tienen gran peso relativo en un país, generalmente extracción de productos primarios como petróleo. Se sustentan en gran parte mediante la redistribución de esas rentas, con escasa o nula transformación productiva.    

 

[vi] Por el lado de la oferta, las variaciones vendrían provocadas por factores como: el cambio climático; la ralentización de la tasa de productividad y la tierra agrícola limitada; grandes catástrofes como incendios (en 2010, los devastadores incendios de Rusia, uno de los mayores exportadores de cereales, provocaron un aumento en el precio del cereal, al suponer una reducción de oferta mundial). Por el lado de la demanda son determinantes aspectos como: el crecimiento de la población mundial; las economías emergentes, especialmente China e India, y sus cambios en los hábitos alimentarios hacia dietas más ricas;  la producción de biocombustibles subsidiada por la UE y EUA que desplaza el uso de la tierra de cultivos de alimentos (UNCTAD, 2011).

 

[vii] Fuente: “Energy International Agency”. “Top World Oil Producers, 2012” (Thousand Barrels per Day). Producción: Nigeria: 2524. Disponible en: http://www.eia.gov/countries/index.cfm

 

[viii] Fuente: “Energy International Agency”. “Top World Oil Producers, 2012” (Thousand Barrels per Day). Exportación: 2224 Nigeria, 1713 Angola, 1507 Argelia, 1244 Libia. Disponible en: http://www.eia.gov/countries/index.cfm

 

[ix] Fuente: “Energy International Agency”. “Top World Oil Producers, 2012” (Thousand Barrels per Day). Consumo: 9875 China, 3450 India, 3195 Federación Rusa, 2997 Brasil. Disponible en: http://www.eia.gov/countries/index.cfm

 

[x] Fuente: “Energy International Agency”. “Top World Oil Producers, 2012” (Thousand Barrels per Day). Importación: 5502 China y 2460 India. Disponible en: http://www.eia.gov/countries/index.cfm

 

[xi] Del total de comercio que mantienen los BRICS con el continente africano, en 2011, China era, de largo, el que mantenía una relación más estrecha, con un 50% de las exportaciones y 54% de las importaciones; India un 25% y 17%; Brasil 13% y 9%; Sudáfrica 11% y 13%; Federación Rusa 1% y 7% (UNECO, 2013, 10).

 

[xii] La necesidad de protección arancelaria de algunos productos de forma transitoria se justifica, por ejemplo, con el argumento de “industria naciente”. Cuando una industria comienza a desarrollarse en un país precisa de un período de tiempo para poder alcanzar unos niveles de competitividad que le permitan operar en el escenario de comercio internacional en condiciones más o menos equiparables a la de sus competidores. Sin embargo, en la práctica, esta situación de “ventaja arancelaria” para los PMA a menudo no tiene efecto debido a la aplicación de medidas proteccionistas no arancelarias que suponen elevados costes para los PMA y son menos transparentes que las primeras. La variedad es abundante pero algunos ejemplos son: medidas fitosanitarias, requerimientos específicos de envase, etiquetaje y embalaje, etc.