En los últimos años el agua ha estado en el centro de los conflictos políticos en Asia Central como un poderoso catalizador de las tensiones regionales. Las cuencas del Amu Darya y el Syr Daria, que drenaban en el otrora mar Aral, son objeto de demandas que van desde lo ambiental hasta la provisión necesaria de agua para los cultivos o producción de hidroelectricidad. En este caso, es importante la participación internacional en empresas para instalar centrales hidroeléctricas en el curso superior de ambos ríos, ingresando en los últimos tiempos en los reclamos como actor local a la misma Afganistán.
En los últimos años el agua ha estado en el centro de los conflictos políticos en Asia Central como un poderoso catalizador de las tensiones regionales. El agua está en la base de movilizaciones contra los gobiernos, que van desde reclamos a los gobiernos nacionales o a Moscú, hasta movimientos separatistas -como en la Karakalpakia uzbeka-.
Se aplican a Asia Central las tres categorías primordiales de conflictos por el agua:
- el uso por los estados ribereños;
- la contaminación y principalmente;
- la distribución.
La cuenca del lago Aral ocupa 1,8 millones de Km2 y comprende los territorios de Uzbekistán, Turkmenistán, Kazakhstán, Afganistán, Tadjikistán, Kirgyzstán e Irán. El 50% de la población de la cuenca se sitúa en Uzbekistán, 17% en Afganistán y 13% en Tadjikistán[1].
Esta cuenca cuenta con dos cursos fluviales principales, el Amu Darya y el Syr-Darya, denominados respectivamente Oxus y Yakartes en tiempos de Alejandro Magno. De hecho, el primer término utilizado para denominar a la región objeto de este estudio fue la expresión griega «Transoxiana», aplicada a los territorios “más allá del Oxus”[2].
Estos ríos separaron a Asia Central del resto del mundo y al mismo tiempo fueron ejes integradores de la Ruta de la Seda. El Amu Darya era el límite entre los imperios nómades turcos, mongoles y persa y posteriormente, durante el período del Gran Juego, entre el Reino Unido y Rusia. El Syr Darya protegía los reinos de Asia Central de las invasiones periódicas provenientes de Mongolia, Siberia y del desierto de Gobi.
El uso agrícola de esta cuenca y de sus numerosos oasis data de 5000 años. Cuando Tamerlán hizo de Samarkanda la capital de su Imperio, el Amu Darya fluía y hacía crecer los cultivos. Se trataba de una irrigación viable, de proporciones adaptadas a los recursos y que permitía al Aral permanecer inalterado[3].
El Amu Darya, de 2400 Km., se extiende desde Pamir por Tadjikistán, Afganistán, Uzbekistán y Turkmenistán, a través del desierto Karakoum. Tadjikistán controla más del 80% de sus fuentes lo que le otorga una posición estratégica de importancia. El Syr Darya, de 2500 Km., nace en los montes Tien Shan en Kirgyzstán y transcurre por Uzbekistán y Kazakhstán. En este caso Kirgyzstán controla 74% de sus nacientes. Irónicamente quienes más la requieren, Uzbekistán y Kazakhstán, no detentan el control de las nacientes de ambos ríos.
Las precipitaciones anuales medias de Asia Central son de 338 mm. Un 70% del recorrido del Amu Darya y 90% del Syr Darya transcurre por regiones áridas. De esta manera, más que las precipitaciones, es el agua de estos dos cursos fluviales el elemento crucial para la región.
La agricultura intensiva del algodón, impulsada primero por la gestión rusa y luego por la soviética excedió la capacidad de recuperación de esta cuenca. Mejoras en las semillas de este vegetal, gravámenes para el algodón proveniente de EEUU, instalación de telares, créditos para quienes produjeran algodón, abandono de los menos exigentes cultivos de trigo y programas de traslado de rusos y cosacos al Kazakhstán septentrional y otras regiones con aptitud agrícola[4] complementaron el auge de estos cultivos en Asia Central y el desastre ecológico-humanitario[5]. Esta tendencia se duplicó con Breznev: Uzbekistán debía producir algodón para toda la URSS, de la misma manera que Ucrania debía producir todo el trigo[6]. De esta etapa data el canal Karakoum, de 1400 Km. de longitud, que divierte aguas del Amu Darya hacia Turkmenistán y del cual parten numerosos canales secundarios.
Al momento de la independencia, las superficies irrigadas en Asia Central representaban más de 6 millones de Ha. y la producción de algodón llegó a ser equivalente a la de EEUU. Desde entonces, cada Estado debió desarrollar una política de desarrollo que en realidad depende de otros Estados, en contraste con la etapa soviética donde, ante conflictos hidráulicos, la autoridad responsable era el Ministerio Soviético de Reclamos y Gestión del Agua (Minvodkhoz) localizado en Moscú. Ahora la nacionalización de los sistemas hidráulicos crea conflictos entre los diferentes Estados ribereños. De hecho cada Estado invoca la independencia como una nueva era de construcción nacional pero condicionada por la interdependencia forzada de cada Estado durante la era soviética.
Las políticas de reconstrucción de Afganistán –y sustitución de los cultivos de adormidera, que requieren menos agua- también exigen una redefinición más amplia de la problemática del agua en Asia Central que incorpora tensiones suplementarias en relación con este recurso.
Mencionaremos algunas cuestiones suscitadas desde la independencia:
- En 1993 el uso por Kirgyzstán de aguas del Syr Darya para la producción hidroeléctrica en invierno causó escasez de agua en toda la zona irrigada de Uzbekistán. Si Tadjikistán y Kirgyzstán reducen –debido a las presiones- esta fuente de energía incrementan su dependencia del carbón kazako o del gas uzbeko pues no cuentan con combustiles fósiles suficientes. En consecuencia Kazakhstán y Uzbekistán los usan como un medio de presión y sus exportaciones son muy irregulares.
- El canal Karakoum constituye una fuente de fricción entre los intereses divergentes de Uzbekistán y Turkmenistán.
- Los tadjikos cierran frecuentemente el canal Bokent, que abastece a la provincia uzbeka Batken[7].
- En represalia por la suspensión del envío de gas uzbeko a Kirgyzstán en el invierno 1998-99, los kirguises abrieron el reservorio Toktogoul e inundaron la mayor parte de los campos uzbecos. El siguiente verano limitaron el volumen de agua enviado, destruyendo una buena parte de los cultivos uzbekos. Incidentes similares se reiteraron en 2001 con catastróficos resultados.
- Por otra parte, Uzbekistán tiene algún control sobre el abastecimiento de agua al sur de Kazakhstán, que en algunas etapas ha reducido, provocando protestas de los campesinos kazakos así como disputas gubernamentales entre ambos Estados.
- Uzbekistán también empleó medidas de retorsión contra Tadjikistán, negándole abastecimiento de gas y también el acceso a las rutas uzbekas que Tadjikistán requiere para comunicarse con territorios propios[8].
- En julio 1997 Kirgyzstán dejó de considerar al Syr Darya como un bien común, codificó y gravó el derecho a su uso y demandó a los Estados de esta cuenca ayuda financiera para mantener reservorios instalados en su territorio. Además indicó que si Uzbekistán no pagaba, vendería el agua a China[9].
Desde un punto de vista regional la disponibilidad de este recurso es suficiente pero su reparto es extremadamente desigual. Se admite que en los países en desarrollo se necesitan 500m3 de agua por persona/año. De acuerdo a los cálculos efectuados, la disponibilidad por habitante por año de este recurso es de 3.200 m3 en la cuenca del Amu Darya y de 1.100 en el Syr Darya (contra 960 en la cuenca del Sena). Kirgyzstán y Tadjikistán utilizan 16% del total, Uzbekistán el 52%, Turkmenistán el 20% y Kazakhstán el 10%. Las principales zonas bajo irrigación son la región de Fergana y el valle del Amu Darya.
Más del 75% de la agricultura de Kirgyzstán, 90% de Uzbekistán y 100% de Turkmenistán reposan en la irrigación. Esta actividad es la principal consumidora de agua y solo es posible mediante canales de irrigación.
Según el Banco Mundial, desde 1996 Kirgyzstán, Turkmenistán y Uzbekistán manifestaron su deseo de incrementar su superficie bajo riego[10]. Cada Estado justifica su política en la necesidad de satisfacer las necesidades de su población. Este objetivo podría lograrse, pero ninguno de los Estados cuenta con los medios financieros necesarios para mejorar su sistema de irrigación[11]. De acuerdo a estudios de científicos de Kirgyzstán, más del 20% de las aguas se pierden en los campos, en tanto que entre 30 y 35% del total no es verdaderamente productiva. En Turkmenistán el porcentaje de agua perdida o inutilizable asciende al 51%.
Sin la ayuda de organizaciones internacionales -como el BM, la ONU, la OSCE- para establecer un programa de desarrollo sostenible y cooperación, es probable que las fricciones sobre el canal Karakoum o entre Kirgyzstán y Uzbekistán puedan terminar en un grave conflicto[12].
Por otra parte el ACNUR informa que el desastre ecológico produjo entre 1991 y 1998 más de 270.000 emigrados y puede ser causa de violencias esporádicas y hasta conflictos armados.
En el período 2000-2004 el nivel del Amu Darya fue menor debido a la más intensa sequía del último siglo y Uzbekistán sufrió seriamente la escasez de agua: su producción de arroz en 1999 fue de 420.800 Ton. y se redujo a 67.800 en 2001[13]. Es particularmente crítica la situación de Karakalpakstán, que contaba con áreas de gran fertilidad hoy incapaces de sostener la agricultura de algodón, arroz y trigo tradicionales. En 2000 el 40% de su población obtenía agua potable de reservorios que no reunían los niveles sanitarios mínimos. En la década de los 90s más de 270.000 habitantes emigraron.
En cuanto a Afganistán, que contribuye en un 8% a la cuenca del Amu Darya a través de los ríos Murgab y Kotcha, se encontró excluida de los emprendimientos de cooperación y del reparto de las aguas debido a la guerra civil y a los desarrollos bélicos posteriores a S-11. La situación geopolítica actual ha hecho ingresar a Afganistán como un actor que desea usar a sus ríos en agricultura.[14] En 2002 el entonces presidente interino de Afganistán, Hamid Karzai, renovó los contactos con su par uzbeko a los fines de la exportación del gas y el envío de especialistas en agricultura e irrigación. Esto sugiere que el intercambio de electricidad puede resultar –al menos entre estos Estados- una forma de cooperación[15]. Turkmenistán también estaría dispuesta a abastecer de electricidad a la provincia Faryab del norte de Afganistán. Kazakhstán ofreció enviar 70.000 Ton. de trigo a Afganistán a cambio del agua no utilizada, dentro del marco del programa de ayuda en alimentos. Pero estas propuestas no alcanzan a desdibujar el problema.
Para paliar esta situación y evitar un desastre económico se pensó traer agua del río siberiano Obi y sus afluentes[16]. Pero este proyecto significaría construir onerosos canales de unos 2.000 Km. Los opositores a este proyecto advierten que se incrementará el daño ecológico en la ya catastrófica situación ambiental de Asia Central y agregará un daño considerable al ecosistema siberiano. Posiblemente divertir un 5% de las aguas del Obi no resulte dañino para el área siberiana, pero no alcanzaría para paliar la situación en Asia Central[17].
Conclusiones sobre el problema del agua en Asia Central
La cuestión del agua en Asia Central no puede separase de las relaciones interestatales entre sus seis repúblicas, que buscan construir una identidad que las diferencie de las restantes.
La creciente influencia de Rusia en los países del curso superior del Amu Darya y Syr Darya hace del agua un recurso de balance político y geopolítico. Por otra parte, los acuerdos alcanzados, generalmente bajo fuerte presión interna e internacional, incluyen factores geopolíticos y económicos. Los juegos políticos, las acciones bélicas unilaterales de los países de la cuenca media e inferior de los citados ríos y las represalias de los correspondientes al curso superior han marcado las políticas exteriores de cada país envuelto en el conflicto en la última década.
[1] Micklin, Philip. Managing Water in Central Asia, The Royal Institute of International Affairs, London, 2000, pp. 1.
[2] Djalili, M. R & Kellner, T. Géopolitique de la nouvelle Asie centrale, Presses universitaires de France, Publications de l’Institut universitaire de hautes études internationales, Paris, 2001, pp. 19-20.
[3] Gleason, Gregory. "The Struggle for Control over Water in Central Asia: Republican Sovereignty and Collective Action", en Report on the USSR, junio 21 de 1991, pp. 11.
[4] En 1891 más de 1 millón de agricultores se instalaron en el límite sur de Siberia, en Kazakhstán.
[5] Clem, R. S., "The new Central Asia: prospects for development". En Bradshaw, M. J. Geography and transition in the post soviet republics. Wilney. New York. 1993. Pp. 175-6.
[6] Thomson, T. L. Ideology and Policy: The Political Uses of Doctrine in the Soviet Union. Boulder Editors. San Francisco & London. Westview Press. 1989. Pp. 58.
[7] Tishkov, Valeryi. Ethnicity, nationalism and conflict in and after the Soviet Union, Sage, Londres, 1996, pp. 174.
[8] Esta cuestión se evidencia si se observa cuidadosamente el mapa de ambos países.
[9] Karaev, Zainiddin. “Water Diplomacy in Central Asia”, en Meria. The Middle East Review of International Affaires, Gloria Center, Vol. 6, N° 1, Article 5, Herzliya, Turquía, marzo 2005, pp. 4.
[10] World Bank. Fundamental provision of wa,er management strategy in the Aral Sea Basin, Washington DC, 1996, pp. 53.
[11] Hanna, T. & O'Hara S. L. "Irrigation and water management in Turkmenistan: past systems, present problems and future scenarios", en Europe-Asia studies, Vol. 51, No. 1, 1999, pp. 34.
[12] Dukhovny, V & Yakubov K. "The opinion of the scientific information center of the ICWC of the Aral Sea basin on the construction of the lake of the 'golden century of Turkmenistan". En Ecostan news. Vol. 8, No. 1. Marzo 8 de 2001. Pp. 9-11, www.ecostan.org
[13] Dubrovskaya, Elena. “Agricultural crisis prompts Uzbek officials to revive interest in plan to divert Siberian rivers”. En EurasiaNet Environment. Mayo 30 de 2002. http://www.eurasianet.org/departments/environment/articles/eav053002.shtlm
[14] Schimann, Peter. "Water shortage in Afghanistan: An approach of the problem”. United Nations Coordinator’s Office. Drough Response Unit. Islamabad. 2000 http://www.pcpafg.org/Programme/drought/documents/water_shortage_in_Afghanistan.rtf
[15] "Afghan head thanks Uzbekistan, Repeatedly". En RFE/RL Central Asia Report. Vol. 2, No. 9. Marzo 7 de 2002.
[16] Smith, D. R. "Environmental security and shared water resources in post-soviet Central Asia", En Post-Soviet Geography. Vol. 36, No. 6. 1995. Pp. 365.
[17] Dubrovskaya, Elena. “Agricultural crisis prompts Uzbek officials to revive interest in plan to divert Siberian rivers”. En EurasiaNet Environment. Mayo 30 de 2002. http://www.eurasianet.org/departments/environment/articles/eav053002.shtlm