radio pekin 1956 celebrando dia mujer trabajadora

¡Aquí Pekín, habla Pekín!

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El primer lustro de Radio Pekín se inició en la más absoluta precariedad. Yao Yuexin (foto superior) no hablaba español. Era traductora de ruso. Ella leía en ruso los artículos escritos originalmente en chino para que Kety Rodríguez los mecanografiara directamente en español. Eran “dos cabezas y cuatro manos”, como recuerda con ironía Yao Yuexin. Tanto Jacinto, como Pura, Irene o Kety hablaban un ruso excelente. Tereza Barzana, entonces con poco más de veinte años, se había educado en Moscú y hablaba más ruso que español. (Fotos: ©igadi.org).
Jacinto, Pura, Kety, Irene y Teresa, clic para aumentar
Na foto, de izquierda a derecha, Jacinto, Pura, Kety, Irene y Teresa. Fotomontaje de Yao Yuenxin.
 

¡Aquí Pekín, habla Pekín! Esas fueron las primeras palabras pronunciadas en la emisión en español de la que hoy es Radio Internacional de China. Con la particularidad de que dichas palabras no fueron pronunciadas por ningún chino, sino por un español, Jacinto Barrios. Así lo recuerda Yao Yuexin, la primera china que pudo colaborar con el grupo de españoles que desde Moscú arribaron a la capital oriental para poner en marcha la emisión.

Corría el año 1956. Era septiembre, el mes más agradable en Pekín. Pero el grupo de españoles ya había llegado en mayo del año anterior, atendiendo una petición cursada por el Partido Comunista de China y dirigida al Partido Comunista de España. En Moscú, Dolores Ibarruri, decidía enviar a China al grupo integrado por Jacinto Barrios y su esposa, Pura Aznar, Kety Rodríguez, Teresa Barzana e Irene Falcón. Esta última regresaría a Moscú en agosto de 1956, en el mismo avión que llevaría de vuelta a La Pasionaria después de participar en el VIII Congreso del Partido Comunista de China. Yao Yuexin, acompañando al mariscal Zhu De, despediría a ambas en el aeropuerto. A comienzos de 1957 llegaría Arregui, también procedente de Moscú y profesor de español.

Dos cabezas y cuatro manos

Por aquel entonces, la radio era un medio de comunicación privilegiado y se convirtió en el primero en disponer de un canal e información propia en español. Ni siquiera la agencia de noticias Xinhua contaba con un servicio en este idioma. Las preferencias principales eran el ruso, el inglés o el japonés. La radio se convertía en el mecanismo esencial para hacer llegar al mundo la identidad de la Nueva China, la proclamada por Mao sólo siete años antes en la tribuna de Tiananmen. Por eso, Radio Pekín nunca fue concebida como un instrumento de apoyo a los exiliados republicanos, sino como una voz divulgadora de los nuevos tiempos que amanecían en Oriente. Los contenidos se referían a asuntos exclusivamente chinos, redactados por los periodistas de la sección central de la Radio, primero en chino, y después eran traducidos a las diferentes lenguas.

Pero casi nadie hablaba o comprendía el español. El primer lustro de Radio Pekín se inició en la más absoluta precariedad. Yao Yuexin no hablaba español. Era traductora de ruso. Ella leía en ruso los artículos escritos originalmente en chino para que Kety Rodríguez los mecanografiara directamente en español. Eran “dos cabezas y cuatro manos”, como recuerda con ironía Yao Yuexin. Tanto Jacinto, como Pura, Irene o Kety hablaban un ruso excelente. Tereza Barzana, entonces con poco más de veinte años, se había educado en Moscú y hablaba más ruso que español.

 Celebrando el Día de la Mujer Trabajadora de 1957, clic para aumentar
Celebrando el Día de la Mujer Trabajadora de 1957. (En la foto, de izquierda a derecha, Cheng Renkang, Jacinto Barrios, Ku (esposa de Cheng), Kety, Pura, Pang Binan, Yao Yuexin, madre de Teresa, Arregui, Teresa, Kun Tinmen. ©igadi.org).
 

Jacinto Barrios, asegura Yao Yuexin, fue el alma de aquella empresa. Locutor, traductor, reportero, con una gran vocación por el trabajo y no menor entusiasmo, fue capaz de armar un equipo donde nada había para construir, en palabras pronunciadas durante la primera emisión, “un puente volante que une océanos”.

A los dos meses de llegar a Pekín se constituyó la sección preparatoria de lengua española del departamento exterior del Buró de la Radiodifusión Central. Las actividades se iniciaron reuniendo materiales diversos, tanto escritos como sonoros, planeando programas, contactando con personalidades de interés, etc. El lugar de trabajo no podía ser mejor, un siheyuan, la típica residencia cuadrangular china, sita en el hutong Ma Hua, en el distrito Este de la capital. En octubre de 1955 se incorporaron al equipo Yang Linchang y Pang Binan, dos estudiantes de español, que permitieron dar un considerable impulso a los preparativos (Pang llegaría a ser vicedirector de Xinhua). Barrios los preparó a conciencia en la traducción y la locución, e incluso les ayudó a mejorar su mecanografía. Más tarde, en enero de 1956, llegaba de Francia, Cheng Renkang, que conocía bien el español y se convirtió en el único chino del grupo capaz de traducir directamente del chino al español. Anteriormente, el idioma franco del grupo era, exclusivamente, el ruso. En abril de 1956 se formó la redacción, integrada por Kun Tinmen, Jacinto Barrios e Irene Falcón, dando inicio a la transmisión en régimen experimental. En septiembre se lanzarían los primeros programas con las voces en antena de Jacinto y Pura, su esposa, en media hora de programación que consumía jornadas enteras de dedicación de los nueve integrantes del equipo (Irene ya había regresado a Moscú en agosto).

Todos ellos fueron abandonando Pekín a finales de la década. Primero Barrios y Pura. Después Kety, en 1960. Y, finalmente, Teresa y Aguirre, cuando ya las relaciones con la URSS se hallaban en fase de franco y abierto deterioro. A partir de entonces, la emisión quedó en manos de los propios chinos, quienes continuaron la labor iniciada por aquel pequeño grupo de españoles entusiastas, llenos de altruismo y comprometidos con el ideal de construcción de un mundo mejor. Más tarde llegarían especialistas de Chile y de otros países de América Latina.

“Nos ayudaron como si trabajaran para si mismos”, recuerda emocionada Yao Yuexin, quien aún tararea algunas de las canciones que a los españoles les gustaba cantar cuando los fines de semana organizaban divertidas meriendas en el campo: “Hermosa villa de Luarca, que guapina vas a ser…”. Barrios y Kety eran quienes llevaban la voz cantante en estos menesteres.

Chinos y españoles compartieron un proyecto común sin importarles entonces ni la nacionalidad de unos o de otros ni las condiciones materiales en las que podían desempeñar su trabajo. La solidaridad era entonces el vínculo más sólido e inquebrantable que pudiera imaginarse. Jacinto, el último del grupo en fallecer, escribió por última vez a Yao Yuexin en 2002. Ella conserva sus cartas y su recuerdo con una devoción que en España, lamentablemente, solo es olvido.