Selo conmemorativo do primeiro voo comercial entre Reino Unido e India/Bharat no 1948.

El mundo saluda a “Bharat”, ya no leeremos solamente “India” en los mapas ni en las noticias

Luego de todas las consultas necesarias, desde el 18 de septiembre de 2023 India ha propuesto su ”nuevo” nombre. Independientemente de ser un nombre de origen sánscrito usado desde 1500 años antes de Cristo, es muy conocido internamente y ha coexistido con el vigente hasta estos tiempos. Sin embargo está promoviéndose su uso oficial. Tal cambio tiene particulares repercusiones debido al momento en que ocurre y la evidencia de otros cambios menos notorios.
Liñas de investigación Relacións Internacionais
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El uso de Bharat se justifica ante el mundo como la necesidad de poner fin a toda relación con el pasado colonial del país. Y con ello nos debemos remontar a la ocupación por el rey persa Darío I del valle del Indo en el año 500 y a la presencia de Alejandro Magno en el 327, en ambos casos adC, y su mención a estas tierras como India, las que se extendían allende el mencionado río. Ese nombre se mantuvo durante la rica mezcla de influencias regionales hindúes, budistas, musulmanas así como durante el predominio inglés durante aproximadamente tres siglos hasta su independencia hace algo más de 75 años.

Todos los años transcurridos desde entonces, India ha jugado un rol internacional de primera magnitud no siempre reconocido. Como parte del Imperio Británico su importancia durante la Segunda Guerra Mundial era tan notable como el de los restantes integrantes del bloque “Five Eyes” – Reino Unido, Estados Unidos, Canadá. Australia y Nueva Zelanda-, aunque no tan públicamente reconocida. Desde el entonces subcontinente indio, hoy varios Estados, se facilitaba información estratégica sobre los avances bélicos en ese escenario de la conflagración mundial, en este caso los de Japón que había llegado hasta la misma Birmania (por el momento aun Myanmar).

Y aunque la independencia restó un aliado muy valioso a la angloesfera, India siguió siendo considerada como un peón estratégico… Solo había pequeños indicios de que el país tenía voz propia y que se aumentaría su volumen con el paso de los años.

A pesar de haber sido sancionada junto con Pakistán por las pruebas nucleares de ambas en 1998, con prohibición internacional de venderles armamento sensible, cuando luego de S-11 su vecina fue requerida por Washington como paso para atacar a Afganistán, se levantaron las sanciones contra ambas y se retomó la venta de armas y principalmente aviones. Pero esa decisión fue notoriamente despareja, India obtenía más ventajas a pesar de tener Islamabad mayor participación en la guerra vecina -y cuyas consecuencias internas siguen siendo catastróficas-. Pero para India, el interés radicaba en que el país había desarrollado un sistema de rápido enriquecimiento del uranio proveniente de las centrales nucleares del mundo para continuar operando. A los Estados Unidos el proceso de enriquecimieto le insumía varios años y lo había abandonado.1 Recuerdo que el interés por conocer las técnicas indias al respecto era tan notorio como la reacción… En un país con cientos de partidos políticos la respuesta fue unánime: las visitas de científicos y políticos estadounidenses debían mantenerse por lo menos a 200 km de los centros de desarrollo de esas capacidades.

Otro gesto que me llamó la atención fue la instalación de bases navales en el continente y las islas Andamán y Nicobar para contrarrestar los puertos que China modernizaba en Pakistán y finalmente en Sri Lanka.

Para destacar los avances en el tiempo de la política india, cabe recordar que no firmó el documento derivado de la convención de Kioto sobre el cambio climático, aclarando que actuaría igual que los países firmantes (Estados Unidos no estuvo entre ellos) pero que no deseaba verse obligada a ello por tratados internacionales.

Tampoco aceptó India ayuda internacional alguna cuando el devastador tsunami originado en Indonesia afectó gravemente las costas de numerosos países incluyendo africanos y se percibió más levemente en todas las costas del hemisferio meridional.

En estos momentos en que el país integrante de la Organización de Cooperación de Shanghai y el grupo BRICS se afianza, EEUU requiere la asistencia de Bharat en un continente con Estados cada vez más autónomos de Occidente, asistencia que no necesariamente será prestada.

Ni el nombre y el concepto que representa perdurarán y como prueba física de tal decisión también se abandonará el edificio asignado como sede del parlamento poco antes del fin de su vigencia por el Reino Unido.

La evolución de la política nacional de Bharat –como en el ya tratado “eurasianismo de Rusia” – fue evidente en los últimos años, aunque parece que los grandes decisores de la política mundial aparentemente no lo percibieran así. Los sucesos siguen su camino, el nacionalismo indio sigue incrementando sus señales y las consecuencias pueden ser parte de grandes cambios en la historia de la humanidad.

1 Hay que recordar las manifestaciones mundiales contra los buques que transportaban uranio para “recargar”, proveniente principalmente de las centrales nucleares japonesas.