Guerra Fría y guerra caliente
A medida en que la Guerra Fría entre China y Estados Unidos se hace más definida, mayor es el riesgo de que de ella pueda saltarse a una guerra caliente. La primera posibilidad de que ello ocurriese derivaría de que alguno de los tantos temas conflictivos puntuales que los enfrentan, escalase a un conflicto a gran escala. Las maniobras chinas sobre Taiwán, resultantes de la visita de Nancy Pelosi a la isla, serían buen ejemplo de una chispa susceptible de transformarse en llama. La segunda posibilidad, mucho más significativa, radicaría en que alguna de las dos partes se adentrase en la guerra de manera calculada y racional. Con frecuencia los conflictos puntuales se insertan dentro de un calculo preexistente de costos y beneficios en donde la opción de ir a la guerra ya ha sido asumida.